Atributos del Estado Ecuatoriano

Autor: Raúl Moscoso Álvarez

Me
valgo de algunas citas y explicaciones de Michel Foucault para interpretar
?libremente y sin trabas, tal como este irreverente pensador habría querido-
los actos de gobierno nacional que conmocionan a los juristas y ciudadanos que
tomaron en serio los atributos esenciales del Estado ecuatoriano:
constitucional democrático, responsable, de derecho y justicia, mismos que
constan en los artículos 1 y se infieren en la lectura del artículo 11 de la
Constitución, que recoge los principios de interpretación y aplicación de los
derechos fundamentales, debiendo señalar que lo de ?responsable? apenas se
deduce de la lectura del numeral 9 de este precepto, en cuyo inciso segundo
alude a la obligación objetiva de reparación integral a las víctimas de
violación a sus derechos fundamentales que no patrimoniales incurridos por
agentes del Estado, a diferencia de las Constituciones anteriores en que sí
mencionaban expresamente que ?el gobierno no es responsable?.

Panoptismo como forma de ejercer el
poder

Vivimos
sometidos a un gobierno que, a
contracorriente de la parte referida a los derechos humanos y garantías de la
Constitución de Montecristi y enancado en los excesos de facultades que le
confiere esta esquizofrénica carta política, ha adoptado, consciente o inconscientemente al ?patoptismo? como forma de entender y
ejercer el poder político y construir una sociedad dócil, disciplinada bajo el
rigor de la vigilancia, el control y la amenaza inminentemente de castigo. Como
si se tratara de una situación de peste, el gobierno toma una serie de medidas
en donde la inspección funciona sin cesar.
La mirada está por doquier en
movimiento (?)
, página 228.[1]

Técnica eficaz para disciplinar y
controlar al ciudadano

La
movilización social, la expresión individual o colectiva de disconformidad, la
manifestación del pensamiento herético frente a la verdad revelada por el
Ejecutivo, y las sociedades intermedias de personas organizadas para lograr una
finalidad lícita constituyen, para este poder vigilante y castigador, síntomas
o síndromes de una peste socio- política que debe combatirse para evitar el
contagio al resto de una sociedad en vías de domesticación, mediante la
imposición reglamentaria de una técnica eficaz de disciplina y control,
construida sobre la base de dos enfoques complementarios: el de la división
binaria de los ciudadanos (Foucault, página 231) (buenos- malos; demócratas
auténticos- pelucones y conservadores; jóvenes cadáveres insepultos; diosas del
Olimpo- gordas horrorosas; amigos- enemigos; sanos- enfermos; ecologistas
sensatos- ecologistas infantiles; izquierdistas siglo XXI- izquierdistas tira
piedras; jóvenes burócratas capaces- adultos desechables; indígenas aliados dirigentes indígenas contestatarios;
extrativistas para salir del extrativismo- enemigos del progreso; sindicalistas
de centrales alineadas- sindicalistas, vale decir: sindicalistas cínicos de las
entidades y empresas públicas); y el de
asignación coercitiva, de la distribución diferencial (quién es, dónde debe
estar, por qué caracterizarlo, cómo reconocerlo; cómo ejercer sobre él, de
manera individual, una vigilancia constante, etc)
. Foucault, página 231.

Todos
estamos sujetos a la marcación binaria maniquea y según el encasillamiento, de
normal o anormal, de sano o apestado, amigo o enemigo, se nos acepta o se nos
excluye, se nos deja tranquilo o se nos sojuzga. Como bien señala Antoine de
Saint-Exupéry, cuando el nazismo imperaba en Europa, decía: Allá estaba
perseguido por comunista, o por trotskista, o por católico o por judío (Ya no
recuerdo la etiqueta en cuyo nombre había sido proscrito el hombre)[2].

El Panóptico de Bentham

El
Panóptico de Bentham es la figura arquitectónica ?diseñada para construir las
prisiones- que grafica este sistema político de vigilancia, control y
confinamiento. Se habla de técnicas para ejercer el poder. Aplicado, en
metáfora, a nuestra sociedad, ésta se halla en un anillo periférico y en el
centro, una torre de vigilancia del Estado (a cargo de quien ejerce el
gobierno) con anchas ventanas que se abren en la cara interior del anillo
(ahora y en esta metáfora, las ventanas vienen a ser los medios sofisticados,
robóticos, digitales y de telecomunicación de vigilancia y de control,
empleados sin el menor respeto a la privacidad). La construcción periférica de
la sociedad ecuatoriana se halla dividida en celdas virtuales, que tiene dos
ventanas, una hacia el interior, correspondiente a las ventanas de la torre, y
otra hacia el exterior que permite que la luz atraviese la celda de lado a lado
(¿Para qué tienes esos ojos grandes de lobo?:
¡Para verte mejor!). Cada
ciudadano está solo perfectamente individualizado y constantemente visible. El
dispositivo panóptico permite ver sin cesar y reconocer inmediatamente
(Foucault, página 232). Cada ciudadano, atrapado en su celda, es visto de
frente por el vigilante estatal, pero los muros laterales le impiden entrara en
contacto con sus compañeros de encierro (los otros ciudadanos). Es visto que él
no ve; objeto de una información, jamás sujeto en una comunicación. Las celdas
bien separadas implican una invisibilidad lateral. Y ésta es garantía de orden.
(Foucault, página 232).

La multitud, masa compacta, lugar de intercambios
múltiples individualidades que se funden, efecto colectivo, se anula en
beneficio de una colectividad de individualidades separadas. Desde el punto de
vista del guardián es reemplazada por una multitud enumerable y controlada;
desde el punto de vista de los detenidos, por una soledad secuestrada y
observada. (Foucault, páginas 232 y 233).

Obstáculos al proceso
de construcción de la sociedad disciplinada

Según este modelo de ejercer el poder político, las
libertades de asociación y de expresión y el ejercicio del derecho de
resistencia son fuentes de desorden y factores que, por un lado, pretenden
derrumbar los muros laterales que impiden a cada ciudadano, virtualmente
prisionero y realmente aislado, comunicarse con sus congéneres, y por otro,
obstaculizan la conformación de la sociedad disciplinada que por cierto no
coincide con el modelo de sociedad armónica entre los seres humanos y de éstos
con la naturaleza, previsto en el preámbulo de la Constitución ni con los
derechos humanos relacionados al Buen Vivir. La vigilancia permanente opera
ahora mediante cámaras ocultas de televisión, fotografías a distancia,
mecanismos de defensa informática, drones, grabaciones son conocimiento del
investigado, pinchada de teléfonos de
los particulares, penetración en la computadoras personales y otros recursos
técnicos que solo conocen los aparatos de seguridad del Estado.

La Cura Milagrosa del
Mal que padece la Constitución vigente

La Constitución vigente ?dice el gobierno- es demasiado
garantista y esta impronta deviene en un obstáculo para la gobernabilidad. Es
que el grupo gobernante ya tiene la cura milagrosa para el mal de esquizofrenia
o doble personalidad que padece la Constitución; cura que consiste en fijar y
reafirmar la personalidad de un presidencialismo poderoso a costa de la eliminación de la
personalidad garantista de la Constitución. De allí la necesidad de enmiendas
que, inter alias, terminen ?pues no cabe dejar las cosas a medias- la operación
de esterilización de la acción de protección, iniciada por los parlamentarios
que engendraron la Ley de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional
(leamos sino los artículo 40.3, 42.4 LOGJCC), y por los instructivos, dictados
o inspirados por el Ejecutivo, dirigidos directa o indirectamente, a los
jueces, que deben ser inexorablemente acatados, bajo la amenaza de sanción;
coarten el derecho político de ejercer la democracia directa, constriñendo el
derecho de la ciudadanía a ser consultada; y acaben con los derechos a la
contratación colectiva de trabajo, a la
sindicalización y a la huelga, de los obreros públicos, completando y ampliando
así el universo de vulneración de estos derechos, constitucional y
doctrinariamente considerados intangibles e indisponibles; vulneración iniciada
cuando a los empleados públicos se les privó de tales derechos ?quien creyera-
en la propia Carta Política, calificada de altamente garantista, y en los
Mandatos de los constituyentes (2, 4 y 8); mandatos contra los cuales no cabía
ninguna acción objetiva ni subjetiva de orden constitucional; obra regresiva de
constituyentes, autoproclamados de progresistas (numerales 15 y 16 del artículo
216 CPR).

En el modelo autoritario y contralor se precisa de
magistrados o jueces de su hechura, a quienes poder confiar directamente sus
instrucciones, sus misiones, sus intenciones (?) (Foucault, página 246). Es
imprescindible la presencia del poder policiaco, mismo que debe apropiarse de
instrumentos de una vigilancia permanente, exhaustiva, omnipresente, capaz de
hacerlo todo visible (?), una mirada sin rostro que transforma todo el rostro
social en campo de percepción (Foucault, página 247).

Explicación sobre las
restricciones a la libertad de asociación

El afán de mantener aislado a cada ciudadano, las serias
restricciones a la libertad de asociación contenidas en el Decreto Ejecutivo Nº
16, pues al ciudadano, recluido en su celda virtual, se le ha vedado, con muros normativos, como este
decreto contra derecho e infra legal, comunicarse y mucho menos asociarse con
los demás ciudadanos; y la conversión de la libertad de información y
comunicación en un servicio público para ilustrar a la ciudadanía sobre la
verdad dictada por el grupo gobernante,
que se complementa con las murallas puestas en la Ley de Comunicación, pues
según el modelo panóptico, el ciudadano, como hemos dicho, es objeto de
observación e información, jamás sujeto activo del derecho de comunicación.
Importa mantener aislado al individuo, pues en comunicación y asociado con el
otro es menos vulnerable y se torna peligroso. De allí el objetivo estratégico
de quienes nos gobiernan: de acabar jurídicamente con las sociedades
intermedias existentes y celosas de su autonomía, mediante causales abiertas
para extinguir su personalidad jurídica, o entorpecer su operación normal, como
negar el registro de su nueva directiva; mecanismos para infiltrar en las
organizaciones elementos para su eliminación, como la membresía sin invitación;
poner trabas insuperables para constituir una nueva organización social de
cualquier tipo (ambientalista, sindical, asociación de comerciantes minoristas,
juntas barriales, etc.); exterminar a los movimientos indígenas y obreros como
actores sociales; restar el poder de la clase trabajadora, a de por sí
debilitada, pues la revolución ciudadana tiene pánico de los trabajadores
organizados en frentes independientes del gran Vigilante; y suprimir las
organizaciones políticas consideradas enemigas.

Debe también dominar
todas las fuerzas que se forman a partir de la constitución de una
multiplicidad organizada, debe neutralizar los efectos de contrapoder que nacen
de ella y que forma una resistencia al poder que quiere dominarla; agitaciones,
revueltas, organizaciones espontáneas, coaliciones ?todo lo que puede depender
de las conjunciones horizontales-. De ahí que las disciplinas utilicen los
procedimientos de tabicamiento y de verticalidad (?)
(Foucault, página 253).

Medios empleados para
el control y vigilancia del ciudadano

Como esta visión pan-óptica, para intimidar y someter a
los excluidos, a los malos, a los enemigos, según la clasificación binaria y la
asignación individualizada de la coacción según el estigma del ciudadano
demonizado, es necesario convertir a nuestras Fuerzas Armadas en ejército de
ocupación y confiarle tareas policiales de control interno de la población;
someter a los periodistas independientes; destruir la injerencia protagónica de
la ciudadanía en los asuntos que le atañe; criminalizar la protesta social y reducir a prisión real ?que ya no solamente
virtual- a los líderes sociales contestatarios y a quiénes denuncian la
corrupción rampante; consolidar legalmente los mecanismos de control sobre los
individuos y las organizaciones de la sociedad civil, empleando, para ello, de
manera óptima, las técnicas modernas de comunicación (TIC) y los manuales de
propaganda política de viejo cuño pero de probada eficacia, marca registrada
por el NATIONAL SOCIALISTISCHE.

ARBEIT PARTEL, tanto para imponer el pensamiento único,
exagerar o inventar las cualidades de quienes ejercen el poder político,
magnificar las bondades de su gestión y demonizar ante la ciudadanía y crear o
alimentar estereotipos hacia colectivos, catalogados como enemigos de la
patria, a fin de asegurar la adhesión popular ad- infinitum al conductor (FÜHRER: que
conduce vehículos o semovientes), como para invadir la privacidad de los
particulares, por la vía de la pesquisa continua y de tantos registros y bases
de datos, a fin de conocer de modo particularizado
quiénes mismos son, cuáles son sus bienes, de qué pata cojean, cuáles son sus
ideas políticas, cuáles las fuentes de sus ingresos, en cuál casillero
descalificador encajan, partiendo de la presunción de culpabilidad de la
persona o de cualquier organización social o económica, invirtiendo hacia la
presunta delincuente de la carga de desvanecer, con pruebas, tal supuesto.

Toda persona se halla
en estado de libertad condicional

Según este modelo, toda persona se halla bajo vigilancia
continua, especialmente aquella que no se halla en el grupo gobernante o
alineada con él es considerada sospechosa, cuyo caso debe, por lo tanto, ser
especialmente investigada, vigilada y controlada, de ser el caso, castigada, en
clave preventiva o para intimidar al resto de díscolas, con la disciplina del
miedo al castigo. Es importante, en esta técnica de ejercer poder, sentar
precedentes, escarmientos y practicar castigos ejemplares, para inhibir hasta
el pensamiento disonante. Después de todo, el ciudadano debe sentirse contento
de no encontrarse realmente encarcelado, ya que, de alguna manera, el individuo
vigilado y aislado, encerrado en su celda virtual, entretenido ene l
consumismo, se halla ?digamos con
ironía- en situación de libertad condicional.

Penalización de la
Sociedad

El Código Orgánico Integral Penal (COIP), como nuevo
aparato para disciplinar al individuo, al tipificar como delitos más y más
conductas, al establecer hechos de tipicidad abierta y de interpretación
judicial a la medida de la orden gubernamental, la aumentar y acumular las
penas, y al privilegiar la prisión como opción de castigo, aun en casos en que
pueden ser reprimidos con multas, como rebajar el monto gravable del impuesto a
la renta con un rubro que no ha sido deducible, intenta criminalizar a la
sociedad ecuatoriana y con ello ejercer un enorme poder de intimidación en cada
persona. Con el cuento de clasificar a los delitos en función de los derechos
constitucionales vulnerados, le legislador nos hace olvidar que el mayor conculcador
de éstos es el Estado, a través de sus autoridades y agentes públicos, ora como
legislador, ora como administrador, ora como juez. No debe extrañarnos que, por
un lado, en las disposiciones en torno a etnocidio y genocidio, se haya
incorporado el elemento ?intencionalidad? para configurar estos delitos,
elemento tan difícil de demostrar, con la idea de liberar de cualquier
responsabilidad en este sentido, a las autoridades estatales que objetivamente,
con sicosis depredadora de recursos naturales, en su sed de petróleo, destruyan
las condiciones que hacen posible la existencia de los pueblos eco sistémicos,
como los hermanos TAGAERI y TAROMENANE,
y por otro ?como señala Farith Simon- contenga preceptos que establecen
?la protección que se brinda a la autoridad pública, además de los delitos de
rebelión, discordia, paralización de los servidores públicos, ataque y
resistencia a la autoridad en situaciones específicas. (?)·?[3]
Esta protección a la autoridad pública se manifiesta asimismo en la liberación
de los contratos a dedo como conducta que se pueda inscribir en el delito de
peculado.

Disciplina
Interiorizada

Como señala Celso Fiallo, sorprendente hombre de
izquierda, remitiéndose a la sociedad de control o de pastoreo que menciona
Foucault: En la Pre- modernidad, la
disciplina se lograba castigando al cuerpo. Si bien n la labor policial no deja
de haber tortura, la mayor disciplina que busca el poder ahora es que la gente se
aplique por sí misma. El poder tiene éxito cuando logramos interiorizar esa
disciplina.[4]

La Ley de Comunicación, sumada a la estigmatización a los
medios de comunicación colectiva y a los
periodistas, persigue inyectar la vacuna de la auto censura previa para
combatir el virus de la independencia, ejercicio que, poco a poco, de está
internalizando en el quehacer de la comunicación e información en el Ecuador.
Es que tenemos que disciplinarnos, como forma normal de proceder, para acceder
al casillero de los buenos, ejercer la comunicación bajo las pautas del poder
como forma de ganarse la vida en paz, sentirnos libres de la amenaza de castigo
y eventualmente devenir en beneficiarios de los actos magnánimos del poder.

El Panoptismo dibuja
todo un tipo de sociedad

Este método de ejercer el poder, mediante la inculcación
de disciplina, aplicada en los cuarteles, escuelas, industrias, hospitales y
cárceles, se puede aplicar a nivel general de toda la sociedad. Esto es lo que
he intentado explicar. De allí que se hable del mecanismo indefinidamente
generalizable del panoptismo.

?Pocos años después
de Bentham, Julius redactaba un certificado de nacimiento de esta sociedad.
Hablando del principio panóptico, decía que había en él mucho más que una
ingeniosidad arquitectónica: un acontecimiento en ?la historia del espíritu
humano?. En apariencia no es más que la solución de un problema técnico pero, a
través de ella se dibuja todo un tipo de sociedad.?
(Focucault, página 249).

Este tipo de sociedad es el camino y la meta de los
populismo autoritarios que asolan América Latina. Países cuyas Constituciones
recogen hasta cierto punto el respeto de las libertades y garantías, gobernados
por autoridades elegidas democráticamente, pero que acuden al panoptismo para
continuar en el poder, e impedir que las personas y las sociedades intermedias
puedan actuar en oposición y expresar ideas diferentes acerca de cómo se debe
gobernar el Estado. Cierto es que intentan satisfacer las necesidades básicas
de la población más pobre y alcanzan logros importantes. Pero coartan la
posibilidad de una participación protagónica y le niegan la oportunidad de
participar en asuntos que tiene que ver
con su destino.

Socialismo Represor

Los que se autodefinen socialistas del siglo XXI,
reproduciendo los vicios del socialismo real, deben entender a Celso Fiallo,
quien, a propósito del aserto del
entrevistador Carlos Rojas: ?Pero que más
controladores que los comunistas?, dice: ?Eso no es izquierda, eso secuestra el
nombre de la izquierda. Eso es totalitarismo (?) Los comunistas y castristas
latinoamericanos, los integristas religiosos no son de izquierda. La izquierda
jamás destruye la vida política. Estos regímenes sí. Fuerzan a la dictadura de
un solo partido (?) No solo es eso. Hay que ir desenmascarando las falsedades
de la historia, poniendo es su lugar a los héroes. Debemos ir a la crítica del
bolivarianismo, del garcianismo, del alfarismo y de toda mentira del poder?.

(Tomado de la entrevista antes citada).

Ganado para el
engorde

Para terminar, parece oportuno reproducir este
pensamiento del autor de El Principito:

?Una tiranía totalitaria podría satisfacernos, es verdad,
en nuestras necesidades materiales. Pero no somos ganado para engordar. Para
nosotros, que nos educamos en el culto del respeto por el hombre, pesan
gravemente los simples encuentros que tienen lugar a veces, en fiestas
maravillosas. ¡Respeto por el hombre! ¡Respeto por el hombre! ? He aquí la
piedra de toque! Cuando el nazi respeta exclusivamente lo que se le asemeja,
solo se respeta a sí mismo. Rechaza las contradicciones creadoras, arruina toda
esperanza de ascenso, y funda por mil años, en el lugar del hombre, le robot de
un termitero. El orden por el orden castra al hombre en el poder esencial, en
el de transformar tanto el mundo como a sí mismo. La vida crea el orden, pero
el orden no crea vida?. (De Saint- Exupéry, páginas 57- 58).

Artículo publicado en
la R. Ciencias Jurídicas Nº5 de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín
Carrión.



[1]
FOUCAULT, MICHEL, ?Vigilar y Castigar, nacimiento de la prisión?, Editorial
Siglo XXI, reimpresión 2010, México D.F.

[2] DE
SAINT-EXUPÉRY, ANTOINE, Carta a un Rehén, página 39, Editorial GONCOURT, 1967.

[3] SIMON
FARITH, ?COIP y Estado sancionador?, artículo publicado en la página 10, de El
Comercio, del lunes 18 de agosto del 2014.

[4] FIALLO
CELSO, tomado de la entrevista realizada por Carlos Rojas Araujo, Editor de El
Comercio, publicada en la pág. 23, del diario El Comercio, del domingo 13 de
junio del 2014.