EL PODER DESDE LA
PERSPECTIVA DE FOUCAULT Y LAS RELACIONES DE GÉNERO

Autor:
Ab.
José Sebastián Cornejo Aguiar.[1]

Este tema debe ser analizado, a la
par del concepto del poder del pensamiento de Foucault, interpretado en base al
rol; en base a las relaciones de
producción, en donde se puede apreciar claramente una dominación de clases, en
base al desarrollo de las fuerzas productivas, definiendo de esta manera al
poder como aquel que reprime.[2]

Es decir, el axioma del poder, se
basa a través de mecanismos de represión e ideología, que se plasman, en
estructuras jurídicas, llamémoslos Códigos, leyes, decretos, ordenanzas, etc.

En donde existen prohibiciones, que
aparentemente serán beneficiosas para el pleno desarrollo, de la vida en
sociedad, evitando que se den excesos en el libre desarrollo de los derechos,
que incluso pueden transgredir los derechos de los demás.

Para lo cual, los mecanismos de
protección contra la mujer, se han ido configurando como reglas dentro del
ordenamiento jurídico y social, generando de esta manera respuesta a patrones socioculturales.[3]

Debido, a que la aplicación de los
derechos humanos, se concibe desde sus inicios en clave masculina, es decir el
hombre como centro del pensamiento humano, del desarrollo histórico y parámetro
de la humanidad.[4]

Mientras, que los derechos de las mujeres
fueron pensados como un particular del universal masculino y bajo una
concepción de las mujeres como minoría,[5]
concepto sumamente arraigado, de que esta minoría, se devenía de las relaciones
de fuerza o de poder, que han sido ampliamente desarrollados desde los clásicos
de la Sociología, como Marx y Weber, hasta autores como Poulantzas y Gramsci, con
acento en lo económico, en la lucha de clases, político, e ideológico.[6]

En efecto las relaciones de poder, son
objeto de estudio de la perspectiva de género, cometiendo un nuevo acto de
violencia contra las mujeres, en este caso por omisión, al eliminar o
invisibilizar las relaciones de poder que se dan en otros espacios, por ejemplo
en la vida privada,[7] como
menciona Foucault con su ?Microfísica del
Poder
?.[8]

Para lo cual estas relaciones de
poder, se desarrollan en torno a una sociedad patriarcal capitalista, ya que
nace de criterios de dominación y subordinación entre los géneros, basándose en
aspectos como el fuerte y el débil.

Conceptos, que Eisenstein, ya hacía
alusión en el texto cuando se refería ?Hacia
el desarrollo de una teoría del patriarcado capitalista y el feminismo
socialista?[9],
determinando de esta manera las relaciones de poder que se desarrollan, en
torno a estos conceptos, en donde la perspectiva de Foucault, parte de aspectos
centrales con respecto al poder como son:

1.
La Arqueología.-

Entendida como la búsqueda del discurso del
poder, en donde se preocupa más por la descripción que por la explicación sobre
los regímenes de saber en determinados dominios de la historia, ya que nos
dice, que para analizar las relaciones de poder es necesario conocer los ?saberes? que se han construido como
hegemónicos en un momento histórico determinado la necesidad de una historia
crítica, que cuestione lo dado, lo establecido, rechazando los fundamentos
universales y sustituyéndolos por una red de aspectos históricos concretos.[10]

En donde dentro del contexto del
feminismo, se puede manifestar, que la práctica de la violencia hacia las
mujeres, surge de los mismos esposos, quienes, las maltrataban de variadas
maneras, muchas veces de forma cruel.

Tanto así, que a partir de las
quejas de las esposas o pedidos de divorcio ante los jueces eclesiásticos
durante el siglo XVIII por la causal ?sevicia?, y de las demandas entabladas
por delitos como golpes y flagelaciones ante jueces civiles en el siglo XIX e
inicios del XX, las historiadoras exploran las causas o los pilares sobre los
que se sustentaban dichas prácticas.[11]

Determinando una clara aplicación
de relación de poder, explicada de la arqueología, en donde los hombres,
arraigados en un pensamiento patriarcal y machista denotaban ese poder mediante
la violencia, en contra de la mujer.

Si bien la situación de las mujeres
en el Ecuador se ha modificado de forma sustancial en muchos aspectos, en tanto
sus derechos individuales han sido reconocidos, en diferentes instrumentos
internacionales, así como leyes internas,
es necesario puntualizar, que cada vez más mujeres han accedido a la
educación formal, al trabajo remunerado y a espacios públicos antes vedados
para ellas.

Dejando en claro, que si seguimos
la línea de la obra ?Mujeres y
Arqueología
?, en homenaje al profesor Manuel Carrilero Millán, cuando, se
hace referencia, a que la teoría arqueológica y feminismo nos sirve para
descubrir una especie de desdoblamiento que diferenciaba los sectores posmodernos,
neoliberales e histórico-culturales, en donde el nuevo tipo ?arqueología simétrica? o ?arqueofilósofos/as? de nueva generación,
suponen un panorama altamente frustrante, de ahí que se atreve a plantear que
la Arqueología Prehistórica en general, y algunas aproximaciones feministas en
Arqueología en particular, denotando ciertos puntos fundamentales como son:

a) El problema de condiciones
materiales, más amplio y no reducible al ámbito de lo que se suele entender por
?cultura?, se circunscribe en que las circunstancias no deben ser
generalizables a todas las mujeres como colectivo, es decir, muchas mujeres en
razón de su procedencia; ser pobres; trabajadoras con empleos precarios; estar
impedidas físicamente; encontrarse sumamente alienadas; ser migrantes, no
deberían quedar automáticamente relegadas a los márgenes de esos supuestos.

b) Estas diferencias entre mujeres hacen, no solo
que las reivindicaciones que pueden plantear sean distintas e incluso dispares,
como ya han puesto de manifiesto los denominados feminismos periféricos, de la
tercera ola o post-coloniales, sino que las políticas a desarrollar tengan que
reconocer definitivamente que existen otros feminismos más allá de los
feminismos hegemónicos y por ende de tipo institucional.[12]

Dejando como resultado clave, que
dentro del contexto social, aún se encuentra marcada una tendencia machista,
que denota un rango de inferioridad hacia la mujer, sin embargo en mucho menor
manera, debido a como ya me he referido, la misma con el pasar del tiempo se ha
ido abriendo campo en diferentes áreas denotando que puede efectuar cualquier
actuación al igual que un hombre por lo que este pensamiento del machismo
debería ir desapareciendo.

2.- La Genealogía.- Cuya, propuesta sobre cómo estudiar la historia
toma forma, en la medida en que fundamenta aspectos desarrollados en la
?arqueología del saber?, que en sí busca la procedencia de los hechos sociales
o las constituciones sociales.[13]

Nos denota según María J Binetti,
en su artículo ?La maternidad patriarcal:
sobre la genealogía de la suprema alienación
?, que la maternidad patriarcal
comenzó con el patriarcado mismo y continuó hasta la fecha durante unos 5000
años, en donde la maternidad del patriarcado ha sufrido las diferentes
formaciones sociopolíticas de la historia patriarcal.

Sin embargo, cualquiera sea la
forma o el momento, su fundamento es siempre el mismo ya que la apropiación de
la capacidad procreadora de las mujeres, es expresada en la apropiación de sus
hijos y resuelta en la dominación de todo el orden reproductivo y productivo.,
debido a que en materia de moral sexual, las religiones patriarcales son
consecuentes con la represión del impulso sexual, que las religiones
matriciales celebraban como culto divino, orgiástico y extático, fijando así a la paternidad como únicamente
legitimada por la institución matrimonial, debido a que la maternidad patriarcal
coincide con la negación del sujeto autoconsciente y deseante que es la mujer.[14]

Mientras que por su parte Ana de Miguel
Álvarez, en su artículo denominado ?El
legado de Simone de Beauvoir en la genealogía feminista: la fuerza de los
proyectos frente a ?La fuerza de las cosas?,
se refería a que es importante
no infravalorar el esfuerzo que ha supuesto llegar a hacer a las mujeres objeto
del conocimiento.

Si no más bien analizar la continua
fractura del pensamiento feminista, que hasta hace muy poco parecía haber
comenzado en los años sesenta, en donde era invisible el androcentrismo de la
cultura patriarcal que no consigue verlo hasta entonces, ya que si hubiera que
sintetizar el núcleo de la filosofía feminista Beauvoiriana, diríamos que ésta
reposa en el desvelamiento del ?androcentrismo?[15]
y la plusvalía ontológica que reporta a los varones, al afirmar no sus talentos
ni sus triunfos sino ?la condición
elemental de su persona
?, como la clave de la reproducción simbólica del
enrevesado y despiadado sistema de dominación patriarcal, en donde sin lugar a
dudas el androcentrismo consiste en identificar todo lo masculino con lo
genéricamente humano.[16]

A lo cual toda esta parte
conceptual, bien podría entenderse a la par de la Leyenda de los cuatro elementos,
la misma que hace referencia a q ue antes
del principio, la Diosa de la Vida decidió expandirse más allá de sí misma para
hacerse más sabia y más bella. Fue entonces cuando emprendió la tarea de crear
todo lo conocido y todo lo que aún no conocemos.

Y así fue que estiró su mano hacia
el SUR, que es la dirección que marca el crecimiento y la fructificación, y de
allí tomó AGUA y dijo: ?éste es el elemento del que surge la vida, que lava y
refresca, que hace crecer y da vitalidad. Es el elemento que contiene las
formas bellas, las emociones y los sentimientos [?]?, y asoció el Agua con lo
femenino.

Luego estiró su mano hacia el
NORTE, dirección de la renovación, del conocimiento y la sabiduría, tomó AIRE y
dijo: ?este es el elemento del aliento, de la palabra y de la música, de la
luz, el color y el perfume. Es el elemento que contiene los pensamientos, las
ideas y la creatividad. En él está la fuerza de la razón [?]?, y asoció el Aire con lo masculino.

Más tarde tendió su mano hacia el
ESTE, dirección de lo nuevo, de los comienzos, del nacimiento, y de allí tomo
FUEGO y dijo: ?éste es el elemento de la iluminación y el esclarecimiento, de
la purificación y de la fuerza de la vida y de la salud. Él es el que contiene
el poder de la fuerza espiritual, es la energía, la pasión y la acción [?]?, y vio que el Fuego también era
masculino.

Por último, la Diosa llevó su mano
hacia el OESTE, que es la dirección de la madurez, de la cosecha y de las
recompensas, y de allí tomó TIERRA y dijo: ?éste es el elemento de lo interior,
de lo misterioso y lo secreto, de lo que muere para nacer. En ella las formas
se han hecho materia, y contiene en sí la belleza del cambio y de lo dinámico
como parte de la vida [?]?, y vio que esto también era femenino.

Luego, con los cuatro elementos en
las manos, comenzó a combinarlos creando así todo lo que existe, en orden de
importancia. Primero las formas más simples y creciendo así hacia lo más
complejo. Y una vez concluida la creación, la puso en movimiento y comenzó a
evolucionar, a crecer [?] renovándose a sí misma, puesto que ella también es la creación.

Fue entonces que decidió hacer una
especie consciente de sí misma y con la capacidad de colaborar en la gran obra
creativa del universo. Se trataba de los seres humanos, mujeres y hombres.

Así probó hacerlo con dos de los
elementos, tierra y agua, amasando el barro con el que les diera forma. Estos
primeros seres eran torpes, sin vitalidad, inertes.

Por ello es que decidió incorporar
un tercer elemento que les diera el espíritu de la vida, el fuego. Pero estos
seres también estaban incompletos, no podían crecer ni reconocer en ellos a la
creadora. No comprendían para qué habían sido creados, carecían de alma. Así es
que incorporó un cuarto elemento a la creación, el aire.

La creación más sentida hasta ese
momento había sido el maíz, el alimento de las diosas y los dioses. Y amó al
ser humano como al maíz, y al soplarle encima, se esparció por la tierra, como
granos de maíz volando al viento.

Repartió sus semillas por las
cuatro direcciones de la tierra: los granos blancos cayeron en las regiones
frías del norte, dando lugar a los pueblos de piel blanca; los granos de mazorca
oscura volaron hacia el sur, haciendo brotar a los pueblos de piel negra; los
que volaron hacia el sol naciente, hacia el este, fueron los granos más
soleados; de los más amarillos nacieron entonces los pueblos orientales; mientras
que los maduros granos rojos fueron hacia el oeste, hacia américa, donde
nacieron todas las naciones indígenas.

La diosa de la vida habla en lo
dinámico, en el cambio, así las cuatro grandes naciones-madre con sus modos
diversos de relacionarse con la tierra, cada cual con su propia cultura,
comenzaron a caminar sobre la tierra, a encontrarse, y a mezclarse, a crear
nuevos colores con los que pintar el mundo.

De las cuatro direcciones de donde
la diosa de la vida extrajo los elementos primordiales, de la unión de los
cuatro puntos cardinales surgió la más sublime y hermosa de las combinaciones:
el espíritu humano, fue así que la Diosa de la Vida dijo: ?Que cada ser humano
busque dentro suyo los elementos con los que fue creado, que sepa qué tiene de
agua, qué tiene de aire, qué de fuego y qué de tierra, que distinga lo que hay
de femenino y lo que hay de masculino en su propio ser. Si sigue con respeto
los pasos de la creación, entonces encontrará su espíritu y así llegará hasta
mí [?]?.

Y dijo además: -?Cuando toda la
humanidad encuentre dentro suyo los cuatro elementos primordiales, todas las personas
serán verdaderas guerreras, nobles y puras, debido a que toda la creación estará
en armonía y podrán colaborar con la creación en lugar de destruirla [?]?.

Por ello es que las y los seres
humanos tenemos que encontrar dentro de sí los cuatro elementos con los que fuimos
hechos, al igual que toda la creación, y así hallar nuestro espíritu y construir
una tierra nueva, más justa, solidaria y en armonía con la creación.

Esta breve leyenda de los cuatro elementos,
nos sirve para realizar un asimil sumamente interesante en vista de que al
fijar cada uno de los elementos como hombre y mujer, lo que nos está dando a
entender, es que la subsistencia dentro de una sociedad es necesaria, incluso
como fruto de procreación y expansión.

Denotando una relación de igualdad
sin agresión, ni transgresión sino más bien en armonía como fruto de
realización y evolución, por lo que dentro de los contextos sociales deberíamos
pensar, que al trasgredir, lastimar o maltratar a una mujer es como si nos
estaríamos efectuando el daño a nosotros mismos.

De la misma manera, se deduce que
en el campo de los conflictos, los problemas de relación, se pueden abordar a
través de esta metáfora universal, ya que en lugar de pensar en
comportamientos, habilidades, pensamientos, sentimientos, se debe buscar trabajar
en conjunto conforme la necesidad de interrelación mostrada en esta leyenda de
los cuatro elementos, por lo que de ninguna manera, se puede aceptar que exista
relaciones de poder en relación a la mujer ya que en sí hombre y mujer
constituyen un balance necesario, que tiene el mismo reconocimiento de derechos
y obligaciones, configurando de esta manera la procedencia de los hechos
sociales o las constituciones sociales.

3.-
El Disciplinamiento y los cuerpos dóciles.-
Para Foucault, para entender las formas de encauzamiento y control
social, se ubica en un momento histórico en el que las formas de vigilar y
castigar cambian, debido a que la vigilancia jerarquizada no es nueva, pero se la
realiza con nuevas técnicas de poder, generando de esta manera un sistema que
se apoya unos sobre otros, por ejemplo vigilantes, perpetuamente vigilados, a pesar
de contar con un jefe, produciéndose el poder y distribuyendo de esa manera a
esos individuos en un campo permanente y continuo de carácter disciplinante.[17]

Es decir este presupuesto, lo que
hace es determinar, como el sujeto está limitado, debido a que ha perdido la
libertad por estar vigilado constantemente, en consecuencia a ello su expresión
corporal y desarrollo se ha visto coartado, en cierto modo.

Por lo que si manifiesta sus
ideales será etiquetado y enajenado de sus derechos, el sujeto será cercado o
encerrado simbólicamente, o incluso aislado y censurado por una sociedad que
constantemente lo está observando.

Debido a que desde la antigüedad,
se han visto estructuras muy cerradas en
base a los roles que debían cumplir tantos los hombres como las mujeres,
en donde los roles de género son conductas estereotipadas por la cultura, por
tanto, pueden modificarse dado que son tareas o actividades que se espera
realice una persona por el sexo al que pertenece, por ejemplo, tradicionalmente
se ha asignado a los hombres roles de políticos, mecánicos, jefes, y a las
mujeres, el rol de amas de casa, maestras, enfermeras, cuando en realidad esto
no es así, ya que tanto hombres como mujeres pueden desempeñar las mismas
funciones, sin embargo, en la antigüedad, si una mujer quería realizar una
actividad que aparentemente solo la realizaba un hombre ya de por si era mal
vista en la sociedad a la cual pertenecía.

Siendo necesario aclarar que la sociedad y el
poder no se pueden seguir viendo desde afuera, y en tal sentido, ese cuerpo que
es censurado sufre una especie de autocensura, porque el cuerpo no es
totalmente ajeno a lo censurado por la sociedad disciplinaria, por lo que es
interesante que pese a los ideales de igualdad, se sigue manteniendo ciertos
sesgos con respecto a los roles de género.

4.-
El Sujeto y la Subjetividad.-
Foucault preocupado por la libertad y las relaciones de poder que
se ejercen entre los sujetos, así como por la constitución o construcción del
?yo?, manifestó que la libertad, era una condición indispensable para que
exista relación de poder.

Puesto, que la libertad concierne a
lo que somos, a lo que hacemos y a cómo nos percibimos, reflejándose de esta
manera en nuestro comportamiento y sentimientos.[18]

5.-
Relaciones de género.-
En
este punto se considera que aspectos como la genealogía, la arqueología, son
necesarios para efectuar los estudios de género, debido a que la presencia histórica
de las mujeres es central, ya que ellas representan como grupo social la mitad
o más de la población mundial, en donde la participación femenina desde la
teoría marxista, determinaba que la mujer, se insertaba dentro del esquema
clasista, ya que su participación difiere de acuerdo a su presencia en las
distintas clases sociales.[19]

En donde las mujeres como sujetos
de la historia, han ido de la mano con los hombres, ya que forman una unidad,
logrando conseguir un sin número de avances y logros.

Sin embargo es necesario hacer
alusión, cuando Gloria Tena, citando a Simone de Beauvior, manifiesta que la
mujer ha vivido siempre en función del varón, esto respecto al patriarcado, que
de alguna manera, consolida la teoría de la pasividad de la mujer, en donde se
determinan ciertos aspectos como son:

a. El hombre de acuerdo a su
ideología, establece prioridades en la investigación, de lo cual la mujer está
excluida.

b. Las mujeres tradicionalmente han
estado alejadas de los centros de poder y autoridad.

c. Desde la corriente marxista, se
evidencia la opresión de la mujer en base al poder administrado por las clases
sociales.[20]

Es decir en síntesis, si nos remontamos
a la Revolución Francesa como hito histórico del derecho de igualdad, se podría
determinar, que este proceso, no ha logrado un cambio global en los
estereotipos y roles ya que como menciona Christine de Pisan, en su obra ?La ciudad de las damas?, manifestaba lo
injusto que eran las opiniones de los hombres, respecto a las mujeres, ya que
incluso planteaban, que la forma de demostrar tal inferioridad era innata o
social y eso se visualizaba permitiéndoles que ellas accedan al conocimiento.[21]

Pensamiento, evidentemente
machista, egocéntrico, ya que como hemos visto el proceso histórico-
legislativo en materia de igualdad entre mujeres y hombres, han ido en
constante evolución.



[1] Abogado, conferencista y escritor.

[email protected]

[2] Michael Foucault, La arqueología del saber (México:
Siglo XXI, 1999).

[3] Ana Elena Badilla, «La protección de los derechos de las
mujeres en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos», Sistema
Interamericano de Protección de los Derechos Humanos
, s. f.,
http://www.iidh.ed.cr/comunidades/derechosmujer/docs/dm_documentospub/diagnostico%20si-mujeres-final.pdf.

[4]
Ibíd.

[5] Ibíd.

[6] Ana Lucía Villareal, «Relaciones de Poder en la Sociedad
Patriarcal», Revista Electrónica «Actualidades Investigativas en Educación»
1 (2001), http://www.redalyc.org/pdf/447/44710106.pdf.

[7]
ibíd.

[8] Michel Foucault, Microfísica del poder (Madrid:
Piqueta, 1979).

[9] Eisenstein, Zillah, Hacia el desarrollo de una teoría del
patriarcado capitalista y el feminismo socialista
(República Dominicana:
Ediciones populares feministas, 1984).

[10]
Michael
Foucault, La arqueología del saber.

[11]
LA VIOLENCIA DE GENERO CONTRA LAS MUJERES EN EL ECUADOR:
Análisis de los resultados de la Encuesta Nacional sobre Relaciones Familiares
y Violencia de Género contra las mujeres

(Quito, Ecuador: Ministerio del Interior, 2014),
http://www.unicef.org/ecuador/Violencia_de_Gnero.pdf.

[12] Mateu, Juana López Medina Trinidad Escoriza, y Ana Navarro
Ortega, Mujeres y Arqueología (Junta de Andalucía.), accedido 2 de mayo
de 2016,
http://www.mav.org.es/documentos/ensayos%20nov/Mujeres%20y%20arqueologia.pdf.

[13] Michel Foucault, Nietszche, la genealogía, la historia?,
en Microfísica del poder,
(Madrid: La Piqueta., 1978).

[14]
María J Binetti, «La maternidad patriarcal: sobre la
genealogía de la suprema alienación», La Altaba Segunda época XVII
(2013), http://www.biblioteca.unlpam.edu.ar/pubpdf/aljaba/v17a07binetti.pdf.

[15]
La palabra androcentrismo hace referencia a la
práctica, consciente o no, de otorgar a los varones o al punto de vista
masculino una posición central en la propia visión del mundo, de la cultura y
de la historia.

[16] Ana de Miguel Álvarez, «El legado de Simone de Beauvoir en
la genealogía feminista: la fuerza de los proyectos frente a ?La fuerza de las
cosas?», Universidad Rey Juan Carlos, 2009,
https://www.nodo50.org/filosofem/IMG/pdf/8641-8722-1-pb.pdf.

[17] Michel
Foucault, Vigilar y castigar, 29° edición. (México: Siglo XXI editores,
1999).

[18] Michael
Foucault, Tecnologías del yo (España, 1990).

[19] Verena
Radkau, «Hacia una historiografía de la mujer.», 1986,
http://www.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/nuant/cont/30/cnt/cnt6.pdf.

[20]
Gloria
Tena Tena y María Asín Mendoza, «LA MUJER: los por qués de su discriminación en
los estudios historicos y los cambios habidos en su participación en el mundo
laboral.», Acciones Investigativas Sociales, s. f.,

[21]
Riquer,
Florinda y Tepichin Ana María, «Mujeres jóvenes en México. De la casa a la
escuela, del trabajo a los quehaceres del hogar.», s. f.