Instituto de Investigaciones JurĆ­dico Sociales ISIJS
FACULTAD DE JURISPRUDENCIA DE LA UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR

L A ENSEƑANZA DEL DERECHO en una sociedad como la ecuatoriana, con caracterĆ­sticas complejas y con enormes desigualdades, debe situarse en el marco de esa realidad, para evitar que la Ć³rbita jurĆ­dica se mantenga en un plano abstracto desconectado de aquella.

No debe olvidarse que el Derecho es un medio para la realizaciĆ³n de la justicia y Ć©sta debe mirarse, segĆŗn afirma Hans Kelsen, como un orden social que protege ciertos intereses socialmente reconocidos por la mayorĆ­a como dignos de ser protegidos. La justicia es inmanente a la sociedad, pues toda comunidad tiene que afrontar conflictos de intereses y Ć©stos se presentan cuando una necesidad o un valor tiene que satisfacerse a expensas de otro.
El Derecho aparecerĆ­a. entonces, como la normativa plasmada en la ley y en la Jurisprudencia, para dar a cada uno lo que es suyo, segĆŗn la antigua sentencia romanista definidora de Justicia.

Una sociedad injusta

El Ecuador se muestra como una sociedad injusta y esta afirmaciĆ³n debe ser analizada porque sus consecuencias influirĆ”n en lo que debemos esperar del Derecho. Es una sociedad injusta por falta de equidad en la distribuciĆ³n de la riqueza, en cuanto solamente una minorĆ­a goza de privilegios y de riqueza frente a una mayorĆ­a que carece de lo indispensable para llevar una vida humanamente digna. Las estadĆ­sticas revelan esta tremenda injusticia, pues un grupo que representa apenas el 3.1% de la poblaciĆ³n, capta mĆ”s del 73.5% de la riqueza total del paĆ­s.

La desigualdad social en el Ecuador resulta alarmante y lo mĆ”s grave es que esa brecha que separa a ricos de pobres se ensancha cada vez mĆ”s. Esta situaciĆ³n determina que los conflictos de intereses se agudicen, especialmente cuando las clases marginales y deprimidas en la satisfacciĆ³n de las necesidades bĆ”sicas (alimentaciĆ³n, vivienda, salud, educaciĆ³n), han adquirido conciencia de su estado y pugnan por mejorar su condiciĆ³n.

El Derecho, como instrumento para realizar la justicia social

El estado social que concentra los mĆ”s altos ingresos es tambiĆ©n el que se beneficia del poder en todas sus manifestaciones: polĆ­tico, econĆ³mico, militar. El Derecho ha sido en el Ecuador una de las manifestaciones del poder de una minorĆ­a para mantener su situaciĆ³n de privilegio.

El Derecho, como instrumento para realizar la justicia social, se ha desenvuelto en el Estado – NaciĆ³n ecuatoriano, con demasiada lentitud dentro de la vida republicana. Basta considerar que los CĆ³digos del Trabajo y de Menores se aprobaron en 1938 y que la legislaciĆ³n tendiente a favorecer a los sectores mĆ”s deprimidos de la sociedad, como las comunidades indĆ­genas, negras, mujeres, se ha empezado a desarrollar solamente en los aƱos recientes.

El Derecho PolĆ­tico

El que regula las relaciones entre los ciudadanos y el Estado, se ha establecido de acuerdo con los modelos clĆ”sicos europeos y el Derecho Civil ha sido un trasplante de las instituciones bĆ”sicas del Derecho Romano, adoptada a travĆ©s del CĆ³digo Civil NapoleĆ³nico y Chileno. En las demĆ”s ramas del Derecho ha ocurrido en general lo mismo, o sea, la adopciĆ³n voluntaria de la legislaciĆ³n extranjera.

El Derecho Romano

En la enseƱanza del Derecho Romano no debe ser tomada como una obra acabada e inmovilizada en su perfecciĆ³n, sino como un ordenamiento flexible, caracterĆ­stica que le sirviĆ³ en el pasado para su difusiĆ³n y adaptaciĆ³n a las necesidades del pueblo muy diversos. Su enseƱanza es necesaria dentro de las materias bĆ”sicas porque ilustra sobre el pensamiento jurĆ­dico y las instituciones del Derecho Civil, su armonĆ­a interna, sin que por eso haya que tomĆ”rselo como una camisa de fuerza que inmovilice otras alternativas del pensamiento y del desarrollo jurĆ­dico. En numerosas facultades de Derecho de AmĆ©rica, hasta la dĆ©cada de los sesenta, han prevalecido viejas concepciones que difĆ­cilmente se han adaptado a la rapidez del cambio cientĆ­fico, socio-econĆ³mico, asĆ­ como a las mutaciones sociales.

NociĆ³n dinĆ”mica y abierta al Derecho

En el pasado, las facultades han enseƱado mĆ”s leyes que Derecho y han prevalecido al aspecto informativo, sin advertir que el proceso de enseƱanza no debe dirigirse tanto a la divulgaciĆ³n de los conocimientos y de los textos legales, sino a la creaciĆ³n de hĆ”bitos mentales, actitudes, adiestramiento en la soluciĆ³n de problemas, etc. En esta forma, la informaciĆ³n enciclopĆ©dica limita la formaciĆ³n del estudiante, al omitir la bĆŗsqueda colectiva y problemĆ”tica enfocada a la realidad.

Como escribe Jorge Witker, Ā«DeberĆ­amos formar al jurista y abogado en una nociĆ³n dinĆ”mica y abierta del Derecho, remarcar su funciĆ³n reguladora, su relaciĆ³n con los cambios sociales, el papel de avanzada y renovaciĆ³n que puede jugar la jurisprudencia y la necesidad de que la norma jurĆ­dica realice el ideal de justicia, como valor histĆ³rico concretoĀ».

Instrumento protector de intereses

El Derecho puede entenderse como un instrumento protector de intereses e importa considerar la ubicaciĆ³n social del abogado dentro de la estratificaciĆ³n de la sociedad.

En las universidades pĆŗblicas al mayor porcentaje de estudiantes proviene de los sectores medio y bajo de la poblaciĆ³n. La carrera significa para ellos un factor de movilidad y de ascenso social. Los estudiantes de los sectores medio alto de la sociedad encausan la carrera en la protecciĆ³n de los intereses de los sectores dominantes y suelen actuar como abogados de empresas, asesores de consorcios, cĆ”maras de producciĆ³n, sectores bancario y financiero, empresas transnacionales. Por esta razĆ³n, se ha advertido que hay cierta tendencia a que los egresados de las universidades pĆŗblicas dirijan su actividad profesional especialmente para el trabajo en el sector pĆŗblico, en las organizaciones sociales y en el sistema judicial.

Las asociaciones y colegios de abogados se han constituido para velar los interese profesionales de sus agremiados y poco hacen por ampliar su acciĆ³n hacia otros aspectos de la formaciĆ³n jurĆ­dica, o para extender la asistencia judicial a otros sectores menos favorecidos de la sociedad.

La transformaciĆ³n de los valores

En la sociedad ecuatoriana se aceleran las transformaciones como resultados de los conflictos sociales internos, de la globalizaciĆ³n, de la hipertrofia y crisis del sistema financiero, de la insurgencia del sector indĆ­gena, de la crisis de los partidos. Es necesario entonces, como dice Witker, postular la necesidad de un abogado para el cambio y, penetrado de la visiĆ³n jurĆ­dica crĆ­tica y dialĆ©ctica de la realidad para institucionalizar y ofrecer cauce jurĆ­dico a los cambios de modo que Ć©stos no se den al margen de la legalidad y en algunos casos en contra del Derecho y la juridicidad.

Dentro de una sociedad en la que se han perdido los valores Ć©ticos y en la que se acentĆŗa la corrupciĆ³n, el Derecho no puede concebirse como un simple ordenamiento normativo, ausente de principios morales. SerĆ­a lamentable, que la profesiĆ³n de abogado se vincule con una conducta que se desliza en el campo de la corrupciĆ³n, del abuso y lo inmoral. Esta imagen del abogado tiene que desaparecer para cambiar en la del hombre que busca el bien colectivo, el respeto a los derechos individuales y a la paz. Por eso, el afianzamiento de esos valores debe cruzar toda la carrera de Derecho, para forjar una conducta que identifique al hombre como portador de los grandes principios e ideales de la honestidad, la justicia, la solidaridad.

La convivencia social, econĆ³mica y polĆ­tica

El estado – NaciĆ³n, para regular la convivencia social, econĆ³mica y polĆ­tica, ha creado toda la estructura legal que se encuentra vigente. Desgraciadamente, en las Ćŗltimas dĆ©cadas ha ido perdiendo los espacios de control y regulaciĆ³n de las relaciones entre los ciudadanos, razĆ³n de la existencia de ese Estado – NaciĆ³n, pues, ha cedido el criterio universal del pensamiento Ćŗnico, a las profesiones de los grupos de poder nacionales e internacionales, para implantar a rajatabla la economĆ­a del libre mercado, antĆ­tesis del ordenamiento jurĆ­dico racional. Como panacea para la soluciĆ³n de todos los problemas del paĆ­s, dentro de la llamada globalizaciĆ³n, se ha perdido la identidad nacional, al someter nuestra vida social, econĆ³mica y polĆ­tica a los designios de organismos internacionales. Por ello, toda la estructura jurĆ­dica actual ha sido lesionada y relativizada en su aplicaciĆ³n; desde las mĆ”s altas esferas se la ha violado, basta citar como ejemplo el feriado bancario y el congelamiento de depĆ³sitos, en franco desacato de la norma constitucional, hecho que, como dejamos seƱalado anteriormente, muestra la inobservancia y vulnerabilidad de nuestro andamiaje jurĆ­dico que regula toda la actividad de este Estado – NaciĆ³n, que lo encontramos organizado en Ć”reas de derecho interno y externo; el primero, subdividido en los sectores pĆŗblico, privado y social; y, el segundo, subdividido tambiĆ©n en pĆŗblico y privado, dentro de los cuales existen otras subdivisiones.