Qué es la Asamblea Constituyente

Dr. Bayardo Moreno Piedrahita

E N TÉRMINOS CIENTÍFICOS DEL CONSTITUCIONALISMO , la Asamblea Constituyente , es una asamblea extraordinaria de los representantes elegidos por el pueblo, convocada para aprobar por primera vez una Constitución o para modificar sustancialmente la vigente. En el primer caso, para crear y dar nacimiento al Estado; y, en el segundo caso, para reformar la norma suprema, después del cambio de un régimen de gobierno; porque Constituyente, es un objetivo que significa » Constituir » o » Establecer «, que a su vez se deriva de la palabra » Constitución «, que en pura semántica es la acción y el efecto de constituir el Estado como organización humana, política y social. La raíz del término Constitución se encuentra en la voz latina Constitutio – Tionis.

Origina una Constitución

En esencia, la Asamblea Constituyente es la agrupación humana que da origen a la Constitución, su modificación, o sus reformas; pero sólo en la redacción de ese órgano escrito, aparecen las Funciones Constituidas, consistentes en: Legislativa, Ejecutiva y Judicial, que forman el gobierno ordinario del Estado.
Sin ninguna duda, dentro del sistema político que se llama » Democracia «, la soberanía originalmente radica en el Pueblo; el mismo que se ubica como principio y fin último del Estado; de ahí que, la Asamblea Constituyente, es la expresión del poder Supremo, incondicionado e ilimitado con plena capacidad libre del respeto a las normas supremas del pasado: sólo con la obligación moral de respetar la libertad, la dignidad y la justicia tanto individual, como colectiva.

Confusión premeditada

Lamentablemente, los conceptos de Asamblea Constituyente y Funciones constituidas por la Constitución, que son muy claros y fáciles de entender, aún parece que no se los comprende, porque en nuestro País, los desgastados profesionales de la política los confunden premeditadamente, a propósito para engañar al Pueblo, a fin de mantener sus privilegios; ellos conocen bien que Asamblea Constituyente, es igual a soberanía del pueblo; y Funciones Constituidas, en cambio son sinónimo de poder político; y, a la vez que, soberanía es la facultad suprema del Pueblo para organizar el Estado, crear su orden jurídico, dar seguridad y eficacia, instituir el poder político y elegir a las personas que deban ejercerlo; y, que así mismo, el poder político, no es más que el simple mandato otorgado temporalmente por el pueblo a determinados ciudadanos, para que en su nombre administren el Estado y los bienes públicos.

La Soberanía

Sin embargo, los políticos profesionales, por conveniencias personales o de grupos de poder económico, públicamente dan la apariencia de ser ignorantes y no entender estas claras concepciones de la ciencia del Estado, pero, vale recordar a estos políticos que se autotitulan » profesionales » -a los que se encuentran en el poder, o en asedio de él; sabios o ignorantes- que la soberanía es la libertad irrenunciable y suprema del pueblo y que por consecuencia los gobiernos de la índole que fuesen no poseen facultades soberanas, sino la calidad de simples empleados temporarios y con funciones muy limitadas; de tal manera que, ellos los políticos, si no conocen de verdad, deben aprender que la soberanía es un atributo exclusivo del pueblo y que los gobernantes, sólo disponen de facultades de mando vigiladas por la Constitución y la sociedad civil; y, de manera especial que el pueblo al elegir a sus mandatarios, no les enajena, cede, hipoteca o arrienda su soberanía, sino que únicamente las llega a investir de autoridades públicas, para que sus decisiones sean cumplidas; pero siempre que no se aparten de la voluntad general de su Dignatario.

Si la Filosofía del poder soberano del Pueblo es clara, terminante y suprema, en nuestro País, porque no se la practica y más se la burla ?

En efecto, no se la practica, ni se la respeta. La Prueba de la burla y el irrespeto está muy cerca; pues aún, no se encuentra en las paginas de la amnesia colectiva. Si, con la transformación del 5 de febrero de 1997, el Pueblo creyó que iba a destruir el viejo orden jurídico, económico y social, para reemplazarlo rápidamente por un nuevo, a través de la Asamblea Constituyente y con la presencia de todos los grupos de la sociedad civil, únicos protagonistas directos de la histórica acción cívica, para que al fin se redacte una nueva Constitución Política del Estado, en la que se consagren los ideales que exigen el Pueblo en lo moral, político, económico, jurídico y social.
El ideal y el interés del pueblo no se han cumplido, porque quienes tomaron el timón del Estado han cambiado de rumbo a la exigencia soberana de la voluntad popular; por eso, el pueblo se encuentra decepcionado y al borde de una nueva insurgencia social, que por supuesto haría mucho daño al país.

Cambio de conducta

Lo mas recomendable sería que, el Presidente de la República Interino, el Congreso Nacional y la propia función Judicial, encarnen el sentimiento popular y rectifiquen su conducta, dedicándose a preparar la Asamblea Constituyente comprendiendo que la Ley fundamental no es eterna, ni para imponerla hasta en la tumba de sus protagonistas porque en esencia la Ley en especial la Constitución de la República deben recoger en sus fibras, un mínimo de seguridad, paz, orden, libertad y justicia, para la sociedad. Si eso no se ha hecho, que no se arrepientan después los que se han olvidado del pueblo.