Por: Ab. Santiago Naranjo Mendoza

CIACOOP – ASESORIA LEGAL

Resumen Ejecutivo:

Hace pocas semanas el presidente de la República Rafael Correa, decidió firmar la entrada del Ecuador como miembro de la Alternativa Bolivariana para la América Latina y el Caribe (ALBA), lo cual, supone varios derechos y obligaciones nuevas para nuestro país; y entre estas, se encuentran las de índole financiero, las cuales tienen que ver con las políticas económicas y sobretodo monetarias que se aplicarán para poder implementar y lograr el desarrollo del ALBA. Entre uno de los principales objetivos que se ha planteado esta Alternativa, es la implementación de un sistema de compensación entre los países parte del acuerdo, una especie de moneda regional.

En el presente artículo trataremos de comprender cual sería la afectación que la entrada del SUCRE tendría sobre la dolarización que ya mantiene nuestro país por varios años; como cambiarían las políticas monetarias del actual gobierno y la conveniencia que esto tendría.

Considerando que es escasa la información sobre este sistema, tratare de dar un panorama de que podría suceder si el Ecuador adoptara el SUCRE en su sistema monetario. Desarrollaremos el artículo, con un marco teórico que nos dará una visión de lo que esto significaría en el libre comercio y la globalización, para finalmente, concluir con dos posibles respuestas a la hipótesis que se planteará más adelante.

DESARROLLO:

Definitivamente la entrada al ALBA traerá muchos cambios a nivel económico en el Ecuador, pues existirá una apertura del mercado internacional para los productos domésticos; del mismo modo, nuestra producción nacional tendrá mayor competencia con la entrada de otros productos del extranjero. Por esta y otras razones, debemos tomar en cuenta que la intervención del Estado en nuestra economía será fundamental, por medio de las políticas financieras que tome el gobierno, se desarrollará el manejo adecuado o no de la economía ecuatoriana.

Actualmente la arquitectura financiera del presidente Correa, nos ha llevado de a poco a recordar el final de la edad de oro de los ochenta; puesto que, el Ecuador es un país no desarrollado y este tipo de países al final de la edad de oro de los ochenta, tuvieron como estrategia principal, la sustitución de las importaciones y, la explotación y fortalecimiento de su industria local. Actualmente en nuestro país, las políticas económicas que ha tomado el presidente han sido similares a la mencionada, pues considerando que, se ha limitado el ingreso de los productos extranjeros en el mercado ecuatoriano, del mismo modo, se están generando políticas nacionalistas de protección e impulso de la industria local; ahora bien, debemos considerar que esto puede ser un arma de doble filo, mucho más aún a sabiendas que el mundo entero esta atravesando por una de las peores crisis económica que ha existido jamás y para esto, las políticas monetaristas que tomen los países en desarrollo, no sean suficientes para enfrentar la crisis, históricamente de esto ya no habla Chang: “No obstante, con el comienzo de las políticas monetaristas en los países capitalistas desarrollados, la industrialización en la mayoría de los PND tuvo problemas debido a la críticas escasez de divisas, impulsadas por las altas tasas de interés, la caída de la demanda mundial y la crisis por la deuda”.

“Además, tomando en cuenta el tamaño reducido de sus mercados, las industrias protegidas de los PND terminan siendo monopolistas u oligopolistas que producen a escalas subóptimas y/o por debajo de su capacidad, y sin estar obligadas a mejorar su productividad” .

Este tipo de políticas han sido criticadas y compartidas, pues los resultados no saltan del todo a la vista y es que personalmente considero que es un proceso que debe tomarse su tiempo para desarrollarse plenamente y parte de este desarrollo es la confianza que las sociedades deben tener hacia sus gobiernos; pero uno de los temas principales de las teorías neoliberales los constituye la profunda desconfianza hacia los Estados. “los nuevos contraccionistas ven al Estado como un mal necesario con tendencia natural a extenderse, el cual debe estar bajo constante observación por los individuos soberanos que forman parte del contrato social” .

La decisión que ha tomado el gobierno ecuatoriano de formar parte del ALBA, va más allá de un proceso de confianza o no del pueblo hacia su gobierno, pues abarca toda una implementación de una nueva estructura comercial y sobretodo monetaria, pues al ser parte de un nuevo mercado con países latinoamericanos, ya se habla de una nueva moneda (SUCRE) la misma que según se ha dicho, se espera que a mediano plazo, comience a circular como moneda nacional, no sólo en el país, sino en la región, como lo es ahora el euro.

Esto nos da dos hipótesis muy claras:

  1. ¿Con la entrada del SUCRE la dolarización dejaría de existir en el Ecuador?
  2. Por el contrario ¿El SUCRE fortalecería a nuestra dolarización actual?

Con el avance de este trabajo, iremos sacando nuestras propias conclusiones sobre estas hipótesis; pero, primero hay conceptos que deben estar claros, como lo que es exactamente el Sistema de Compensación Regional y como ha venido funcionando la dolarización en nuestro país durante estos nueve años.

Lo único que tenemos claro hasta el momento es que el Ecuador debe iniciar un proceso y formar una nueva estructura económica para lograr una alta competitividad con los países miembros del ALBA.

Como parte del ALBA se tomarán decisiones importantes en cuanto a temas económicos, entre ellas una que está relacionada con los pagos de los intercambios comerciales, la cual se espera que inicie su funcionamiento en un futuro cercano.

Inicialmente los jefes de Estado han optado por establecer, “como primera fase, un sistema de pagos fundamentados en las monedas nacionales, cuya puesta en práctica agilizará la aplicación de medidas conjuntas para enfrentar problemas comunes”.

Los inicios de las operaciones se darían por medio de transacciones virtuales, de esta manera, “los Bancos Centrales de los países del ALBA captarían el dinero producto de la transacción y entregarían al país que debe recibir en su moneda local; así, cada país no pierde circulante ni el costo que les acarrearía el cambiar la moneda”.

Se estima que esta nueva moneda entre en funcionamiento total en un plazo no mayor a ocho años.

Comercialmente este sería un paso más hacia la globalización, en primara instancia en la región y a futuro a nivel mundial; pues, la globalización se expresa en una fluidez de capital y de los bienes entre diversos países buscando acrecentar sus ganancias, en este caso a nivel regional, pues parte del discurso del ALBA es enfrentar la hegemonía de Estados Unidos y sus políticas económicas.

“Durante décadas los pueblos del mundo subdesarrollados se han rebelado cuando los programas de austeridad impuestos en sus países han sido demasiado severos, pero sus quejas no solían tener eco en Occidente”.

Esto claramente indica que la tendencia actual es hacia un mundo globalizado, pero que no sea entre todos los países del planeta, sino en menor medida, es decir a nivel continental como ya se dio en Europa o, a nivel regional como es la tendencia del ALBA; así lo fue el CAFTA y NAFTA en su momento.

En una economía como la ecuatoriana que mantiene una moneda extrajera (dólar) adoptada como suya, podría resultar beneficioso o perjudicial adoptar una nueva moneda de circulación local, pues existiría el mismo soporte económico, tomando en cuenta que con la dolarización no se puede generar políticas monetarias propias, y eso, no es conveniente para ningún país, pues eso, solo de deja al gobierno “recurrir a las políticas fiscal y comercial para suplir lo que normalmente corresponde a la monetaria. Las medidas adoptadas distorsionan el comercio, podrán provocar retaliaciones, no son sostenibles en el largo plazo. Pero es la herramienta que queda ante la imposibilidad de devaluar”.

Por ejemplo, si volvemos al pasado ecuatoriano, para superar las crisis que se presentaban el Banco central emitía excesivas cantidades de billetes y esto llevaba a la devaluación y a la inflación de nuestra moneda. Con la dolarización esto es imposible de hacer lo que lleva al endeudamiento social e internacional del Estado.

En la actualidad el Estado ha venido manejando un ritmo de gastos muy elevado, producto de la gran subida del precio del petróleo meses atrás, lo que se puede asegurar es que si el país mantiene ese ritmo de gasto, es necesario que desdolarice la economía o la otra vía sería que el país solicite más préstamos a entidades internacionales para mantener estable la balanza comercial.

“De cualquier manera, las políticas de este Gobierno lo han conducido a la difícil disyuntiva de elegir entre desdolarizar confiscando los depósitos en dólares de todos los ecuatorianos (y luego devaluar) o mantener la dolarización y recortar considerablemente el gasto en momentos de crisis, como Margaret Thatcher lo hizo en 1981. ¿Ustedes se imaginan a Rafael Correa convertido en Margaret Thatcher?”.

Al parecer lo más conveniente sería desdolarizar la economía para poder adoptar políticas monetarias propias con la finalidad de que su moneda dependa de sus decisiones y políticas fiscales y de esta manera generar nuevos planes de desarrollo para el mejoramiento de la economía doméstica y a la vez el incremento del mercado en una región globalizada.
Más aún, si tomamos en cuenta que la lógica llama a que para enfrentar esta crisis mundial, una de la políticas de Obama será generar más papel moneda y, volviendo a las políticas de Keynes, reforzar la producción y demanda interna para impedir una caída de precios de forma masiva; sin embargo, una vez que Estados Unidos logre salir de la crisis, el dólar caerá en una fuerte inflación por el exceso de circulante a nivel doméstico.

No obstante, es muy probable que el SUCRE favorezca mucho a la economía ecuatoriana y su dolarización, ya que el SUCRE abarca todo un mecanismo de cooperación económica y financiera, que buscará el desarrollo integral de la región; es decir, de América Latina y el Caribe y así favorecer el intercambio comercial.

“Según el acuerdo marco, el Sistema estará constituido por un Consejo Monetario Regional (CMR), como organismo de Derecho Internacional Público, con personería jurídica, que supervisará y dictará las políticas de funcionamiento del Sistema. También se creará una Cámara Central de Compensación (CCC) que ejecutará las actividades de compensación y liquidación de las operaciones autorizadas por el CMR”.

Definitivamente esta es una ventaja para la economía no sólo ecuatoriana sino también regional ya que al iniciar un proceso de integración comercial regional con una moneda virtual, será el referente para dar valor a las transacciones que realicen los países miembros; “eso significa que los países signatarios de este convenio marco no reemplazarán sus monedas por la unidad de cuenta del Sistema, pues no se pueden reemplazar monedas de curso legal por una unidad virtual concebida para compensar las cuentas entre exportaciones e importaciones de manera directa”, adicionalmente, el ministro Fander Falconí, puntualizó que el SUCRE ayudará a estabilizar el sistema monetario y fortalecer la dolarización.

Ahora bien, ¿sería posible que una moneda única en Sudamérica funcionara con las diferencias notorias que existen entre las economías de los países de la región? Según Walter Spurrier Baquerizo, “una moneda regional solo será posible cuando las economías sudamericanas se integren. Brasil es un líder renuente. La integración requiere que Brasil compre en la región y no lo hace. No puede haber integración cuando la economía más grande tiene un enorme superávit comercial, que utiliza para comprar bienes de fuera de la región”.

De acuerdo a la cita, lo óptimo sería que otros países se uniesen a la propuesta de crear una moneda regional, más aún si se trata de países con una economía sólida como la de Brasil, Chile y Argentina, lo cual llevaría sin duda a que la moneda de Latinoamérica sea lo suficientemente sólida para sostenerse en el mercado y compensar los déficits monetarios de los países de la región que están en desarrollo y que no han podido consolidar su moneda o como en el caso de Ecuador, ni siquiera tienen una moneda,

Con estos antecedentes, podemos colegir que estaríamos en un nivel alto de globalización, pues el campo del mercado ecuatoriano se abrirá aún más y sumado a esto, el poder manejar nuestras propias políticas monetarias, generará un fortalecimiento en la industria local y su mercado interno, creando un proteccionismo del Ecuador sobre su producción.

Esto no sería nada nuevo, pues si volvemos a la historia, “es necesario saber como varios países se hicieron ricos en base al proteccionismo, países como Francia, Alemania y Japón”. (la traducción es mía).

Chang, nos explica a nivel histórico, como es que los países llamados potencias económicas hoy en día, lograron su riqueza por medio de políticas proteccionistas, con las cuales fomentaban sus industrias y fortalecían sus mercados, a la vez que estimulaban su moneda y creaban políticas monetarias adecuadas a su realidad.

Hoy por hoy, el Ecuador debe adoptar políticas monetarias que vienen de Estados Unidos, pues nuestro país se ve obligado a comprar su moneda para mantener estable el sistema financiero local y a la vez obtener la cantidad de circulante adecuado, lo que nos mantiene en un constante yugo con el país del norte, tomando en cuenta que, el dólar no es lo único que nos ata a las políticas norteamericanas, pues debemos considerar que Estados Unidos es nuestro principal socio comercial con las exportaciones que realizamos hacia ese país, generando una alta cantidad de ingresos.

El ingreso del Ecuador al ALBA nos da una nueva concepción de la economía en el país no solo por la amplitud de mercado nuevo, que si bien es cierto no es tan extenso y fuerte como el de Estados Unidos, compensa con el desarrollo, integración y sobretodo con la posibilidad de tener una moneda propia a nivel de región, lo cual permitiría que el SUCRE, compita con el dólar en el mercado cambiario y porque no, llegar a ser competencia con el euro.

CONCLUSIONES:

Lamentablemente es poca la información que actualmente podemos tener sobre el Sistema Único de Compensación Regional (SUCRE) debido a que hasta el momento se mantiene en una idea que ha generado gran expectativa tanto positiva como negativa en nuestro país.

A pesar de esto, de lo visualizado en este artículo podemos concluir que el SUCRE fortalecerá la dolarización y esto a su vez la economía del Ecuador, por la capacidad que tendrá el Estado de realizar transacciones económicas con otra moneda con los miembros del ALBA, manteniendo así, el circulante del dólar a nivel doméstico disminuyendo el gasto de compra o emisión de moneda.

“Esta es nuestra oportunidad para consolidar una presencia y un poder de deliberación y de una mayor decisión en el concierto internacional para, por fin, ser dueños de nuestros propios destinos. Pero este objetivo sería imposible sin que contemos con nuestras propias arquitecturas financieras internacionales. La estructura que estamos promoviendo para América Latina puede perfectamente replicarse en otras regiones del mundo, desde otras condiciones y prioridades. Todos tenemos las condiciones para hacerlo, y ya no tenemos por qué depender de lo que hagan o dejen de hacer los países del Norte”.

Es necesario comprender que el Ecuador requiere de seguridad financiera en el aspecto monetario, pues esto incluso le dará al país cierta independencia del hegemon del norte.

El SUCRE nos proporcionará esta independencia y estabilidad, considerando aún, que se tendrá el respaldo de una economía fuerte como la venezolana que respalde el proceso.

Personalmente considero que es beneficiosa la entrada del SUCRE para fortalecer la dolarización; sin embargo, creo que es prudente mantener un margen de espera para implementar el sistema y a la vez, buscar la integración y participación, de otras economías de América del Sur como Brasil y Argentina en el proceso del SUCRE, con la finalidad de consolidar más la integración regional y fortalecer la economía del sur.


CHANG, Ha-Joon, EL PAPEL DEL ESTADO EN EL CAMBIO ECONÓMICO, Editorial Ariel, México, 1996, pág. 31

Ibid, pág. 32 Ibidem pág. 39 http://www.analitica.com/va/internacionales/opinion/4749560.asp

GALLARDO, Lucía, CLASE MAGISTRAL ECONOMÍA POLITICA INTERNACIONAL, FLACSO, julio-2009.

STIGLITZ, Joseph, EL MALESTAR DE LA GLOBALIZACION, Traducción de Carlos Rodríguez Braun, Argentina – 2002, pág. 29

http://www.otroscucos.net/2009/04/sin-politica-monetaria.html CALDERON, Gabriela, ARTICULO DE OPINION DEL DIARIO EL UNIVERSO, abril 1 del 2009. http://www.elnuevoempresario.com/noticia_7545_el-sistema-unico-de-compensacion-regional-para-ecuador-favorece-el-comercio-y-la-dolarizacion.php Ibid.

SPURRIER BAQUERIZO, Walter, DIARIO EL COMERICO, artículo de opinión, marzo 31 del 2009.

CHANG, Ha – Joon, BAD SAMARITANS, Random House Business, 2007.

CORREA DELGADO, Rafael, Presidente Constitucional de la República del Ecuador, DISCURSO DE LA ASAMBLEA GENERAL DE LAS NACIONES UNIDAS, Nueva York – USA, junio 25 del 2009.