SINDROME BURNOUT
Profesionales Quemados

Por: Lic. Osvaldo Agustín Marcón
Ex-Presidente Colegio Profesional
de trabajadores Siociales de la Provincia De Santa Fe – Argentina
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E L SINDOME BURNOUT (o del Quemado) fue identificado en la década del 70 por Freudenberguer. Ha sido definido como una respuesta a la estresante situación laboral crónica que, principalmente, se produce en profesionales cuyo objeto de trabajo son otras personas a las que prestan sus servicios, especialmente de ayuda. Si bien de tales profesionales se espera que no asuman los problemas de las personas que atienden, se presume necesario que muestren interés y una cierta implicación emocional al respecto. Además, en general y al mismo tiempo, se les pide que atiendan las exigencias de las personas y de la organización a la que pertenecenen lo cual puede resultar conflictivo considerando la escasez de tiempo y la complejidad de los problemas. Como consecuencia se observa agotamiento, decepción y pérdida de interés, despersonalización y falta de realización en el trabajo.

Teorías

Diferentes autores han elaborado teorías explicativas afirmándose dos tendencias. Una, denominada ‘clínica’, entiende al Síndrome como el estado al cual llega la persona producto del estrés laboral que padece, por lo que predomina la causalidad individual. La otra, denominada ‘psicosocial’, lo considera en cuanto proceso que se desarrolla por la interacción entre las carácterísticas de la persona y el entorno laboral.

Dado que el profesional que padece el síndrome puede reconocer o no lo que le está ocurriendo el proceso puede cristalizarse por lo que el peligro aumenta. Simultáneamente el cuadro afecta a quienes atiende generándose así una disminución de la calidad y la eficiencia en la prestación, que podría llegar hasta situaciones en las cuales las personas atendidas no sean tenidas en cuenta o resulten maltratadas.

Síntomas

Se han individualizado los siguientes síntomas: dolor de cabeza, apatía, dolores musculares, aburrimiento, hipertensión, insomnio, irritabilidad, ansiedad, aumento en el consumo de medicamentos, alimentos, alcohol y tabaco, situaciones de tensión con familiares y/o amigos, incremento de actividades para escapar de la realidad.

En la actualidad resulta evidente que aquellos profesionales que trabajan especialmente en organismos gubernamentales, atendiendo las demandas de la población, no cuentan con la infraestructura ni los recursos necesarios para desarrollar su tarea. Hoy se suma la ausencia del Estado con políticas que den respuesta a los problemas sociales, al aumento del desempleo , la precarización del empleo, la violación de los derechos sociales y laborales, el resurgimiento del asistencialismo, entre otros. Pero este panorama no queda reducido sólo a estas cuestiones: la falta de diagnósticos de situación, la imposición de respuestas importadas desde otros contextos cual si pudieran resultar mágicas, la ubicación en los cargos de conducción de familiares y/o amigos, el establecimiento y manutención de relaciones personales más que organizacionales, son algunas de las características que presenta el escenario actual y que, por otro lado, no son ajenas a algunas tradiciones burocráticas.

¿Qué hacer frente al ‘Sindrome del Quemado’?

El abordaje del problema exige revisar la modalidad de las tareas cotidianas. Esto incluye la aplicación de técnicas destinadas al reconocimiento de los conflictos y la identificación de alternativas de resolución. Son fundamentales los programas de entrenamiento para manejar eficazmente el tiempo como así también para identificar urgencias y priorizar tareas. Esto apunta a generar nuevos diseños laborales a partir de objetivos reales y alcanzables, incluyendo momentos de descanso en el horario laboral. Otra de las claves aparece en la posibilidad de distanciarse mentalmente del trabajo a partir de actividades que permitan la relajación (hobbys, deportes, actividades físicas, etc.). Un lugar central ocupa la posibilidad de asistir a actividades científicas para lograr la actualización permanente y el desarrollo de investigaciones, como formas de aumentar la competencia profesional y fortalecer la estima personal. Todo forma parte de las propuestas consensuadas por la Comunidad Científica para el tratamiento del Síndrome.

El apoyo social aumenta la realización personal en el trabajo, disminuye el agotamiento emocional y mejora las actitudes negativas del sujeto hacia los demás. Este apoyo puede provenir de diferentes fuentes: los compañeros de equipo, los grupos informales y hasta los jefes. Los grupos de apoyo social que pudieran organizarse en el ámbito laboral como respuesta al problema planteado, tienen como objetivos la reducción de los sentimientos de soledad y agotamiento emocional de cada uno de los profesionales miembros del grupo y el mejoramiento del ambiente de trabajo a partir de facilitar el desarrollo de las tareas cotidianas. En ellos se discuten los problemas relacionados con el entorno laboral siendo particularmente importante no confundir este encuadre con el de un grupo terapéutico.

Como se ve, muchas conductas laborales cotidianas obedecen a problemáticas ya categorizadas internacionalmente como ‘de salud’. Esto es así aún cuando en medio de nuestro subdesarrollo conceptual muchas burocracias políticas tiendan a estigmatizar tales problemas mediante des-calificativos de ligera formulación.