Barcelona, Viernes 15 de Abril del 2.002.
Dr. Carlos Poveda Moreno.
Vicepresidente Regional de la FENAJE, Zona Centro.
Juez Segundo de lo Penal, Latacunga
Ecuador.

A L INICIARSE LA NOCHE del 12 de Febrero de 1.949, nadie pudo prever los terribles acontecimientos que pocas horas después debían desarrollarse. Como una excepción de las noches lluviosas de Febrero, la atmósfera estaba clara, la mayoría de los habitantes de la ciudad se habían encerrado en sus hogares y las calles apenas transitadas tenían su fisonomía habitual. Posiblemente refugiado en la tibieza del hogar las familias charlaban y comentaban las incidencias del día, las otras oían una de sus emisoras favoritas radio «Quito», de la cual sus comunicadores anuncian la dramatización de la obra «La guerra de los mundos» del escritor H.G. Wells que había sido adaptada con excesiva veracidad usando como escenario el imaginario drama lugares cercanos de Quito y en el que intervenían personas conocidas de la localidad. Aquellas personas que escucharon la dramatización incompleta y que por su bajo índice cultural era material abonado para cualquier absurda suposición, que generò un pánico en las calles y su respectivo volcamiento. Al final la muchedumbre prendió fuego a las instalaciones de esta radioemisora, actitud que fue condenada por la ciudadanía, pero que demostraba que los medios de comunicación social ejercen amplio dominio sobre el ciudadano común.

Alvin y Heidi Toffler lo advirtieron en 1995 cuando en su texto «Las guerras del futuro», dijeron: » Quienes más se esfuerzan por reflexionar acerca de la guerra en el futuro, saben que algunos de los combates más importantes de hoy y del mañana se desarrollan y se desarrollarán en el campo de batalla de los medios de comunicación»

ORGANOS DE SUGESTIÓN

Es inevitable manifestar que algunos medios de comunicación social se han transformado en órganos de sugestión que incide directamente en la perpetración de delitos y sucede con frecuencia en aquellos países donde existe una mayor libertad de información sin ningún tipo de control, por esto si se puede observar diferencias abismales como lo que ocurre en Francia con lo que sucede en nuestros países, ya que lo primero es negocio sin importar lo que puede ocurrir con la educación y cultura de los ciudadanos, incluso vemos como las preferencias televisivas pueden enmarcarse dentro de los famosos «People Meter», ya que a un televidente no se lo observa como un ente crítico sino simplemente con un potencial consumidor, descartando irresponsablemente que dicha influencia no vista por calidad sino por razones económicas, puede generar la planificación de ilícitos. En Venezuela dentro de un encuentro de periodistas se estableció que uno de las instituciones con mayor violencia es precisamente los medios de comunicación social.

Ahora también es importante analizar acerca de la propiedad de estos medios, ya que generalmente se encuentra un poder económico ligado, que a su vez también se mantiene enraizado en la actividad política, triangulando los ejes y manteniendo una omnipotencia escandalosa; pero esto también genera problemas, ya que la perspectiva y la dirección de los espacios noticiosos siempre se verificaran al de la conveniencia del dueño del medio, sino reordemos lo que paso en el Perú con dos televisoras, en la dictadura del ex Presidente Fujimori o lo que ocurrió en el Ecuador cuando a raiz del ddesequilibrio bursatil se estableció los verdaderos intereses de las clases dominantes usando como un bastaión muy poderoso sus medios de comunicacoión con el firme propósito de lograr un apoyo de partida para sus pretensiones en los que se vio también involucrados la clase judicial cuando se intentaba conocer y resolver sobre los casos de corrupción.

Y esto precisamente tiene que ver mucho con nuestra actividad porque al ser considerado evidentemente como órganos de sugestión a los medios de comunicación, es inevitable que en el buen sentido de la palabra va a cerciorarse una presión social sobre un determinado fallo, incluso existe de antemano ya una visión preprocesal de un determinado caso y en muchas ocasiones una anticipada sentencia antes de haberse pronunciado la vía judicial, o también existiendo un veredicto éste no se acopla con lo que ya ha pensado y decidió el público. Resulta por demás curioso que en un canal de televisión del Ecuador se hiciera la siguiente pregunta: «Diga el televidente si A es culpable o inocente», interrogante que se formulaba cuando las investigaciones policiales aun ni concluía, bueno pues, ustedes juzguen este tipo de actividades. Precisamente por esto siempre se ha discutido con enorme propiedad que la libertad de información no puede tampoco vulnerar los principios garantistas de honor, intimidad e inocencia, ya que es por demás conocido que una persona afectada de inicio por afirmaciones inexactas no se puede recuperar por más fallo favorable que otorgue el Juez, para la sociedad siempre será el delincuente aunque para la justicia ordinaria sea inocente, o en su defecto sin en la pregunta del periodista denominada «encuesta» ha perdido. Esto de todas maneras conlleva no solo un perdedor sino también un juez mancillado por actos de corrupción y de antemano una función Judicial que no sirve. Si viéramos el daño inconmensurable que parece sobrevenir estoy seguro que estos desaciertos se lo evitaría, aunque también adoptemos por excepción que se trabaja en esa forma de manera deliberada, porque recordemos que «…en una democracia la opinión pública es el mejor juez. Esto es tan falso como en el terreno de la ciencia…La opinión pública no puede suplantar a los jueces a los que ha encomendado su misión. La multitud elige siempre a Barrabás».

Esta clase de fenómenos e pudieron tener en cuenta con la intención de creación de Tribunales Populares, por parte de organizaciones indígenas en el Ecuador, ya que si existen autoridades de hecho también podía legitimarse estos intentos, que ventajosamente no prosperó, situación que como dijera Montesquieu: » El principio de la democracia se corrompe, no solo cuando se pierde el espíritu de igualdad extrema y todos quieren ser iguales a aquellos que han elegido para mandarles. Entonces el pueblo, al no poder soportar ya más el poder que confiara, quiere hacerlo todo por sí mismo, deliberar en lugar del senado, ejecutar en lugar de los magistrados, y despojar a todos los jueces…»

El juicio es un espectáculo «donde el Legislador es el guionista, el Juez el director y las partes, los actores» y uno que ha podido ver diariamente enjuiciamientos puede concluir que se trata de un verdadero show, donde impera por el mismo sistema la verdad procesal por encima de la material u objetiva, de ahí que el ciudadano común siempre manifestara su inconformidad con lo que se resuelve, atacando al juez cuando en la realidad es un silogismo que va de la mano con el aporte fundamental de la prueba. La trampa de los procesos pedagógicos.- El teatro judicial es una arma ambigua que hay que manejar con prudencia. No debe servir más que para la manifestación de la verdad y nada más…La trampa de los procesos pedagógicos.- El teatro judicial es una arma ambigua que hay que manejar con prudencia. No debe servir más que para la manifestación de la verdad y nada más.

«Judicialización de los actos»

No es menos cierto como se ha manifestado que en primer lugar vivimos sobre una época que se le denomina la «Judicialización de los actos», que significa que todos los problemas que atraviesa el ciudadano se ven reflejados en una resolución judicial y además que todos éstos desean mantener un rostro penal, por lo que si se establece que ha llegado la época del Gobierno de los Jueces, por cuanto si hablamos de vida sea a través de la eutanasia, clonación, inseminación, etc, etc., sea han delegado a una resolución; si se intenta tomar parte en asuntos de familia a través de menores lo que se le delega es un Juez de familia, si se quiera condenar a los malos usos de drogadicción también se recurre a un juzgador; es decir en todos los fenómenos vivenciales ahora existe de por medio un pronunciamiento de algún Juez en el planeta, llegando a una situación que al menos se observa en un marco constitucional como es la tutela judicial efectiva, o el control judicial de la Constitución, con el cual se ha podido paralizar ciertos abusos emanados del ejecutivo, legislativo o administrativo, tornándose esa instancia incluso en la salvaguarda de los actos de corrupción, no en vano existe como en el Perú la instancias por esto delitos, por lo que se me viene a la memoria las palabras de Juez Francés Antoine Garapon en su obra «Juez y Democracia»:..mientras se había limitado muy a menudo a denunciar el mal funcionamiento de la justicia, los últimos años se ha visto a la prensa aliarse con la justicia contra la política. El tercer poder y el cuarto, la justicia y la prensa, se conjuran contra los dos primeros, el ejecutivo y el legislativo, pagando el precio de una inquietante complicidad».

En el juicio hay dos operaciones mentales.

En primer lugar, la operación de la imaginación, en la que se juzga objetos que ya no están presentes, que se han sustraído a la inmediatez de la percepción sensible y que, en consecuencia, no afectan ya directamente. Y sin embargo, aunque el objeto se ha sustraído a los sentidos exteriores, se convierte entonces en un objeto para los sentidos internos. Esta operación de la imaginación el objeto para la «operación de la reflexión». Y esta última ­la operación de la reflexión- es exactamente la actividad de juzgar algo. Esta doble operación instaura la condición esencial de todos los juicios, la condición de imparcialidad, de «satisfacción desinteresada». …la ventaja del espectador es que capta la obra en su conjunto, mientras que cada uno de los actores no conoce más que su propio papel o ­si ha de juzgar según la perspectiva de la acción- la parte que le concierne. El actor es parcial por definición.

¿hasta qué punto debe responder los medios de comunicación social?, unos consideran y de acuerdo a su formación que simplemente se trata de una autoridad de hecho y que por lo tanto debe tener también una sanción moral, criterio discutible porque como consideramos más adelante ya se han venido ejecutando y aplicando la doctrina de la real malicia. Ahora que si existe sustento es la vida económica de estos sectores cuyo sufrimiento podría involucrarse únicamente en sus bolsillos, cuando el lector o televidente no lo lee o no lo observa, es decir prácticamente ésta no se verifica..