La revolución eco-industrial

Dr. Manuel Posso ZumƔrraga
CONSULTOR Registro No 1-4075-CIN

L OS ASUNTOS AMBIENTALES han adquirido importancia capital en las compañías no solo en el Ômbito operativo sino especialmente en la gestión estratégica. Se calcula que el mercado ambientalista solo en los países de la OCDE, se manejarÔ mas de 600 mil millones de dólares y se elevarÔ aún mas en los países recientemente industrializados.

Por otro lado, las leyes ambientales cada vez mÔs estrictas, los costos multimillonarios en dólares que se requiere para la limpieza ambiental y las denuncias de contaminación en el campo de las responsabilidades civiles y penales, han empezado a influir en los resultados generales de las empresas.
Es por estas razones, en el futuro, el manejo correcto del riesgo ambiental y las oportunidades de inversión marcarÔn la diferencia para superar a los competidores. Es decir, el acceso al capital, clientes, proveedores y empleados comprometidos, dependerÔ cada vez mas en el desempeño y eficacia Ambientales de las compañías.

En otros tƩrminos, hoy mas que nunca es necesario, mover las cuestiones ambientales de la periferia al centro estratƩgico de una compaƱƭa, por los siguientes factores o estrategias.

Supervivencia de la empresa a largo plazo

Se afirma que las practicas de cosecha no sustentables, minan la base misma del recurso del que depende el futuro de muchas compaƱƭas, porque los sectores de silvicultura, energƭa, agricultura turismo, e industria quƭmica, siguen siendo sectores vulnerables, que deben comenzar el camino del aprendizaje ambiental a largo plazo, como un mecanismo de supervivencia empresarial.

Oportunidades de mercado

Se calcula que el mercado de bienes y servicios ambientales es de mas de 600 mil millones de dólares anuales, solo en los países signatarios de la OCDE, Esta cifra no incluye a los mercados ambientales de mÔs rÔpido crecimiento industrial como TAIWAN, COREA DEL SUR, INDONESIA, TAILANDIA, MALASIA, SINGAPUR Y CHINA.

Competitividad

Varios gurus de la competitividad, afirman de forma convincente que las normas locales estrictas en materia ambiental, producen empresas con desempeño superior en los mercados mundiales. Por ejemplo, en el sector ecológico de Alemania, las compañías que han convertido las leyes ambientales en extremo estrictas, estÔn abarcando una participación del 20 % del mercado mundial de tecnologías denominadas «verdes».

Capacidad de operación

El cumplimiento de normas ecológicas rígidas, han hecho que por lo menos en los países pertenecientes a la OCDE, sus empresas conserven su » licencia social » o sellos, para seguir haciendo negocios ambientales.

Responsabilidad legal y penal

Los astronómicos costos por limpieza ambiental y litigios legales, provocan ganancias muy castigadas, grandes responsabilidades contingentes e incluso bancarrota. Tan solo en Estados Unidos, la Agencia de Protección Ambiental calcula que para fines de esta década sus leyes ambientales le costarÔn unos dos billones de dólares a la industria.
Las compañías empiezan a apreciar la creciente relación, entre el desempeño ambiental y el buen nombre empresarial en todos sus negocios ecológicos.

Reinversión de la Compañía

El medio ambiente, desde todo punto de vista, es un asunto estratégico a nivel del compromiso de la Dirección General de la empresa, ya que exige la reinvención de la mayoría de las funciones estratégicas.
Las estrategias antes citadas juntas, constituyen una razón poderosa para situar a las cuestiones ambientales mas cerca del centro estratégico de la compañía.
Pero, ahora viene la interrogante primaria, ¿ cómo lograr el compromiso directivo empresarial con una revolución ecoindustrial?

El cambio hacia una nueva norma, en esencia debe empezar desde la cultura empresarial y desde la conciencia individual, considerando a la eficiencia ambiental como una arma competitiva. Por ejemplo, se calcula que en Japón, la eficiencia ambiental superior brinda a las compañías japonesas una ventaja en costo inmediata del 5 por ciento sobre sus competidores internacionales menos «ecoeficientes». Es decir, pasar mas allÔ de la mentalidad esencialmente negativa y limitante de la «administración ambiental » y buscar oportunidades positivas viables para nuevos productos, procesos, servicios y tecnologías que combinen las utilidades con el mejoramiento ambiental. Y esta nueva norma, forma de administrar las situaciones ambientales se le conoce como » desarrollo sustentable »

En otros términos, en lugar de aplicar un enfoque » al final del proceso», estÔtico, para remediar situaciones ante el control de la contaminación, débese concentrar en medidas preventivas bien arraigadas dentro de la cadena de valor empresarial. Es decir, en la mayoría de los casos, las medidas preventivas serÔn literalmente cientos de veces mÔs efectivas en cuanto a costos, que las medidas correctivas posteriores.

En conclusión en los países semi industrializados o en vías de desarrollo como el Ecuador, se tiene la falsa creencia casi generalizada de que la aplicación de las citadas estrategias ambientales enfocadas como armas competitivas, sirven solo a grandes empresas, y esto es una limitante o un enfoque errado, pues la aplicación de medidas preventivas o de normas ambientales, producen también enormes beneficios para las pequeñas y medianas empresas y esta nueva forma de mirar la administración ambiental es lo que primarÔ en el nuevo milenio, con el nombre de revolución ecoindustrial.