Libertad, Igualdad y Democracia

Dr. Fredy Gordón Ormaza
ASESOR DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

A RAÌZ DE LA DECLARACIÒN de los Derechos del Hombre y del Ciudadano en 1789, los representantes del pueblo francés convinieron también »en que los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos» y además que, »el origen de toda soberanía reside esencialmente en la nación» de tal suerte que »ningún órgano, ni ningún individuo puede ejercer autoridad que no emane expresamente de ella». De ahí que, en materia de derechos humanos los principios de libertad e igualdad, junto a la democracia como forma de gobierno, siempre están juntos. Al respecto, Daniel E. Herrendorf y Germán J. Bidart Campos en su obra Principios de Derechos Humanos y Garantías, afirman: »Se ha dicho por eso sagazmente que la libertad y la igualdad son las dos mitades de la democracia. Ambas van íntimamente unidas. No se puede relegar ninguna. Igual libertad o libertad igualitaria significa que libertad con igualdad e igualdad con libertad hacen falta siempre en el piso personalista donde se asienta un sistema de derechos humanos. Es ver nuevamente la perspectiva en dimensión sociológica, en las conductas humanas, y no solamente en la letra de las normas escritas».

En las convenciones y declaraciones

Por su parte, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de 1966 al referirse a la relación entre libertad e igualdad y democracia, reconoce que estos ideales en modo alguno pueden prosperar a menos que se creen condiciones que permitan a cada persona el goce de sus derechos en general, todo lo cual, ha sido reiterado por el Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales del mismo año. A través de ellos, se ha intentado encontrar un asidero eminentemente jurídico capaz de superar la obligatoriedad sólo moral de otras declaraciones.
Por fin, la Convención Americana sobre DD.HH, reafirma en su preámbulo »el propósito de consolidar en este continente, dentro del cuadro de las instituciones democráticas, un régimen de libertad personal y de justicia social, fundado en el respeto de los derechos esenciales del hombre».

La Democracia

Así las cosas, es trascendental ubicarse dentro de las posibles fricciones entre los valores de la libertad y de la igualdad, así como la ubicación que ambos valores tienen en la forma democrática de gobierno. En este sentido, especificaremos la orientación atribuida a la palabra democracia, como también, a qué pretendemos aludir cuando hablamos de libertad e igualdad, es decir, en su dimensión real o material, puesto que aquella aparece con nitidez antes de los mencionados pactos internacionales sobre derechos civiles, políticos y económicos. Helsen, Ross y Norberto Bobbio, nos han provisto de suficientes aportaciones como para poder definir a la democracia. Lógicamente, no referiremos a la democracia como una forma de gobierno, esto es, la democracia política. Bobbio, al igual que Kelsen y Ross, consideran que la democracia es un método para la adopción de las decisiones colectivas o de gobierno. Este método, puede conducir, en los hechos a la adopción de distintos órdenes sociales y económicos, porque la democracia en cuanto a método, no se identifica necesariamente con el contenido de un determinado orden social y económico que pudiese ser considerado como el mejor, el verdadero o el más justo.

En toda sociedad existe la necesidad de tomar decisiones colectivas: »Todo grupo social -dice Bobbio- tiene necesidad de tomar decisiones vinculantes para todos los miembros del grupo, a objeto de proveer a la propia supervivencia, ya en el interior, ya en el exterior». Pues bien, tales decisiones como lo afirma Agustín Squella Narducci, por su misma condición no pueden ser tomadas aisladamente, es preciso que alguien las adopte, cabe preguntarse acerca de quién y como podrá tomar esas decisiones, esto es, acerca de quién y como deberá gobernar. Toda forma de gobierno en verdad, responde a esa doble pregunta. La respuesta radicaría en que las decisiones colectivas deben ser tomadas por una persona determinada, o bien por un grupo de personas limitado a quienes se suele identificar como los llamados ¨naturalmente¨ a la tarea de gobierno: los más sabios, los moralmente mejor calificados, una casta religiosa, militar o profesional cualquiera.

Bobbio en su trabajo de 1985 denominado Liberalismo o democrazia, se refiere a la democracia como aquella forma de gobierno »en que el poder se encuentra no en las manos de una sola persona, o de pocas, sino de todas, o mejor, de la mayor parte, y que , en cuanto tal, se contrapone con las formas autocráticas de gobierno, tales como la monarquía y oligarquía». Por lo mismo, escribe en otro de sus ensayos »democrático es un sistema de poderes en el que las decisiones que interesan a toda la colectividad son tomadas por todos los miembros que la componen».

El poder deriva del pueblo

En suma, la regla básica de la democracia estaría en la participación del mayor número de personas, toda la población adulta, por ejemplo, y por supuesto para la toma de las decisiones deben ser los representantes del pueblo, lo cual sería posible si en la práctica se designa a sus representantes por medio de elecciones. En una democracia, entonces, el poder no es ejercido directamente por el pueblo, aunque si puede decirse que en una democracia el poder proviene o deriva del pueblo, subraya Agustín Squella Narducci.