Autora: Msc. Samanta Puente Baquero

Para poder optar y elegir la mediación es importante conocer su naturaleza y sus principios. Pero con ello no me refiero a conocer a la mediación desde el aspecto jurídico o práctico, sino desde su espíritu y cimiento principal que recae sobre la cultura de paz.

La cultura de paz abarca una suma de valores, comportamientos, acciones y actitudes entrelazados con principios éticos y morales que reflejan el respeto a la vida, al ser humano y a su dignidad. Del mismo modo, ubica en primer plano a los derechos humanos que busca erradicar y rechazar a la violencia a través de la promulgación de los principios de libertad, solidaridad, justicia, empatía, tolerancia, así como la comprensión entre personas, pueblos, etnias, colectivos y comunidades.

La paz ha sido una de las mayores aspiraciones y objetivos de la humanidad en el planeta; la construcción de la cultura de paz ha recorrido un largo camino después de reflexionar, ¿por qué la guerra entre las naciones?

Antecedentes

La primera vez que se expone como tal el concepto de “cultura de paz” fue en el mes de julio del año 1989 en el Congreso Internacional “La Paz en la Mente de los Hombres”, celebrado en Costa de Marfil, África. La encargada de llevar a colación el concepto fue la UNESCO, con el fin de promover y brindar una nueva visión acerca de la paz. Además, en este Congreso se aprueba la “Declaración de Yamoussoukro” donde se define, también por primera vez, el concepto de cultura de paz:

El Congreso invita a los Estados, a las organizaciones intergubernamentales y no gubernamentales, a las comunidades científicas, educativas y culturales del mundo y a todos los individuos a: i) contribuir a la construcción de una nueva concepción de la paz, mediante el desarrollo de una cultura de la paz, fundada en los valores universales del respeto a la vida, la libertad, la justicia, la solidaridad, la tolerancia, los derechos humanos y la igualdad entre hombres y mujeres.

A partir del mencionado Congreso, la UNESCO lidera y potencia movimientos en pro de la cultura de paz, en todos los niveles de sociedad, con el fin de encontrar soluciones pacíficas a los conflictos y problemas sociales. Por ello, el 6 de octubre de 1999 se da la “Declaración y Programa de Acción sobre una Cultura de Paz”, por la Asamblea General de las Naciones Unidas, donde en su artículo uno se menciona que esta cultura abarca un conjunto de valores, actitudes, tradiciones, comportamientos y estilos de vida, basados en el respeto a la vida, fin de la violencia, práctica de la no violencia a través del diálogo, educación, cooperación; así como el compromiso al arreglo pacífico de los conflictos, el respeto y fomento a la igualdad de derechos y respeto a los principios de soberanía, integridad territorial e independencia política.

Posterior a ello, en el año 2000 se proclama como el “Año Internacional de la Cultura de Paz”.

Definición

Con este breve desarrollo histórico, es importante entender ambos términos: cultura y paz. La cultura o civilización es definida por Edward B. Tylor:

En su más amplio sentido etnográfico, es ese todo complejo que incluye los conocimientos, las creencias, el arte, la moral, el derecho, la costumbre, y algunas otras capacidades y hábitos adquiridos por el hombre como miembro de la sociedad. [1]

Mientras que la paz, conforme las definiciones dadas por la Asamblea General de las Naciones Unidas, no solo se relaciona con la ausencia de conflictos, sino que implica un proceso activo que solucione o busque solucionar conflictos en un ambiente donde prospere la cooperación, la comunicación y el diálogo.

Por lo expuesto, la cultura se da como condición de la paz y la paz como condición de la cultura; la cultura siempre ha sido y será una condición de paz, aunque ella sola no es suficiente, al igual que la educación, ya que para lograrlas, deben intervenir, como en todo proceso social múltiples factores. Sin embargo, ambos conceptos son esenciales para el logro, mantenimiento y desarrollo de la paz. Por ello, cuando un país promueve el desarrollo, perfeccionamiento de las instituciones educativas y culturales, está, intrínsecamente, ayudando a que se consolide la paz.

¿Cómo se relaciona la cultura de paz con la mediación?

La mediación, al ser un método alternativo de solución pacífica de conflictos, busca la edificación de una verdadera paz positiva. Éste es un procedimiento noble, ya que pone énfasis en las emociones, sentimientos, intereses de las partes o de las personas, así como promueve el diálogo y entendimiento entre las partes; incluso trata que la relación vuelva a su normalidad o se recupere en gran medida.

La cultura en negociación, mediación y conciliación debe ser uno de los pilares en la educación para la paz:

En el trabajo para una cultura más abierta, más dispuesta a la paz, un punto principal es la cultura de solución de conflictos. Cada conflicto moviliza emociones, pero también es un problema para resolver, un choque de objetivos legítimos en búsqueda de una nueva realidad que ofrezca más compatibilidad. Hacen falta tres puentes en la construcción de esta cultura de paz: empatía, no-violencia y creatividad. Con optimismo y amor es totalmente factible. [2]

La cultura de mediación abarca el conjunto de principios inmersos en la cultura de paz, y de forma complementaria, se enfatiza con la inteligencia emocional, el diálogo, la comunicación y la empatía entre las partes intervinientes con el objetivo de buscar una solución pacífica o armónica.

Con el fin de promover la paz positiva es necesario desarrollar la concepción más idónea para afrontar los conflictos, a través de las relaciones interpersonales; entendiendo que el conflicto es natural e inherente al ser humano. Sin embargo, la mediación significa y persigue solucionar el conflicto a través de la paz, diálogo y consenso. De esta forma transforma el conflicto o la situación tensa y problemática en una solución que aporta mayor convivencia a las partes.

Por ello, la cultura de la mediación es inherente a la cultura de paz, ya que promueve los sentimientos y cohesión (competencia que se evidencia cuando se interactúa con otros, lo cual invita a encontrar acciones de entrenamiento como equipo, además de la disposición personal) entre individuos.

A su vez, es de suma importancia, el rol del Estado con el fin de fomentar en la ciudadanía, las competencias mencionadas anteriormente, para la cooperación y construcción de acuerdos diarios y de forma activa.

“Puesto que las guerras nacen en la mente de los hombres, es en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la paz.”

LA HORA 

CONTÁCTENOS

Msc. Samanta Puente Baquero

Directora del Centro de Mediación “Jóvenes y Justicia”

Enlace: https://jovenesyjusticia.org/

 

[1] Universidad Autónoma Indígena de México. Cultura de Paz y Resolución de Conflictos: La Importancia de la Mediación en la Construcción de un Estado de Paz Ra Ximhai, vol. 11, núm. 1, enero-junio, 2015, pp. 109-131.

[2] Universidad Autónoma Indígena de México. Cultura de Paz y  Resolución de Conflictos: La Importancia de la Mediación en la Construcción de un Estado de Paz Ra Ximhai, vol. 11, núm. 1, enero-junio, 2015, pp. 109-131.