Redescubrimiento de los métodos, alternos de solución de conflictos

Melba Arias Londoño
Consultora Internaiconal ILANUD

E N LAS CONSTITUCIONES Y CÓDIGOS DE TODOS LOS PAÍSES , se hizo siempre mención a la ley como la fuente fundamental de solución de todos los conflictos, dando de éste modo un derecho excesivo que aún perdura.

Escuela dogmático jurídica

Por eso en las facultades de Jurisprudencia se enseñan los ordenamientos legales que regulan la actividad de la comunidad, en materia civil, penal, trabajo, etc.
Impera la escuela dogmático jurídica, que reduce los derechos personales y reales a normas, organizadas jerárquicamente, con la Constitución Nacional por encima, de la cual se derivan todas las demás regulaciones normativas, que definen la política Estatal.
Es pues, el postulado de aquellas, el que determina la solución de controversias, independientemente de su correspondencia con un problema social y que debe ser dada por una juez de la república, sin tener las personas competencia alguna para dirimir sus diferencias.
Esos funcionarios están por lo tanto, muy distantes en sus decisiones, de resolver conflictos generales, subyacentes en los problemas jurídicos planteados en las demandas que llegan a sus despachos, por ejemplo en Colombia, solo hasta 1990 la ley 54 reconoció la familia de hecho; antes sólo un Canónico, y el 70% restante estaba desprotegido convirtiéndose en una situación difícil de atender por los mismos jueces.
Antes este divorcio entre una sentencia y la resolución de un problema social (oculto en uno jurídico), y ante el fracaso de las reformas a los Códigos Procedimentales y el aumento de número de juzgados que por ser simples no sustanciales, no han dado soluciones estructurales, obligó a los Estados a indagar de nuevo por los Mecanismos Alternos de Solución de Conflictos, inicialmente para descongestionar los despachos y luego para restablecerle a la comunidad su capacidad de atender los propios problemas, dentro de un marco jurídico con la autonomía que la ley da, cuyo límite es el respeto por el orden público y las sanas costumbres.

Mecanismos Alternos de Solución de Conflictos

Siempre han existido métodos alternos, simplemente que en las últimas décadas los países latinoamericanos se han unido y lanzado en un política de experimentación con aquellos, ante la crisis profunda del sistema judicial, y su demora en atender las peticiones del ciudadano común.
Y volvieron a aparecer en el plano de la justicia, la mediación, el arbitraje, la conciliación, la amigable composición, la negociación, y otros más.
Los Métodos Alternos de solución de Conflictos tiene como principal misión, promover desde lo cotidiano el compromiso y la responsabilidad de todos, en la construcción de convivencia pacífica, partir de la comprensión y aceptación del otro. Sólo así es posible la transformación de la tradicional cultura de violencia, del resentimiento y del malestar, en una de paz, del diálogo y de la concertación, con dos grandes objetivos.

1.- Desarticular el mecanismo de exclusión de otro.
2.- Cultivar valores que acerquen a las partes en conflicto.

Aceptación del otro, es el respeto por el modo de pensar, sentir, expresar ideas sean contrarias y de actuar, de los demás.
Es una actitud personal, que se adquiere con el ejercicio de la comprensión de los motivos de las personas y de la forma de relacionarse. Requiere de una buena dosis de comprensión.

Se debe ser tolerante

Lo cual no significa asumir una posición resignada, pasiva, tibia o relativista; ni deponer la conbativilidad tan necesaria para afrontar las situaciones difíciles, abordar los problemas y emprender los grandes propósitos.
Por el contrario, implica luchar por todo aquello que deseamos con la solidaridad de los demás, y dentro de los límites que imponen los derechos ajenos, para no caer en la hostilidad la degradación y el odio.

Convivencia y verdad

La convivencia y la verdad son construcciones sociales, se elaboran paso a paso en el actuar del diario vivir e interactuar personal, a través de la comunicación, del respeto, de la negociación, de las diferencias, y de la aceptación de otro.
Para poder vivir en paz es debe trabajar sobre la base del ejercicio del derecho a disentir, lo cual significa respetar el criterio del contrario así lo considere equivocado.
Si en cada persona existe la disposición para exponer sin temor y discutir (no a acallar al opositor), el acuerdo debe llegar, pues nadie es poseedor de la verdad, si ésta es una sola, ni es inmodificable, sólo hay puntos de vista.
No existen enemigos sino opositores, extraños sino personas que aún no se conocen, y con ambos que aún no se conoce, y con ambos se puede concretar; escuchar y valorar pensamientos y expresiones, mediante el diálogo sereno.

La intolerancia

Intolerancia como lo expuesto a la convivencia, es la negativa a soportar las diferencias y la dificultad para respetar las opiniones, creencias y prácticas de los demás.
Por culpa suya, el planeta ha estado plagado de guerras, conflictos, disputas, persecuciones, desapariciones, masacres, homicidios, divorcios, separaciones y toda clase de atropellos a los Derechos Humanos.

La intolerancia está ligada a múltiples factores.

Ansia de poder (político, religioso, económico, militar).

Quien lo detenta traduce su profunda inseguridad y miedo, en odio hacia quienes desisten o difieren de ¨su verdad¨ ideas, creencias, orientación política, actitudes, opiniones, comportaciones sexuales o particularidades raciales), por ello los persigue, tortura y elimina.
En la extensa lista de los intolerantes en el mundo sólo aparecen nombres de dictadores ávidos de dominio absoluto: Nerón, Sprenger, Kramer, Torquemada, Hitler, Mussolini, Franco, Pinochet, Jhomeini, Stalin, Viola, Videla, Strossner, Somoza, Bautista, Trujillo, Polpot, Idi Amín, Bokassa, Milosevic (el Hitler de los Balkanbes con su limpieza étnica) etc.
Por culpa de ellos cientos de cristianos murieron en el circo romano; más de veinte mil protestantes franceses fueron pasado a cuchillo en la noche de San Bartolomé; millones de herejes fueron quemados durante la Inquisición; igual número de judíos y ¨otros de razas inferiores¨ fueron víctimas del régimen nazista; miles de jóvenes izquierdistas desaparecieron en los países del Cono Sur (Chile, Argentina, Uruguay); centenares de millares de disidentes del régimen fueron eliminados en la antigua URSS y China Popular; otros tantos murieron en las inútiles guerras de Israel, Palestina, Pakistán, Irán, Irak, Indonésia, Tailandia, Africa, India, Cambodia, El Salvador, Guatemala, los Balkanes sólo por pertenecer a creencias, religiones, corrientes políticas o etnias diferentes.
En Colombia, país que compite con los más violentos de las historia universal, por culpa de los mismos intolerantes fueron eliminados casi todos los integrantes del movimiento político ¨Unión Patriótica¨ decenas de dirigentes cívicos, periodistas, defensores de Derechos Humanos, sacerdotes, jueces y centenares de indigentes, prostitutas, homosexuales, sidosos y drogadictos, o marginados sociales, que murieron acribillados por los escuadrones encargados de ¨la limpieza social¨.
Y esos mismos desconocedores de la tolerancia, han extendido sus garras a ciudadanos y campesinos indefensos, víctimas de secuestros, desapariciones, masacres, torturas, violaciones, juicios sin debido proceso, homicidios, robos, convirtiendo a los sobrevivientes en desplazados de guerra.
Lamentablemente ya hicieron su entrada a países tradiconalmente pacíficos como Ecuador con el asesinato de un congresista y defensor de los derechos humanos, y de varios marginados de las malvinas, en Guayaquil.

Educación represora

También la intolerancia está ligada a la presencia de una educación represora, que frena el desarrollo de la autonomía y la libertad individual (para elegir su plan de vida y su ideología personal), como parte de los Derechos Humanos, y que prepara al educando hacia una pasiva aceptación de la injusticia y de los atropellos, por la carencia de oportunidades para expresar su inconformidad o su disentir, originando una actitud sumisa, ante el temor de ser molestado, interferido, perseguido, eliminado o atropellado en su dignidad, como se diferente e individual.
Y en consecuencia cuando posteriormente deba defender sus ideas, no está preparado para hacerlo de manera respetuosa, sino violenta e intransigente.

La familia y la diferencia estatal o social

La intolerancia está igualmente vinculada a la estructura misma de la familia con una autoridad verticalizada y absoluta que habilita la violencia doméstica.
A la diferencia estatal u social, que mantiene sin solución, cosas injustas e intolerables, aunque si evitables, como la carencia de vivienda, de vías, de servicios y de trabajo para las clases menos favorecidas, que violan derechos consagrados en la Constitución.

La unidad a la información tercermundista

Continua confrontación, debido al bombardeo permanente de mensajes sobre condiciones socio-económicas deficientes, violencia manifiesta, inseguridad, necesidad de sobrevivir a toda costa, desempleo y corrupción en la autoridad legislativa, ejecutiva y jurisdiccional, entrenándolos para la intolerancia, el engaño y la desconfianza.

La tolerancia

La tolerancia se fomenta con la educación en valores que propicien el entendimiento y el diálogo. por eso es fundamental el fortalecimiento de la comunicación y la libertad de expresión.
La tolerancia defiende los derechos humanos referidos a la autonomía personal, la libertad u la igualdad; por eso funciona en una democracia participativa, en donde se permite la expresión de ideas y preferencias diferentes y competitivas, con el único límite, del respeto por el otro.
A partir de la tolerancia se construye la convivencia pacífica, que permite la paz y la justicia.