Dr. Fabián MensÃas Pavón
PROFESOR DE PSICOLOGIA JURIDICA UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR – UNIVERSIDAD SEK INTERNACIONAL – MIEMBRO DE LA SOCIEDAD IBEROAMAERICA DE PSICOLOGIA JURIDICA
L A VIDA AFECTIVA SE MANIFIESTA COMO una cálida adhesión, o repulsión al objeto, con un colorido de placer o sufrimiento, agrado, desagrado, satisfacción e insatisfacción, amor, odio, etc. Es un interés, una emoción, un sentimiento a veces una pasión, que mueve y colorea con tinte agradable o dolorosa nuestra vida mental.
A la esfera afectiva se lo ha dividido desde el punto de vista pedagógico en: Emociones, sentimientos, pasiones y estados de ánimo.
Emociones.- Las emociones son reacciones afectivas de poca intensidad, corta duración, acompañadas de alteraciones orgánico funcionales, asÃ: puede presentar palpitaciones, sudoraciones, sequedad de la boca, dilatación pupilar, hipertensión arterial, temblor, palidez, rubor, mirada extraviada, voz frágil, etc.
El sujeto «pierde la cabeza», «no sé que hice» expresa cuando se le interroga, se produce una ofuscación de conciencia, lo cual impide una actitud adecuada.
La historia de la evolución (onto y filogenética) nos confirma que los mecanismos primitivos de la conducta de los seres vivos se encuentran ligados al sucesivo desarrollo de los tres estados emocionales fundamentales: miedo, cólera y amor.
Sentimientos.- Son reacciones afectivas de poca intensidad y larga duración, es frecuente en los adultos. Existe estabilidad y subjetividad, hay predominio de conciencia y voluntad. El sujeto se da cuenta que odia o que ama a otra persona. El ambiente familiar y la cultura modifican los sentimientos.
Pasiones.- Son reacciones afectivas de gran intensidad y larga duración que llega a deformar las ideas del sujeto.
El sujeto sobrevalora sus ideas o juicios de acuerdo a su estado pasional (celos, envidia, venganza, desconfianza, miedo). La pasión ciega el razonamiento y afecta la inteligencia. Fácilmente conduce al delito como un medio de «catarsis» o actos de desahogo interno. Todas las pasiones, o por lo menos la mayorÃa de ellas, pueden enceguecer la razón.
Operan, de manera predisponente, las enfermedades, los estados de agotamiento; y especialmente el alcohol que predispone a estados emotivos patológicos.
El estado de ánimo.- Es un estado psicológico general que matiza, durante un perÃodo prolongado de nuestra vida, ciertos procesos psÃquicos y el comportamiento en el ambiente social. El estado de ánimo puede variar de un momento a otro. Se caracteriza por su larga duración que contrasta con la brevedad de las emociones y de los sentimientos.
AsÃ, un alumno que está serio, preocupado, reacciona a la broma de un compañero, de manera distinta de la que corresponde a su habitual estado de ánimo. Generalmente nos despertamos de «buen humor». Un sentimiento de alegrÃa o tristeza es motivado por algo; pero el humor es inmotivado, brota de lo más profundo de nuestro temperamento, es decir, de nuestra disposición afectiva permanente.
Eutimia.- Se lo ha definido como el equilibrio del estado de ánimo.
LA CATATIMIA
Con este nombre se designa la acción que las tendencias afectivas ejercen sobre la percepción de la realidad.
La información que recepta el pensamiento no corresponde a la conciencia individual de un modo neutral. Merced a la función catatÃmica es arbitrariamente seleccionada del ambiente o de la sensibilidad interna, de manera que las percepciones sensoriales, como las vivencias están deformadas de acuerdo a la actitud de la reacción predominante en el sujeto.
La acción de la catatimia será más evidente mientras más intensa sea la tendencia afectiva que la desencadena; por ello, se comprende que llegue al máximo cuando en la persona se reactivan las funciones emocionales primarias. Por tanto toda persona emocionada da un pésimo testimonio de la situación.
La función catatÃmica desempeña un papel de adaptación y compensación de los conflictos psÃquicos que surgen entre los deseos personales y sus posibilidades de realización, equilibrándole a medida de sus conveniencias particulares y momentáneas. Pero la catatimia encierra un grave peligro, pues al apartar al sujeto de la realidad objetiva, si bien lo concilia consigo mismo, puede ponerlo en conflicto con las opiniones de sus semejantes y conducirlo a conductas patológicas.
PSICOPATOLOGIA DE LA AFECTIVIDAD
La vida afectiva puede sufrir las siguientes alteraciones:
1. HIPERTIMIA.-
Existe un estado de ánimo exagerado de alegrÃa, bienestar y satisfacción asÃ, tenemos:
Euforia.- Existe exaltación del estado de ánimo del sujeto. Se caracteriza por la alegrÃa profunda, insulsa, con locuacidad que lleva al paciente al chiste grosero y rudo.
Júbilo. – Es un estado de euforia máxima donde el sujeto; irradia alegrÃa y confianza en sà mismo.
Extasis.- Es una forma superior de euforia con salida de si mismo, poniéndose en contacto con algo que no es su realidad. Conduce al individuo hacia un mundo sublime de carácter mÃstico, estético, que lo aleja de los sufrimientos del mundo real. Se acompaña a veces de visiones divinas o celestiales.
ManÃa.- Se manifiesta a través de extrema alegrÃa, cólera, agitación psicomotora, gran locuacidad, fuga de ideas hasta llegar al éxtasis.
La HipomanÃa.- Es un cuadro de inicio o terminación de la manÃa. Por lo común el paciente se manifiesta alegre, locuaz, feliz, sociable.
2. HIPOTIMIA.-
Es un estado de malestar por insatisfacción y tristeza. Tenemos: apatÃa, miedo, pánico, ansiedad, depresión, melancolÃa.
La ApatÃa.- Existe falta de interés, indiferencia por todo. Se observa exagerada lentitud, aún frente a estÃmulos que deberÃan desencadenar reacciones afectivas o emocionales. Se presenta en pacientes con problemas glandulares y en débiles mentales.
Miedo.- El miedo es una reacción temerosa ante un peligro concreto que lo justifica. El hombre normal ante el peligro no reacciona con angustia sino con miedo.
Pánico.- El sujeto tiene la vivencia de que el peligro viene de todas partes, provocando conductas agitadas y de sobresalto.
Ansiedad.- Es temor sin saber a qué. Es temor a algo indefinido. Es importante diferenciar entre angustia y ansiedad; en ambas existe un temor a algo que no se puede definir. En la angustia existen sÃntomas somáticos viscerales predominantes. En la ansiedad hay expresión más psÃquica, asÃ: preocupación, sensación de presión precordial, palpitaciones, paro cardÃaco, etc.
Depresión. – Es un estado de tristeza, disminución e inhibición psicomotora de los procesos intelectuales, volitivos y neurovegetativos. Manifiesta una expresión de tragedia, mÃmica pobre, anorexia e insomnio.
MelancolÃa.- Presenta un cuadro depresivo con gran tristeza, pesimismo generalizado, facies dolorosa, pérdida de la iniciativa, ideas delirantes, hipocondrÃacas, persecutorias y notable tendencia al suicidio.
3. REACCION AFECTIVA.-
La reacción afectiva puede alterarse desde el punto de vista patológico con lassiguientes manifestaciones:
Labilidad afectiva.- El sujeto presenta cambios bruscos del afecto sin motivo aparente; de gran intensidad y breve duración, asÃ: depresivo, eufórico, irritable, indiferente. Se presenta en las personalidades histrÃonica, inmadura, en los retardados mentales y en las demencias.
Indiferencia Afectiva.- Es pérdida del afecto a los seres queridos sin motivo aparente. El enfermo no reacciona ante los estÃmulos emocionalmente agradables ni desagradables.
Inversión de los afectos.- El sujeto siente odio por los seres amados y amor por los que deberÃa odiar.
Disociación afectiva.- Es un afecto inapropiado discordante. La respuesta afectiva no concuerda con el estÃmulo. Un esquizofrénico, ante una mala noticia rÃe; y viceversa.
Irritabilidad.- Existe una desproporcionada reacción frente a un estÃmulo. El paciente se manifiesta emocionalmente excitable y a veces explosivo.
Embotamiento Afectivo.- Se evidencia disminución de la excitabilidad emocional, colocando al paciente en estado de obnuvilación, estupor o shock afectivo.
Tenacidad Afectiva.- Los afectos se mantienen por tiempo prolongado, colocando al paciente en un verdadero sufrimiento con manifestaciones de rencor, odio, envidia, etc.
Ambivalencia afectiva. – Existen afectos contrapuestos: El sujeto ama y odia, a la vez, a la misma persona.