Las lesiones en el Código Penal

Dr. Jorge W. German R

P OR LESIÓN SE CONOCE EL DAÑO O DETRIMENTO que es injusto y antijurídico, generalmente sin ánimo de causar la muerte, es una evidencia que causa daño anatómico, físico o funcional.
El daño puede consistir en la mutilación, en herida con efusión de sangre, en contusiones, en alteración de la salud por ingestión de sustancias tóxicas.
El señor Profesor Chileno Don Reimundo del Río, uno de los grandes penalistas que tuvo ese país, con todo acierto dice: ¨ Es todo daño causado a la integridad corporal o a la salud de la persona por medios mecánicos, químicos y virulentos, u de cualquier orden material ¨. Luego tenemos un concepto claro del delito y agrupados los medios comúnmente usados para causar la lesión.
En este trabajo nos ocuparemos solamente en estudiar los medios más precisos, los agentes que se utilizan para ocasionar traumas o lesiones, sin perder nuestro objetivo, esto es, interés médico-legal.

El arma

Cualquier objeto, instrumento máquina o utensilio que se tome para matar, herir o golpear, nuestro Código Penal le da el nombre genérico de arma . Así pues, no sólo son armas las propiamente tales, como el revolver, sable, etc., sino también un hacha, un palo, una botella, un plato, siempre que se haya tomado con intención de agredir, aunque no se haya hecho uso de ello.
A continuación haremos una descripción característica de las heridas ocasionadas con instrumentos cortantes, punzantes y contundentes.

Heridas cortantes y punzo-cortantes

Ciertos instrumentos como navajas cuchillos, puñales, producen heridas en forma de hendiduras cuya dirección es independiente de las fibras cutáneas, por predominar en tales instrumentos la acción cortante sobre la punzante.
Si el instrumento es de un solo filo, algunas veces puede reconocerse en la herida, cuál es el ángulo correspondiente al mismo ( agudo ) y cuál el dorso del instrumento ( redondeado ). La herida cutánea puede ofrecer una disposición angular, cuando el instrumento, al ser extraído, se desvió. Son generalmente de origen homicida.
Las heridas producidas por instrumentos más apropiados para cortar o tajar, como navajas, cuchillos, trozos de vidrio, son soluciones de continuidad, alargadas, de bordes limpios, de perfil triangular. Muchas veces se distingue el principio de la herida por la limpieza del corte, que es al propio tiempo más profundo, y la terminación por presentar cola, es decir, una proporción en que la sección de los tejidos se hace cada vez más incompleta y superficial, hasta cesar enteramente. Con frecuencia puede observarse múltiples cortes sobre los bordes de la herida. Un solo golpe con el arma, resbalando sobre la piel, puede, por otra parte, producir varios heridas incisas más o menos paralelamente. En este caso los bordes de dichas heridas aparecerán biselados.

Heridas incisas

Entre las heridas incisas son de frecuente observación, en la práctica, las de degollación, situadas en las partes laterales y anterior al cuello, pudiendo interesar el paquete vásculo-nervioso ( carótida, yugular interna, neumogástrico, simpático ) y las vías aéreas. Se ha pretendido que en la degollación suicida la herida suele estar dirigida de arriba a bajo y de izquierda a derecha ( inversamente en los zurdos ), al paso que en la homicida suele ser transversal o ascendente; pero este dato tiene por valor, como así mismo la afirmación que si el sujeto se degüella de pie ( actitud habitual en el homicida ) la sangre se proyecta hacia adelante, manchando en consecuencia las prendas de vestir que cubren la parte interior del cuerpo, al paso que la degollación de un sujeto acostado ( excepcional en el suicidio ) proyecta la sangre hacia los lados.
Es indudable que la mano que práctico una degollación debe estar manchada de sangre. La profundidad de un corte no excluye la posibilidad del suicidio, como prueban varios casos de mi vida como Fiscal; en algunos de ellos se ha comprobado que estaban accionados la laringe, la faringe y el paquete vásculo-nervioso derecho del cuello, alcanzado el corte a la columna vertebral.

En la degollación suicida no es raro comprobar a la herida principal otras superficiales que traducen un momento de indecisión del sujeto antes de darse el golpe mortal.
En los casos de homicidio con arma blanca, se buscará cuidadosamente en las manos y antebrazos y las denominadas lesiones de defensa, que se produce la víctima en los bordes externo de los antebrazos, palma de la mano y dedos al tratar de parar los golpes o desarmar al agresor.

Heridas Punzantes

Se tendrá presente que un instrumento punzante, si tiene cierto calibre ( punzones, clavos ), produce en la piel una herida, no de forma redondeada, sino alargada en forma de hendidura, tal como produciría un estilete, pero con una dirección constante para cada región cutánea, determinada por las fibras de la piel.
Los instrumentos punzantes de arista ( floretes, compases, ciertas bayonetas ) producen heridas análogas si las aristas son romas, pero si son agudas den lugar a heridas estrelladas de tantos radios como aristas tenga el instrumento. Por lo tanto deben ser investigadas cuidadosa mente, ya que sus dimensiones habitualmente exiguas, pueden hacerlas pasar inadvertidamente fácilmente.
En las mujeres de senos colgantes el perito nunca descuida levantarlos, con el objeto de comprobar las eventuales lesiones, heridas punzantes en especial, que pudiera existir debajo de ellos.

Características

Se caracteriza por su forma irregular, el aspecto desigual y frecuentemente despegado de sus bordes. Son extremadamente variadas según el agente causal que las produce y su localización. Puede presentar un aspecto muy característico de las producidas por dientes y uñas de personas o animales.

Las mordeduras

Las impresiones dejadas en la víctima por los dientes del agresor pude permitir en ocasiones, la identificación de éste, una mordedura puede llegar a producir el arrancamiento de la nariz, de una oreja o la amputación de una o varias falanges. Podrá ser instructiva la comparación de la dentadura de la víctima con la eventual huella de una mordedura observada en el presunto agresor. Las manos además de las erosiones típicas semilunares o arañazos, pueden provocar también el arrancamiento de un ojo o de los genitales masculinos.
Son frecuentes, aunque también puede faltar por completo, en los atropellos de vehículos e ir acompañado de múltiples equimosis y excoriaciones.

Lesión Contusa

Se origina por choque o aplastamiento del cuerpo humano contra un cuerpo duro o viceversa.
Los traumatismos que se producen no ofrecen para diagnóstico, ya se trate de un simple equimosis, tumores o bolsas sanguíneas y serosas, destrucción de los tejidos anatómicos, destrucción de miembros en su totalidad, siguiendo el orden de gravedad médico-legal. De consiguiente puede producirse por precipitación de altura, por golpes con objetos duros, como un palo, bastón, piedra, etc., por compresión violenta y por atropellamiento.

Heridas mixtas

No siempre las heridas revelan con nitidez que el arma que las produce eran cortante, punzante o contundente, porque también las hay que reúnen una y otra característica a la vez, de tal manera que en medicina legal estas heridas -digamos mixtas- toman el nombre típico de instrumento o arma empleada en la agresión. Y así tenemos heridas punzo-cortantes o inciso-punzantes que punzan y cortan, como el sable, machete, hacha que producen derrame y extravasación de sangre.

El perito médico-legal

El aporte del perito médico-legal en los casos de lesiones mortales ocasionadas por armas blancas o e cualquier otra naturaleza tienen un valor decisivo en la investigación del delito y en la resolución tanto del señor Fiscal como el Juez de Derecho, porque al describir la herida en una forma minuciosa, dará al Juez una idea muy aproximada de la clase de arma, su tamaño, grosor, y, que es más importante aún, la revelación de las sinuosidades del filo del arma que quedan impresas en la herida.

El filo del arma

Es sabido que ningún arma, ni aún las navajas de afeitar, tiene un filo liso, aunque a simple vista así lo parezca, pues si miramos una navaja a través de una lupa veremos sorprendidos que su filo tiene tantas interrupciones, que más bien se asemejan a los dientes de un serrucho.
Pues bien, es precisamente este defecto el que convierte al agente en una arma de dos filos, por decirlo así, para el homicida, ya que tal imperfección lo delatará tan pronto como el arma sea hallada. Y los peritos en esta materia lo saben perfectamente.

La equimosis

Para la señal característica contusa es la equimosis y los derrames sanguíneos y serosos. La infiltración de sangre en los tejidos es lo que produce el moretón o cardenal, que en los primeros 2 o 3 días es azulado, que toma luego un tinte verdoso, que a los 8 días más o menos pierde poco a poco esta tonalidad y pasa a ser amarillento.
La equimosis reviste gran interés médico-legal. Ya hemos visto que en su coloración nos revela con cierta exactitud el tiempo de su consumación. Las manchas equimóticas permiten señalar el objeto o instrumento que la ocasionó con relativa precisión; pero lo más importante de la eqimosis es probar que fue ocasionado estando viva la víctima ( lesión vital ).

Heridas por arma de fuego

Ya sabemos que cuando el cañón del arma está en contacto con la piel, es frecuente que la expansión de los gases desarrollados por la carga provoque el estallido de la piel de dentro a fuera, dando al orificio de entrada un aspecto estrellado. La enorme cavidad tiznada y tatuada viene a constituir en vestíbulo en cuyo fondo se inicia el trayecto de la herida, es lo que los señores médicos legistas llaman la ¨ bocamina de la herida.

Anillo de contusión

También hablamos del llamado anillo de contusión, el cual no sólo sirve para determinar el orificio de entrada del proyectil, sino que puede orientarnos acerca de la dirección del disparo, pues si este fue perpendicular, a la superficie del cuerpo rodea el orificio como un anillo perfectamente concéntrico, al paso que si el disparo fue oblicuo, es excéntrico o hasta semilunar, mostrándose más estrecho o faltando por completo en la parte del contorno del orificio más alejada del cañón del arma.
El anillo de contusión es más visible en los disparos a corta distancia que los de larga distancia, pero la comprobación más demostrativa, en el primer caso, se basa en los efectos que deja la llama, las incrustaciones de granos de pólvora, incluso en los vestidos, y el humo que producen las pólvoras negras; en cambio, es menos acentuado en las pólvoras, que dejan menos residuos al explotar, a la vez que la carta en los proyectiles es mucho menos.
En los laboratorios de las policías modernas se han hecho ensayos con diferentes armas de fuego desde uno a cien centímetros de distancié, disparando sobre un blanco especial para poder medir el área de distribución de los granos de pólvora y el efecto del fogonazo con distintas clases de pólvora. Con los resultados y proyecciones han formado tablas de orientación, sin pretender establecer normas rígidas y recomendando practicar ensayos utilizando las mismas armas.
Claro que estas operaciones pertenecen mas bien al sector de la criminalística, pero a mi modesto entender esta rama científica debe marchar del brazo con la medicina-legal, por sus estrechas conexiones y porque la finalidad de ambas es auxiliar a la justicia en su labor investigativa y porque no decir al representante de la sociedad que es el Fiscal.