CUESTION TERRITORIAL
Apreciaciones Críticas

Dr. Juan Terán Puente

H E CREÍDO UNA OBLIGACIÓN CÍVICA , responder con la exposición de criterios muy claros, a las afirmaciones que sobre el problema territorial de nuestra Patria, ha vertido con total desenfado el articulista Jervis Simmons, en el diario de tanto prestigio como lo es El Comercio.
Diremos, para introducirnos en el tema, que la firma del Acuerdo de Paz con el Perú, ha suscitado en ámbitos privados y públicos, la prolífica aparición de una determinada laya de aseveraciones y comentarios sobre la cuestión territorial, a cual más desorientado y absurdo, marcados todos ellos por una misma y constante actitud claudicante y antipatriótica.

Contenido del artículo

En el artículo al que habré de referirme, aparecido el treinta de octubre de 1998, dice su autor, que la ¨retórica de la diplomacia ecuatoriana vigente desde comienzos del siglo pasado, se ha sustentado en mitos y leyendas sobre la supuesta heredad territorial del Ecuador¨, que los líderes ¨le han mentido al pueblo ecuatoriano a lo largo de la historia¨, y luego se refiere, con evidente adhesión a la tesis peruana, a la existencia de un ¨Protocolo de Límites válidamente celebrado entre las partes¨, por lo que llega al extremo de afirmar que fue una ¨irresponsabilidad¨ la anulación unilateral del mismo por parte del Ecuador, encabezada por el Dr. José María Velasco Ibarra y la consiguiente tesis de una transacción honrosa, para formularse luego una pregunta, -en la cual hasta cierta parte tiene razón el autor- ¿Qué transacción podía esperarse de los peruanos sin la aceptación de la vigencia del Protocolo?
Termína mofándose de Sixto Durán Ballén al decir que fue un ¨malabar infantil o senil¨ su afirmación de que no reconoció la validez sino la vigencia del Protocolo de Río, y haciendo igualmente fisga de que tras la victoria en la guerra del Cenepa, el Ecuador haya obtenido como ¨botín de guerra¨ la auto imposición del reconocimiento de la validez del citado protocolo.

El Protocolo de Río de Janeiro fue completamente nulo

Para responder al articulista, daré contestación primeramente al interrogante que él se formula, diciéndole que comete un error garrafal al creer que es válidamente celebrado el Protocolo de Río de Janeiro, pues éste fue impuesto mediante la ocupación de ejércitos peruanos en nuestro suelo patrio, y bajo amenaza de continuar con la invasión, por lo que al haberlo firmado en estas circunstancias, debería saber el autor, que faltó el consentimiento libre de vicios pues estuvo viciado de fuerza, y por faltar este requisito, esencial para la validez de los contratos, El Protocolo de Río de Janeiro fue completamente nulo.
Debió igualmente cuidarse de no proclamare ignaro de un principio fundamental de Derecho Internacional, como es el No reconocimiento de las conquistas territoriales hechas por la fuerza.

Previa Negociación y Compensación

Así reivindicada la absoluta validez y procedencia de la tesis ecuatoriana de la nulidad jurídica de tal protocolo, se constituía está en el más importante argumento ecuatoriano, y no diremos único porque a éste se añadiría la victoria en la Guerra del Cenepa, para obtener precisamente lo que debió haber sido Transacción Honrosa, y que era completamente viable y posible, pues, reconociendo aquí que el Perú no habría aceptado ninguna negociación sin el reconocimiento del Protocolo -como dice el autor- no es menos cierto que tal reconocimiento, que pudo y debió haber sido parcial, jamás debió hacérselo a priori y gratuitamente, sino al contrario Previa Negociación y Compensación, que no podía ser otra que la devolución, aunque fuera en mínima y simbólica parte, de los territorios que nos fueron arrancados por la fuerza, devolución que se habría concretado en la franja de territorio soberano para llegar al Río Amazonas.

Gravísimo y nefasto error

La abrupta y gratuita aceptación del protocolo, que infelizmente hiciera el Ecuador, gravísimo y nefasto error constituye, peor aún si se lo hizo al inicio de las conversaciones de paz, porque entramos desarmados a las mismas, a entregarnos a toda exigencia peruana, pero jamás un error cometido por la Madre Patria, puede dar pie para que uno de sus hijos se burle de ella y lo demuestre, como se hace en el artículo criticado.

Enunciados importantes

La brevedad del artículo nos obliga, a dejar solamente como enunciados, desde luego de suprema importancia, los siguientes:
PRIMERO.- Que si el Perú despojó por la fuerza al Ecuador de inmensos territorios en 1.941, desde luego en forma ilegal y sin efectos jurídicos válidos, es absurdo la polémica acerca de que a cual de los dos países pertenecían Tiwinza u otros puntos geográficos, pues estos territorios y otros muchos más extensos, han sido ancestralmente ecuatorianos.
SEGUNDO.- Que son absurdos y falsos los enunciados de que el Ecuador ha carecido de límites o de derechos amazónicos, pues uno y otros constan de Cédulas Reales otorgadas por la Corona Española a favor de la presidencia o Real Audiencia de Quito en la Colonia, o de Tratados celebrados por el Ecuador, en la República, siendo todos estos, documentos históricos plenamente conocidos, e identificados con fechas y aún con denominaciones, al punto que su existencia jamás ha sido negada y nadie podría desconocerla, por lo que afirmaciones como las del artículo censurado resultan absolutamente inconcebibles, ajenas a la realidad histórica y con tintes inocultablemente antipatrióticos, de manera que si las aceptamos y si razonáramos con la lógica del señor Jervis, tendríamos que concluir en deformaciones tan grotescas de nuestra historia, y en el tamaño despropósito de decir que el Ecuador ha sido el país agresor y el que ha despojado de territorio al Perú, cuando la amarga y tan reiterada realidad ha sido exactamente lo contrario.