La Constitución de la República propugna la integración de la Comunidad Andina

Por: Dra. Berenice Pólit Montes de Oca
Asesora del Tribunal Constitucional

L A CARTA POLÍTICA DE NUESTRO PAÍS consigna entre sus postulados que el Estado debe propugnar la integración, de manera especial la andina y latinoamericana, así lo ha ratificado el Gobierno del Ecuador en la cita de Presidentes de América del Sur, que tuvo lugar en Guayaquil, entre los días 26 y 27 de julio del presente año.

Integración latinoamericana y caribeña

Ha cobrado vigencia y se ha revitalizado el siempre recordado postulado bolivariano de la integración latinoamericana y caribeña. El libertador Simón Bolívar, concibió a la América Latina como una unidad global e indisoluble, asentada en una común identidad cultural e histórica, y afirmó «Si unimos todo en una misma masa nación, al paso que extinguimos la mutua cooperación de los pueblos a sostener su causa natural. Divididos, seremos más débiles, menos respetados de los enemigos y neutrales. La unión bajo un solo Gobierno Supremo hará nuestra fuerza y nos hará formidables a todos».
Resulta incuestionable que los Estados Americanos individualmente no tienen ninguna capacidad de incidencia para adoptar decisiones autónomas frente a las grandes decisiones políticas y económicas definidas por las grandes potencias, las transnacionales y los organismos financieros internacionales, impulsores de la globalización, de los procesos de dolarización, la libre apertura a los capitales externos, la eliminación de todo tipo de subsidios, el arbitrario mantenimiento de salvaguardias, y la decisión de implementar el ALCA e n el año 2005, frente a la cual se torna imprescindible que se procesen estrategias para hacerle frente y contraponerla con iniciativas, acciones y negociaciones internacionales conjuntas.

Logros importantes

A o largo de estos 30 años, nuestros países han empujado con cierta tibieza la integración de la Comunidad Andina de Nacionales, sin embargo, ha logrado frutos importantes como la creación del Tribunal de Justicia de la Comunidad Andina, la creación de la Universidad Andina Simón Bolívar; la Carta Social emanada del Parlamento Andino; las rebajas arancelarias y el Arancel Externo Común que protege la producción andina (con valor agregado nacional) pero indudablemente debemos convencernos, que esta integración debe abarcar cambios más profundos sobre todo en el campo de la economía, como el manejo de la deuda externa y las condiciones de negociación frente a los organismos financieros internacionales, la apertura de rutas de intercambio con la Unión Europea para encontrar mecanismos más equitativos para el comercio y el desarrollo de nuestras exportaciones, impidiendo tratamientos abusivos y desiguales que fluyen en el ámbito del libre mercado; en el campo interno, la integración nos obliga a prepararnos para mejorar la eficiencia, la productividad y por tanto, la calidad de nuestros productos, impulsar el desarrollo tecnológico para potenciar las manufacturas, comprender la necesidad de potenciar y calificar la mano de obra, retribuyéndola con buenos y dignos salarios.

Grandes beneficios

Este proceso, de real interacción de los países hermanos, además podría implicar una serie de beneficios en materia de comunicación, difusión del conocimiento, protección del medio ambiente, harmonización de legislaciones, y en materia de seguridad social y políticas laborales vigorizar el Convenio Simón Rodríguez, de Integración Sociolaboral, sucrito por los Ministros del Trabajo de la Subregión Andina, el 8 de noviembre de 1983, que comprometió a los Estados a normar y regular medidas conducentes a armonizar, complementar e integrar sus instituciones, normar y coordinar lo referido a la protección de los trabajadores en materia de higiene y seguridad ocupacional, promover una activa participación de empleadores y trabajadores en la formulación de la política socio ­ laboral, incorporar nuevas tecnologías para mejorar los niveles de empleo, salarios y condiciones de vida de los trabajadores y sus familias.
Entendida y asumida así la integración de la Comunidad Andina de Naciones, debería tener como punto de despegue y encuentro la moneda única del CAN, y el sueño gestado por el Libertador y el precepto constitucional de la integración andina tendrá mayor concreción y redundará en beneficio de todas y todos los ciudadanos de América.