Dr. Víctor Hernán Aguiar.

P ARA HABLAR DE LA ABOGACÍA en las postrimerías de este siglo en vísperas del siglo XXI, es necesario, recorrer, todos los niveles y estratos de nuestra profesión, y aterrorizanrnos de las cosas que están pasando, hemos avanzado poco y hemos retrocedido mucho, no sabemos como enfrentar el reto de un nuevo siglo o seguir arrastrando los conflictos de este siglo que se consume.
Para escribir, a veces creo, que es necesario dejar de lado el Academicismo, y señirse estrictamente en la realidad que nos duele y que nos quema por dentro, al hacer un análisis de nuestra profesión, porque existen muy malos elementos que la han prostituído y existen sistemas que la agobian. Como no puede doler, a tantos profesionales graduados en las Universidades ecuatorianas, ahí formados en sus aulas dentro de un marco académico, enfrentados al duro reto de tener que luchar frente a «Compra Títulos» a sabuesos de la profesión, indignos sujetos, que pululan los Juzgados, manifestando ser Ostentadores de la Justicia y el Derecho, el Abogado, el Doctor en Jurispurdencia se forma en el aula, no se puede estudiar por correspondencia, el Derecho no es un simple oficio, el Derecho es más que eso, por lo tanto nos duele decir que muy poco hemos caminado con miras al nuevo siglo. No es que sea negativista, provenientes de esa corriente de la Inconformidad, lo que sucede es que esa es la pira realidad.
El hombre del derecho se ha visto hoy po hoy asediado de tanto impostor, que han manchado nuestra Profesión.

La proliferación de Universidades

En un País tan pequeño, la indiscriminada creación de extensiones Universitarias han saturado de profesionales mediocres a la Patria, a nadie le duele que tengamos egresado que no saben hablar corrrectamente y que se forman con un espíritu de flogera intelectual que asusta.

El facilismo

Se apodera cada día de nuestros estudiantes, y los buenos siendo reclutados por pequeños sectores generalizandose la mediocridad.
Que hacer para enfrentar el nuevo reto por un nuevo Siglo. Reflexionar profundamente por la situación de mediocridad en la que nos desenvolvemos, pedir respeto para nuestra profesión, exigir consideración para el conociminto, evitar que el Abogado sea un simple tramitador o traficante de influencias, o cihechador.

Enfrentar el duro reto

Adoptar una posición de honor en nuestra profesión, dejar de ser regala firmas, prepararnos cívicamente, y en lo académico no descuidar, eliminar esos seminarios de un día que en nada aportan y luchar por auténticos seminarios que se dicten bajo exigencias de encontrar la excelencia, lo único que hemos hecho es empapelar de certificados nuestros estudios profesionales, abonando en algo las espectativas de nuestros clientes, pero en resimen seguimos enmarcados en la mediocridad del sistema.
Ya basta de seguir dormidos en nuestro título tenemos que actualizarnos y exigir que en las Córtes y tribunales nos respeten, no puede ser posible, que un amanuence clarifique nuestros escritos, que no le den trámite y que se conviertan en nuestros principales enemigos porque predisponene al cliente.
Es hora de evitar esa mediocridad en la relación Juzgado-Cliente, es hora de parar ese desorden, los Profesionales estamos siendo atropellados por nuestros clientes, quienes mal informados por los amanuences, arma conflicto a su Abogado, es hora que se guerde un mínimo de respeto, caso contrario quien quiera hace y deshace con nuestra Profesión. Enfrentamos entonces el reto del próximo Siglo con acciones concretas.