Dr. Bayardo Moreno Piedrahita

E L BUEN GOBERNANTE , en esencia es el ser innovador y guía espiritual de su pueblo. Su compromiso es el bienestar de la colectividad. Inspirado en el humanismo permanente de la comunidad a la que gobierna.

El jefe de un Estado debe ser el hombre intuitivo que avizora desde lejos los problemas de su pueblo, para prevenir el caos, o para mitigar un conflicto social, el ejercicio del poder, le ubica muy cerca del grito de la angustia de los problemas sociales. Ese hombre, o mujer, que constituye la expresión del alma de una nación, debe adelantarse a todos los sucesos con soluciones positivas, o prudentes, aún a costa de su propio sacrificio.

Al percibir la presencia de un problema social, un buen gobernante, debe constituirse en el creador innato de una solución práctica para prevenir el golpe, a la gran masa social y evitar con prudencia una catástrofe.

Formación para el presente y el futuro

No es buen gobernante del Estado, el que cree que no le hace falta nada por aprender para gobernar, porque aquel que cree que ya aprendió, solo entenderá -después del fracaso- que únicamente se equipó para conducir a un mundo que ya no existe, porque la formación del gobernante debe ser para el presente y el futuro, mas no para vivir en el pasado; pues, en la vida de los pueblos, siempre aparecen nuevos problemas, que proliferan en forma permanente y su solución depende de la chispa del que se encuentra a la cabeza del poder político y no de las elecciones aprendidas en los problemas de otro mundo.

Creativo

El Jefe de un gobierno debe guiarse por su fecunda creatividad innata en la solución de los problemas, olvidándose de los fracasos de otros tiempos y de las desventuras del pasado, proyectándose hacia adelante; aunque tal vez en muchos casos, tenga que revisar la Historia, para evitar algún error; pero no más, porque el progreso se forja en el futuro.

La sabiduría enseña que un buen gobernante, para lograr el éxito en su gestión, debe vivir reflexivamente el presente y mantener la mirada clara y preventiva en el futuro; pero siempre en la búsqueda de la solución de los problemas para alcanzar el bienestar colectivo. Su vida debe conjugarse en la contemplación y el análisis social; y, su pensamiento debe ser el fruto del trabajo de sus dos hemisferios cerebrales a la vez, para aprender a levantarse después de una posible, sin temor de volverse a equivocar.

Conocer la realidad

El autor inglés Narren Bellis, sugiere que para forjar el bienestar de un pueblo es necesario conocer su realidad y gobernarlo despierto, dejando de soñar; pero sin olvidad que el que duerme sin soñar, ya está muerto.

Un buen jefe del gobierno de un Estado, obligadamente debe mantener un carácter definido; talento empresarial; perseverancia; firmeza en sus decisiones; imaginación y pensamiento permanente en el bienestar del pueblo y en la presencia de la historia que tiene como Juez. En definitiva, el gobernante debe pensar que puede ser mejor que todos sus antecesores, sin claudicar en las rocas de la prepotencia y de la vanidad.

Algunos consejos

El mismo Autor aconseja, que se puede alcanzar esas virtudes, si se siguen, los siguientes consejos:

1.- La reflexión lleva a la solución;

2.- La solución lleva a la perspectiva;

3.- La perspectiva lleva al punto de vista;

4.- El punto de vista lleva a las pruebas y los medios;

5.- Las pruebas y los medios llevan al deseo;

6.- El deseo lleva a la maestría;

7.- La maestría lleva al pensamiento estratégico;

8.- El pensamiento estratégico lleva a la autoexpresión plena; y,

9.- La síntesis de la autoexpresión plena – el liderazgo.

Ojalá estas reflexiones sirvan, para que el pueblo de ¡ Este Ecuador eterno !, al fin encuentre a un verdadero líder , que se ubique como un buen gobernante, para romper la historia de tanto descalabro moral y social.