La muerte ronda las canchas

Por: Dr. Oswaldo Paz y Miño J.
EXPERTO EN DERECHO DEPORTIVO

S I CERTEZA TENEMOS DE ALGO es de que algún día con ella tenemos cita, aunque hay más de uno que por su dinero, sus empresas o sus aires, se la esté creyendo que no le tocara. Equivocados están los que no piensen en ella o los que se crean inmunes a su destino mortal.

Dos trabajadores del fútbol colombianos cumpliendo sus labores de entrenamiento fueron alcanzados por una descarga mortal de la naturaleza, un rayo asesino que partió sus vidas y destrozo la de sus seres queridos. Uno de los deportistas que concluyo el ciclo vital fue Giovanni Córdova, joven jugado,r que prestó sus servicios para la Liga Deportiva Universitaria de Quito, en la que se destacó como goleador en la corta temporada para la cual fue contratado. La hinchada de L.D U, añoró el alejamiento del efectivo delantero sobre todo cuando el fracaso que significo el descenso del año 2000. Su reemplazo Jorge Díaz nunca tuvo el mismo nivel.

El correcto jugador paisa se ha ido para siempre. Sus goles se cantaran en algún lugar invisible del cosmos infinito. Desde allá ,el ,vigilara a su pequeñaja de tan solo un añito que se enterara tiempo de por medio, que su padre fue un digno deportista, que se dejo la vida en el campo de juego, trabajando.

Mas, no solo la naturaleza puede cortarle la vida a la gente. Ella de todas formas no lo hace por estupidez o por el mal condumio que algunos individuos llevan dentro de su sangre. Existen en todo el país salvajes encubiertos que usurpan la condición de hinchas y se convierten en peligrosos antisociales que camuflados por el anonimato de las masas lanzan objetos cobardemente contra los futbolistas o contra el publico presente en un juego de balón. Estos desadaptados, son los causantes de graves atentados de terrorismo deportivo que pone en riesgo la seguridad de los protagonistas del espectáculo y de inocentes espectadores.

Todos los que queremos al fútbol distanciado de la violencia, que horrorizados vemos es rutinaria en otros países, debemos actuar en conjunto para denunciar y rechazar con toda energía a quienes la generan o la encubren, tengan el nombre o el cargo que sea.

Los dirigentes deben ser los primeros en medir sus actos, sus gestos y sus palabras, de lo contrario se corren el riesgo de hacer lo que ciertos políticos, hablan de una manera, piensan de otra y actúan, contrariamente a lo que hablan y a lo que piensan. Si, en ese orden. Prudencia señores.