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La modernización de un Ecuador ¨Democrático¨

Dr. Manuel Posso Zumárraga

Desde hace 20 años, en que se dio inicio a nuestra incipiente democracia, se han venido aplicando en mayor o menor grado, e indistintamente en el Ecuador, dos tendencias, modelos o tesis estructurales.

La Tesis Neoliberal

Esta forma de pensamiento ideológico, basa su estrategia en la acción del mercado, de los consumidores y en la libre oferta y demanda para fines de satisfacción de la necesidades de las élites a las que se pertenecen.

Esta teoría concentra sus esfuerzos o acciones en cuatro áreas estratégicas:
a) Busca la liberación del comercio externo,. que viene de la globalización o mundialización de las economías.
b) Busca eliminar las distorsiones en los sistemas de precios.
c) Persigue la reducción del tamaño del Estado, con su principal instrumento las ¨privatizaciones¨ de las áreas que las élites de poder consideran estratégicas para sus intereses.
d) Busca liberalizar las tasas de interés, manipulando a la banca e instituciones finacieras.

La Tesis Neoestructural

En cambio esta corriente pone más énfasis en las siguientes estrategias:
a) Propugna el desarrollo del Estado desde adentro.
b) Trata de orientar la producción hacia la satisfacción de las necesidades de la clase desposeída.
c) Trata de fomentar la creación de nuevas ventajas competitivas a través de diversificar las exportaciones.
d) Persigue el aumento de la productividad, mediante avances tecnológicos y empleo de obra calificada.

Nuevos enfoques para el cambio de Modelo estructural

partiendo del análisis de las ventajas y debilidades de estas dos tesis, considero que la transformación el Estado Ecuatoriano como tal, debe centrarse en ¨dejar de ser promotor de iniciativas y volverse generador de oportunidades, enfocando sus esfuerzos en cuatro áreas fundamentales:

PRIMERA.- Fortalecimiento del Sistema Democrático

Actualmente en el Ecuador ocurre que la elaboración de programas de desarrollo económico y sociales de lago plazo, son reemplazados por la capacidad de montar empresas electorales, convertidas en estrategias demagógicas y chantajear a los gobiernos de turno para mantener el control del poder en las élites de siempre.
Es decir, el Ecuador se encuentra subordinado a los intereses de los mismos grupos económicos, en complicidad con algunos medios de comunicación social, dejando sin ninguna representatividad a la auténtica sociedad civil.
Dentro de este contexto, es necesario estructurar una relación de la ciudadanía con el sistema político, mediante la creación de nuevos canales de participación o consensos a nivel regional, provincial, municipal o comunitario.

SEGUNDA: Optimización de la gestión organizacional pública y empresarial privada

Para nadie es desconocido los males que afectan al sector público, en la mayoría de Organizaciones se observa una fragmentación de entidades que maneja el Gobierno Central o el Ejecutivo, existe dispersión de autoridad, superposición funcional, escasa delegación, coordinación horizontal deficiente y énfasis desmesurado en la creación de estructuras burocráticas sin el debido financiamiento presupuestario.
En el ámbito del sector público, muchos estudios sobre reestructuración muestran la necesidad ineludible de concretar una verdadera descentralización y desoncentración operativa y presupuestaria, fortaleciendo los vínculos que tienen los organismos seccionales y regionales (no al separatismo o estados superpuestos).
Esta transferencia de autonomías o de poder de decisión centra a los gobiernos seccionales debe ser total, sin limitaciones, y no solo debe implicar reducciones indiscriminadas de la burocracia sin planes predefinidos de empleo o subempleo.
En cuanto al manejo del sector privado, las empresa pequeñas medianas y grandes debe incorporar en sus estructuras, criterios de una administración y técnicas empresariales sistemáticas, privilegiando la capacitación e incorporando los conceptos de calidad, eficiencia, productividad, competitiviad, valor agregado, etc.
privilegiando la reactivación de la microempresa, dando mayor flexibilidad a las leyes laborales, diseñando estratégicas en materia de crédito, con tasas de intereses manejables, es decir, creando condiciones favorables para la inversión interna y externa.

TERCERA: Diseño de un nuevo papel o modelo económico del Estado

Los Gobiernos de turno, no solo deben limitarse a velar por el desenvolvimiento de los índices macroeconómicos o al cumplimiento irrestricto de pagos de deudas internas o externas, es necesario transformar todas las estructuras productivas del Estado, no solo tratando de aplicar como panacea a las privatizaciones. Existen amargas experiencias en países que privatizaron áreas que eran consideradas estratégicas para esos Estados, ingresaron grandes recursos económicos, pero el germen de la corrupción hizo que fueran manejados alegremente y, esas instituciones nunca mejoraron el servicio.
En este tema de modernizar estructuras, existen otros instrumentos jurídico administrativos para transformar al Estado para el ¨servicio¨ en unos casos serán mas factible apoyar la tesis de una capitalización de las empresa, o apoyar en otros casos la desinversión y venta de actividades empresariales que verdaderamente no requieran la participación del Estado.

CUARTA: Reinserción del Estado en el Contexto Mundial

Las políticas globalizantes de las economías a nivel mundial, implican una inevitable reinserción de todos los países latinos, capaz por ejemplo, de manejar con cierta ventaja competitiva el problema de la disminución sustancial de la deuda externa, afrontar de mejor forma las desigualdades sociales y económicas, accediendo en mayor o menor grado a la participación en las innovaciones científico tecnológicas, aportando mayor valor agregado a los productos, en las actividades y áreas que el Ecuador tiene ventajas competitivas.

Por el cambio

En otros términos, por los efectos de la creciente e innegable trasnacionalización de las economías, la reinserción externa debe realizarse de manera coherente e integral, no como en la actualidad solo existe integración en ciertas áreas o sectores del comercio internacional, sino que abarque a todos los sectores del convivir nacional, es decir, a la economía del país, a la sociedad, a la cultura, a la educación, al turismo, acceso al desarrollo tecnológico, a la planificación industrial, etc.
Estas formas de hacer país, deben tomarse como iniciativas para salir de la crisis, no como críticas destructivas, es decir, que sirvan para cambiar la tan desgastada democracia y la forma decadente de hacer política, (sin liderazgo), y en todo caso, siempre acatando los canales de sucesión Constitucional vigente en la Carta magna.


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