Por: Dr. Rubén Darío Bravo Moreno
MINISTRO FISCAL DISTRITAL DE COTOPAXI
El presente trabajo fue premiado con medalla de plata en el concurso Nacional promovido por la Contraloría General del Estado sobre el tema: «La Integridad: una práctica permanente»

P ARA ABORDAR EL TEMA PROPUESTO es necesario establecer lo que significa Integridad, para ello nada mejor que acudir a la definición que nos da el Diccionario de la RAE: «Cualidad de íntegro», «Integro: Dícese de la persona recta, proba, intachable». Según el Diccionario de Derecho Usual de Cabanellas: «Rectitud, probidad, honradez».

De lo cual podemos inferir que integridad es sinónima de esos altos valores que distinguen y singularizan a una persona.

Para redondear el concepto veamos lo que significa Honradez, para el DRAE «rectitud de ánimo. Integridad de obrar», según el DDUC: «Probidad. Rectitud».

Concepto

Pienso que la integridad nace con la persona, es un atributo de ella y está relacionada íntimamente con la bondad, con la verdad, con la sencillez, con la humildad, en suma con la calidad humana, que son virtualidades innatas, pues el hombre que no es bondadoso no es íntegro, el hombre que es orgulloso no puede ser íntegro, no es íntegro el hombre que no es justo.

Sin embargo creo que la educación, la familia, el medio en el que se desarrolla la persona, el ejemplo de los mayores contribuyen de manera superlativa en la adquisición de una personalidad íntegra, puesto que el hombre puede aprender desde la niñez a ser justo, a ser recto, a ser honrado.

Práctica permanente

La integridad tiene que ser una manifestación diario, constante, permanente de los seres humanos, en primer término en el hogar con la observación de las reglas que rigen la conducta entre cónyuges y entre los hijos y los padres, reglas que deben estar fundamentadas en: el amor, la obediencia, el mutuo respeto, la consideración, la verdad y la honradez. Recordemos que la primera obligación de los hijos es honrar a sus padres y la de éstos es proteger a sus hijos.
Allí, en la familia, en esta pequeña célula social, empieza a fraguarse y funcionar la integridad, que tiene que transformarse en componente esencial de nuestra personalidad.

Posteriormente, en la escuela y en el colegio, esa integridad tiene que manifestarse en el cumplimiento de los deberes, en el respeto a los superiores, en el compañerismo, en la disciplina y siempre, en todos los casos y circunstancias, en el comportamiento honrado y veraz.

Debemos pensar y hacer conciencia de que las pequeñas mentiras, las pequeñas trampas, en el hogar, en los deberes y exámenes, son incipientes formas de corrupción y que todos, padres, hijos, alumnos y maestros estamos obligados a combatirlas, en guarda de la Integridad.

La integridad en el servicio público

La integridad en el servicio público se expresa e estas cuatro situaciones:

1. Frente a los superiores y subalternos;

2. Frente a los compañeros de trabajo;

3. En el desempeño del trabajo; y,

4. Frente al público.

Frente a los superiores y subalternos.- La integridad del servicio público frente a los superiores, se evidencia actuando con respeto y lealtad, realizando las labores que se asignen. Siendo veraces y honestos, No divulgando errores de buena fe que cometan, o criticando sin razón su proceder. No escondiendo falencias o incorrecciones que lleguen a su conocimiento.
La integridad frente a los subalternos tiene que trascender con el ejemplo, al proceder con honestidad, con equidad y justicia en la distribución del trabajo y en la solución de conflictos o problemas que entre ellos se lleguen a presentar. Con las observaciones y consejos oportunos y cordiales. Evitando el abuso de autoridad y la prepotencia , pero sí procediendo con energía y firmeza.

Frente a los compañeros de trabajo.- La integridad se expresa al proceder con fraternidad, con respeto, apoyándolos en labores, siendo solidarios con sus aspiraciones y necesidades, en definitiva brindándoles amista, aplaudiéndolos en sus éxitos, pero también haciéndolos notar sus errores.

En el desempeño del trabajo.- La integridad del servidor público ya en el trabajo que le corresponda, se debe poner de manifiesto en la realización con el mayor tesón, esmero, diligencia y dedicación, con transparencia y honradez, estimado y amado, si se quiere lo que se hace. Surgiendo cambios y reformas para optimizar el servicio, eliminando trámites burocráticos innecesarios; adoptando iniciativas para atender mejor a los usuarios. Siendo fraternos y leales con los compañeros de trabajo, teniendo conciencia de que se debe trabajar en equipo, que tato el mensajero como el mas alto funcionario del a Entidad Pública contribuyen con su trabajo responsable al éxito de ella.

Frente al público.- Debe ponerse de relieve atendiendo los requerimientos de los usuarios con la mayor diligencia, tratándolos con cortesía y educación, sin adoptar poses de mandamás, sin dárselas de importantes; sin aceptarles dádivas y peor aún exigirlas. La mayoría de personas desconocen los trámites y, ante esa ignorancia, la prisa o exigencias infundadas, es necesario revestirse de paciencia y darles las explicaciones más claras y precisas.

En suma, en el Servicio Público, la persona íntegra no puede ejecutar mal una tarea, pues tiene que esforzarse al máximo para que esa tarea sea excelente: no puede perder el tiempo en otras actividades que no sean las propias de su trabajo.

La persona íntegra jamás puede exigir o aceptar dinero, obsequios o «favores» de las personas que necesitan de sus servicios.

La persona íntegra no puede ser condescendiente con la ociosidad o la falta de ética de sus compañeros de trabajo.

La persona íntegra está obligada a denunciar los actos de corrupción que llegue a tener conocimiento, debe hacer lo que la Ley le permite y no hacer lo que la Ley le prohíbe, por más que algún superior la obligue.

La persona íntegra en el Servicio Público, como en todos los actos de su vida, debe proceder con verdad, honestidad y transparencia.
De allí que sería ideal que las personas lleguen al servicio público por méritos, por capacidad, por preparación y por su integridad, mas no por palancas, por compromisos políticos o por cualquier otra vía no transparente, como en muchos casos ha ocurrido en nuestro país.

Experiencias

En mi prolongado servicio en la función judicial he sido testigo de muchos procedimientos reñidos con la justicia y la ética y también he tenido el privilegio de presenciar actuaciones honradas y justas de varios magistrados y jueces.
Recuerdo el caso de un Secretario que fue sorprendido en una falta grave; el criterio de uno de los integrantes de la Corte Superior era el de la destitución; sin embargo la mayoría aduciendo razones humanitarias, se pronunció por la aceptación de la renuncia, y así se procedió. Al cabo de unos años se produjo una vacante de Secretario; aquel que había salido por su falta de integridad volvió a ser nombrado por a mayoría para ese cargo, sin el voto del Ministerio que anteriormente se pronunció por la destitución. No pasaron dos años y nuevamente volvió a cometer una falta aún más grave (la disposición de fondos depositados por pensiones alimenticias); en esta vez sí se procedió a su destitución.

Moralejas: Cualquier falta de integridad tiene que ser sancionada sin contemplaciones.

– Quien delinque una vez puede delinquir mil veces
– Árbol que nace torcido no se endereza jamás.

Algunas consideraciones

La integridad se ve amenazada diariamente por la corrupción que acecha constantemente, en todas las instituciones públicas o privadas, a todas las personas, es por ello que es necesario no sólo castigar la corrupción sino prevenir sus ataques. Una de las formas de prevención es la vigilancia de las actuaciones de los servidores públicos, el seguimiento de sus movimientos económicos traducidos en la adquisición de casas, departamentos, vehículos, depósitos bancarios y más inversiones. Para ello considero que se debe implementar en cada Institución Pública Departamentos especiales dedicados a esas investigaciones mediante auditorias de trabajo o auditorias económicas.

Integridad de los particulares

Es fundamental que el público, los usuarios de los servicios sean íntegros, esto es que se abstengan de sobornar, coimar, cohechar, obsequiar para ser atendidos por los servidores públicos; que respeten los turnos, las colas; que sean verídicos y no traten de engañar al dar los datos que e les requiera; que cumpla con sus obligaciones; que respeten al empleado para merecer ser respetados.
Dada la naturaleza humana, es necesario que se establezcan medidas para precautelar la integridad, una de las manifestaciones mas elevadas de la Ética y la Moral. De allí que en el ámbito público, para vigilar el uso correcto de los recursos del Estado y el proceder transparente y correcto de los servidores y de las personas encargadas de servicios públicos la Constitución Política establece: «Los Organismos de Control», entre los que están la Contraloría General del Estado, la Procuraduría General del Estado, El Ministerio Público, La Comisión de Control Cívico de la Corrupción y las Superintendecias. Siendo la Contraloría General el organismo técnico superior de control de los ingresos, gastos, inversiones, utilización de recursos, administración y custodia de bienes públicos, en tanto que el Ministerio Público con el o la Ministra Fiscal y Agentes Fiscales es el organismo encargado de investigar y acusar penalmente las infracciones y dirigir la lucha contra la corrupción.