Por: Dra. Berenice Pólit Montes de Oca
ASESORA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
T ODOS LOS ÓRGANOS DEL ESTADO , incluido el legislador, son poderes constituidos, sometidos por tanto, a la soberanÃa de la Constitución, sustentadora de todo el orden jurÃdico en el Estado Democrático de Derecho, que organiza el Estado y el poder y consagra los derechos fundamentales de todos los ciudadanos.
Nuestra Constitución aprobada en la Asamblea Nacional Constituyente de 1998, tiene la virtud de haber sido el producto del aporte consensuado de los distintos sectores que integran la sociedad, y aunque para unos y otros tiene limitaciones, ello es obvio, porque no podemos aspirar que satisfaga todas sus expectativas y responda a intereses especÃficos; en lo fundamental la Carta PolÃtica reafirmó garantÃas importantes en favor de las personas como son el hábeas corpus, el hábeas data y el amparo, y es de anhelar que como polÃtica de estado se implemente un sistema nacional de protección de los derechos constitucionalmente reconocidos.
Normas positivas
En el plano constitucional, las normas fundamentales aparecen positivadas a través de dos sistemas: el de las cláusulas generales, consagradas en forma de valores o principios y el de las leyes especiales o casuÃstico, que concretan distintos derechos básicos. En cuanto ala distinción entre los valores y principios constitucionales, la doctrina señala que los valores son criterios básicos para enjuiciar acciones, ordenar la convivencia y establecer sus fines. El constitucionalista Enrique Pérez Luño, al referirse a los valores los define: «Se tratan de las opciones ético-sociales básicas que deben presidir el orden polÃtico, jurÃdico, económico y cultural», y»..regulan los comportamientos y atribuyen orden y armonÃa a la vida humana».
En el caso de nuestra Constitución, estos valores se encuentran en el Preámbulo que señala: el pueblo del Ecuador fiel a los ideales de libertad, igualdad, justicia, progreso, solidaridad, equidad y paz que han guiado sus pasos desde los albores de la vida republicana, proclama su voluntad de consolidar la unidad de la nación ecuatoriana». De allà que podemos afirmar que la Constitución se halla nutrida de valores y principios que otorgan signos de humanidad.
Deberes y responsabilidades de los ciudadanos
La actual Constitución, también ha signado importantes valores al reseñar los deberes y responsabilidades de los ciudadanos, los cuales se encuentran numerados en el Art. 97, y que los resumirÃa en la necesidad de que seamos honestos con nosotros mismos, y frente a los demás, si es que obramos asÃ, somos buenos ciudadanos y ciudadanas y tendremos el paÃs que nos merecemos, seremos capaces de promover el bien común y anteponer el interés general al particular, dejando a un lado la mezquindad y pensar en la necesidad de todos; trabajar con eficiencia y responsabilidad, porque es nuestra obligación, sin esperar que nos llamen la atención o nos premien; estudiar y prepararnos con seriedad, para ser mejores, porque asà lo exige nuestro futuro y el de nuestro paÃs; decir siempre la verdad, cumplir los contratos y mantener la palabra empeñada cueste lo que cueste, para que tengamos credibilidad y seamos gente de honor; administrar honradamente el patrimonio público y cuidarlo como propio; practicar la justicia y la solidaridad como exigencia humana que nos dignifica; propugnar y respetar la unidad de todos en la diversidad; exigir equidad en nuestras relaciones familiares, labores y comunitarias; asumir la función pública como un servicio a la colectividad, lo cual constituye la razón de ser o existencia del propio Estado; denunciar y combatir la corrupción, ya que si no lo hacemos nos convertiremos en cómplices de esta lacra; colaborar en el mantenimiento de la paz y la seguridad, oponernos a toda forma de violencia y autoritarismo; preservar el medio ambiente sano y utilizar los recursos naturales de manera sustentable, para no aniquilar el disfrute de ellos y las esperanzas de vida de nuestros hijos; participar en la vida polÃtica, cÃvica y comunitaria del paÃs de manera generosa y transparente, y finalmente como dice la comunidad indÃgena no seremos ociosos, no mentiremos y no robaremos.
GuÃa de valores
Este precepto constitucional constituye una verdadera guÃa en valores que deberÃa adentrarse en lo más profundo de la conciencia colectiva, romper, desenmarañar barreras y prender sus raÃces firmes de manera que nos convirtamos en hombres y mujeres honestos de mirada cristalina y confiable.
Por hoy, que es un nuevo dÃa, todas y todos deberemos exigirnos ser mejores seres humanos, desterrando la percepción de que somos máquinas de hacer dinero, corrigiendo nuestras limitaciones y carencias, convirtiéndonos en ejemplo de honestidad y sensibilidad, que se irradia hacia nuestros hijos, nuestros compañeros de trabajo y vecinos, sólo asà la Constitución no será de papel, sino una realidad concreta y llenará nuestras expectativas.