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Psicología del Testimonio

Dr. Fabián Mensías Pavón
PROFESOR DE PSICOLOGIA JURIDICA UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR – UNIVERSIDAD SEK INTERNACIONAL – MIEMBRO DE LA SOCIEDAD IBEROAMAERICA DE PSICOLOGIA JURIDICA

L A PSICOLOGÍA DEL TESTIMONIO REPRESENTA el crisol donde se funden los resultados de la Psicología Experimental y de la Psicología Jurídica. La Psicología Experimental nos ilustra, sobre las diversas alteraciones de los fenómenos psicológicos, aún fuera del campo de la patología mental. Demuestra lo defectuoso del testimonio humano y con que facilidad se comete un error involuntario. Por otro lado, la Psicología Jurídica señala las frecuentes manifestaciones de que se vale la actitud criminal para impedir la búsqueda de la verdad, prueba de esta manera, el falso testimonio. De allí la necesidad imperativa de valorar la psicopatología del testimonio; de su crítica psicojurídica metódica para evitar los múltiples errores judiciales.

Al testimonio, se lo ha definido como la narración oral o escrita, espontánea o provocada, acerca de un acontecimiento que se desea enterar o confirmar.

El testimonio de una persona en relación a un acontecimiento depende de los siguientes factores:

1. PERCEPCION DEL SUJETO

La forma de comprender los acontecimientos, depende de las condiciones externas e internas de observación. Es decir, nuestras sensopercepciones tienen un componente objetivo y un subjetivo, constituye en si una vivencia, una experiencia psíquica compleja en la que intervienen y se fusionan formando una estructura, una unidad, una «Gestalt». ya que el cerebro no es una máquina fotográfica que registra pasivamente los acontecimientos externos, sino un órgano plástico que bajo la influencia de la afectividad prepara las impresiones que recibe y produce representaciones. El testimonio no es un simple recuerdo, es el cimiento, es el resultado de la creación que incluye un juicio que se ha desarrollado bajo el estímulo de la afectividad.

A. FACTORES QUE INFLUYEN EN LA PERCEPCION:

1. Grado de agotamiento psíquico. Influye en el sujeto perceptor. De ésto depende la precisión y la extensión de la percepción. La capacidad de aprehensión de estímulos varía de acuerdo a las horas del día, existiendo mayor capacidad por la mañana y por la noche disminuye bajo la influencia de la digestión.

2. El hambre produce efectos análogos al agotamiento; con una percepción retardada, debilidad en la atención y retención de recuerdos. Por ejemplo, un obrero que regresa por la noche a su casa fatigado y hambriento, es un mal testigo, ya que pueden ocurrir situaciones importantes sin que las observe debido a que su atención está en el hogar que le espera, para brindarle descanso y satisfacer su hambre.

3. Los hombres somos más aptos para la percepción en general que las mujeres, las mujeres son más minuciosas que los varones para apreciar los detalles.

4. Hay mayor percepción de los términos inicial y final de un acontecimiento son percibidos con mayor precisión y claridad, de las actividades intermedias. Fenómenos que debemos tomar muy en cuenta en el testigo.

5. Las impresiones ópticas son testimoniadas con mayor facilidad que las acústicas; y el resto de impresiones sensoriales, son reproducidas con gran vaguedad. Por lo tanto, es preferible recurrir a su reconocimiento y no a su evocación.

6. Los datos cuantitativos en relación a testimonios son, en general, más imprecisos que los cualitativos. Hay una tendencia generalizada a sobreestimar los números inferiores a diez y las pausas de tiempo menores de un minuto. En cambio las pausas superiores a diez y los números o espacios grandes tienden a ser subestimadas. En los testimonios de hechos ocurridos pasado los seis años existe la inclinación a cortar el tiempo.

7. En la gente privada de sueño , se observa síntomas fisiológicos leves, como visión doble, manos temblorosas, y un umbral bajo de dolor. Este antecedente es importante averiguar para los fines pertinentes.

8. En la percepción pobre , la evocación disminuye, porque la percepción del hecho fue demasiado débil para producir la impresión suficiente. Esto puede ocurrir por condiciones externas, como el ruido, la obscuridad o alguna otra circunstancia que interfiera la observación. Por eje.: si vemos a un hombre en un automóvil a distancia de unos 20 metros y sólo fue perceptible durante el tiempo que tardó el automotor en recorrer dicha distancia, será difícil recordar qué aspecto tenía ese hombre porque nunca lo vio bien. Y, sin embargo, este tipo de identificación de un testigo ocular, contribuye para declararlo culpable.
9. La percepción pobre, puede deberse también a algún defecto del observador. Puede estar distraído, bajo estrés, no prestar atención, etc. Es un problema, cuando es llamado a testificar sobre un delito, un accidente u otro hecho casual. Este fenómeno es común en la mayoría de la gente, que no recuerda nombres y caras de determinadas personas que les fueron presentadas, porque no prestaron atención.

B. LA AFECTIVIDAD Y SUS EFECTOS EN LA PERCEPCION

1. Catatímia, o predisposición perceptiva. A menudo vemos, oímos, saboreamos, olemos, etc., lo que esperamos o lo que encaja con nuestras ideas preconcebidas. De modo que vemos las cosas como quisiéramos que fuesen, y en determinadas circunstancias las vemos como quisiéramos que no fuesen.

Es decir, la catatímia es una deformación afectiva de la realidad, por lo general sobrevaloradas de acuerdo a nuestro estado afectivo.

El conocimiento y la forma de nuestras expectativas influyen en nuestras percepciones para juzgar a los demás. Por eje.: dos personas pueden afirmar exactamente lo mismo en igual tono de voz hosco. Si el un sujeto tiene la imagen agradable y el otro como una persona de mal carácter, pensará que el primero está bromeando y que el segundo es agresivo, y su propia reacción emocional será totalmente diferente hacia uno u otro. Este ejemplo es notorio en la familia con los hijos consentidos.

2. Deseo positivo como negativo, (celos) de que algo ocurra puede dar a creer que ese algo ha ocurrido ya. En ambos casos se crea lo que se ha denominado «la sugestión de la espera», en virtud de la cual la conciencia anticipa el tiempo y da por realizado lo que aún no lo ha sido o sólo ha sido en parte.

Precisamente por «la sugestión de la espera» se explican los resultados tan diferentes que se observan en los experimentos acerca de la fidelidad del testimonio, realizadas sin previa advertencia del sujeto y con los sujetos que han sido previamente advertidos.

Todos los prestidigitadores y los médiums saben que cuanto más prolonguen la espera de los espectadores, tanto más fácilmente tomarán éstos como real la simple apariencia del fenómeno anunciado.

3. El Estado Afectivo: deforma el recuerdo. Zillig expuso un grupo de hombres y mujeres en los Estados Unidos a una serie de observaciones favorables y desfavorables sobre la personalidad de la mujer, extraídas de comentarios de Schopenhauer y Oscar Wilde. Una semana después celebró otra entrevista con las mismas personas, a las que rogó expresasen lo más fielmente posible los comentarios expuestos. En las respuestas, las mujeres recordaron mejor los comentarios favorables para ellas, en tanto que los hombres mostraron tendencia a recordar las observaciones que descreditaban lo femenino.

C. EL HABITO Y SUS EFECTOS EN LA PERCEPCION

1. El hábito nos permite completar las percepciones de la realidad exterior, ya que es suficiente que se hallen presentes algunos de sus elementos para que nuestro juicio de realidad acepte la presencia del todo (apercepción). Durante el curso de la vida nos hemos acostumbrado a observar simplemente parte del todo; cuando tratamos de identificar a un sujeto, es decir estamos entrenados a utilizar maravillosamente el hábito, vivimos más del pasado, que del presente.

Se pregunta sobre la ropa que llevaba un amigo en la última reunión. De tratarse de un individuo que regularmente va vestido de la misma manera, la respuesta será sencilla, de acuerdo con la realidad; caso contrario, será difícil llegar a un acuerdo. Si preguntamos detalles particulares como: lleva o no anillo, la corbata era roja, etc., se observará con asombro una cantidad de lagunas, ya que no existe una percepción de acuerdo con la realidad y que aparecen reproducciones diferentes según los testigos, ya que lo que uno recuerda perfectamente, el otro ha olvidado.

2. El pasado interviene más que el presente en nuestras percepciones. Así, un cambio de carácter o de conducta puede ser notado antes por las personas ajenas que por los familiares, ya que éstos, por su mayor hábito de tratarle, tardan más tiempo en desprenderse del concepto que de él tienen formado.

2. DE LA MEMORIA (CONSERVACION)

1. Rumor: de acuerdo con los prejuicios y preferencias de los individuos, se deforma, la memoria se altera y la verdad desaparece. Este fenómeno es más notorio, a medida que aumenta la cadena de rumores. En la transmisión de un relato, a medida que se repite se va haciendo cada vez más simplificado o breve, pues se omite fechas, lugares, tiempo y nombres propios.

2. Orgullo, temor, angustia y estados pasionales, actúan deformando y reprimiendo nuestros recuerdos. Nietzsche decía: «Esto lo he hecho, dice mi memoria». «Esto no puedo haberlo hecho, dice mi orgullo». Finalmente cedió la memoria.

3. Curva del olvido, Ebbinghaus, indica que el olvido es inicialmente rápido, y que la tasa de olvido disminuye marcadamente después de un cierto tiempo. Olvidamos por una interferencia, de otras informaciones que confunden a nuestra memoria.

Los experimentos de Loftus con los testimonios de testigos oculares indican que la información recibida después de la percepción inicial a menudo reemplaza la información original en nuestra memoria y nos predisponemos a jurar que la segunda impresión es la única. Muchas de las personas que vieron la película de un accidente de tránsito y a quienes se les preguntó después. ¿Qué velocidad llevaba el coche cuando pasó la señal de stop?, creyeron haber visto una señal de stop, aunque en realidad habían visto una señal de ceda el paso.

3. DE LA EVOCACION DEL SUCESO

Este factor es muy importante, pues en él intervienen mecanismos psíquicos complejos y una serie de influencias que vamos a analizar. Veamos el siguiente ejemplo:

Unas 150 personas vieron la película de un accidente de tránsito y se les preguntó sobre el suceso. A quienes les preguntaron: ¿Aproximadamente a qué velocidad iban los automóviles cuando se estrellaron el uno contra el otro?, dieron estimaciones de velocidad más elevadas que aquellas otras personas a las que se les preguntó. ¿Cómo iban los automóviles cuando chocaron? Además, los que oyeron el verbo «estrellarse» afirmaban haber visto vidrios rotos, que los que habían oído la palabra «choque». De hecho, no se rompió ninguna luna en el accidente. Obviamente, oír la palabra «estrellarse» daba a esos «testigos» nueva información. Asociando la palabra con una velocidad elevada y un accidente más grave, «llenaron las lagunas» y extrajeron sus propias conclusiones.

LA AFECTIVIDAD Y SUS EFECTOS EN LA EVOCACION

1. Las tendencias afectivas perturban la marcha del proceso evocador. Conocemos la denominada «amnesia emocional», o «amnesia selectiva», que a consecuencia de un trauma emocional negativo (violación), hace que los sujetos sean incapaces de recordar la situación desencadenante del choque psíquico. A partir de ese instante se produce una laguna en la memoria.

Debemos diferenciar los casos en que existe no sólo un trauma psíquico, sino un trauma físico, pues en ellos la amnesia ya no es emocional, sino «conmocional», y va acompañada de otros síntomas cerebrales orgánicos.

2. La represión. Los interrogatorios judiciales por lo común versan sobre situaciones delictivas o, sobre incidentes que giran alrededor de un núcleo emocional intenso, esto con frecuencia provoca una represión no sólo en los actores, sino también en los testigos.

Por estos motivos, no es método adecuado por parte de los investigadores, obtener datos veraces forzando, mediante amenazas o sugestiones, las respuestas de los testigos.

Cuando un interrogado dice «no recuerdo», se evidencia un problema para el juez: ¿en realidad no recuerda o no quiere evocar?. Generalmente, se cree que cuanto más viva y emotiva ha sido una situación, será más fácil recordar dicho acontecimiento. Si se manifiesta transigente en aceptar tal contestación para detalles sin importancia, concibe en cambio que ha de ser estricto al obligar un recuerdo preciso de los detalles básicos. Son justamente estos detalles los que se olvidan, ya que se asocia a otros hechos que han ocurrido y otros de un modo fragmentario.

El olvido es involuntario: en este estado mientras más intente recordar, más se afianzará el olvido.

Esto nos ha sucedido al olvidar un nombre corriente, a pesar de la impresión de tenerlo «en la punta de la lengua». Cuanto más ha concentrado su atención para recordarlo, más se ha alejado aquél y sólo habrá surgido espontáneamente al cabo de un tiempo más o menos largo, cuando probablemente ya no era útil su evocación, y por consiguiente no tenía por qué despertarse la tendencia afectiva que la reprimía. Este fenómeno se explica en la teoría de Pavlov, por la denominada «inhibición paradójica» y es, casi siempre un signo de fatiga neuronal.

Observamos que el testimonio se vuelve más inexacto cuando el individuo es objeto de presiones, o cuando los testigos son sometidos a interrogatorios demasiado extensos.

4. FORMA COMO DESEA NARRAR EL HECHO

El grado de sinceridad es meramente psíquico. Pensemos en un individuo equilibrado y hábil para resistir la influencia perturbadora de los factores que hasta ahora hemos visto. Este sujeto ideal, ha podido mirar con toda exactitud los hechos, fijarlos, conservarlos en su registro subjetivo y reproducirlos con fidelidad bajo el esfuerzo de la evocación voluntaria. ¿Será ahora capaz de expresarlos de tal modo que quienes escuchan su relato lleguen a verlo y discernir como él?. He aquí otro obstáculo dentro de la temática, que deberá ser investigado.

5. FORMA COMO PUEDE NARRAR EL HECHO

Es decir, el grado de fidelidad y claridad con que el sujeto es capaz de describir y representar a las demás personas, para que éstas sientan o comprendan como él. Este numeral, es uno de los menos estudiados y quizá de los más importantes. Vamos a analizar los factores principales:

1. Cultura y Comprensión. Son pocas las personas que poseen la suficiente cultura e inteligencia verbal para dar una expresión exacta de sus vivencias o experiencias. Si nosotros damos un objeto a una persona, le pedimos que lo examine y, luego, le solicitamos que nos describa, para que nosotros, sin ver el objeto, lleguemos a una comprensión de éste. Concluimos, que la comprensión es diferente de su realidad. La causa se debe a que, no ha acertado a trasladar en palabras todo cuanto ha comprendido. Es poco frecuente la capacidad que le permita describir bien, lo percibido. Por ejemplo, existen profesores que conocen mucho de la materia, pero no pueden trasmitir a sus alumnos este conocimiento por falta de metodología.

2. Estado emocional del momento y lugar donde se encuentre el sujeto. Entorpece aún más la situación, si el interrogatorio se realiza en el despacho del funcionario, o en la sala de audiencia. Si se realiza en la sala de audiencia, la reacción emocional es muy distinta, ya que en tales circunstancias todo el aparato judicial con su toque de solemnidad crea una atmósfera emotiva, que pesa aún sobre un hombre mentalmente fuerte y habituado a situaciones semejantes. En consecuencia no debe asombrar si muchas exposiciones llevadas a cabo en la sala de audiencia presenten contradicciones o lagunas respecto a aquellas llevadas a cabo durante la instrucción.

Las consecuencias que el aparato judicial obtiene sobre la capacidad cuando rinden testimonio, son complejas en personas emotivas o de bajo nivel mental; y aun si fuesen, enfermas mentales aparecen, por esta situación de estrés, como que tendrían graves problemas psíquicos.

Estos antecedentes nos pone en guardia de interpretar, como prueba de culpabilidad, aquellos estados de excitación, vacilación, enmudecimiento, sonrojo, sudor, etc., que afectan a quienes deben exponer en las salas de audiencia, especialmente si se sienten, de cualquier manera, en peligro de llegar a ser comprometidos en los hechos. Debemos considerar también el caso de los llamados «tartamudos de ocasión» cuyas exposiciones son incompletas por el hecho de evitar usar palabras que tienen dificultad para pronunciar.

3. Diferencia del relato. Sea éste espontáneo o el obtenido por interrogatorio, repercute en el testimonio. Es recomendable dejar al testigo que haga la narración y la exposición en forma espontánea. De este relato pueden inducirse ciertas conclusiones sobre la exactitud de la declaración. Si el Juez tiene que cuestionar la forma de la pregunta no debe inducirle o sugerir la contestación. Es frecuente oír preguntas: «¿No es…?», o bien: «¿No es cierto que…?», y, a continuación, la realidad tal como el juez la veía. También las preguntas alternativas – «¿Fue esto así, o de otra manera?»- son peligrosas, ya que el testigo fácilmente cree que tiene que aceptar una de las dos posibilidades, habiéndose dado una tercera o cuarta probabilidad.

El relato espontáneo resulta más vivo y veraz que el obtenido por interrogatorio. Pero tiene el inconveniente de ser incompleto e irregular y, además, expresa elementos interpolados que en nada son útiles. Un reducido porcentaje de testimonios espontáneos describen todo lo que interesa.

Toda respuesta es una reacción mixta en la que ingresan no sólo las vivencias espontáneas del interrogado, sino también las representaciones y tendencias afectivas evocadas por la pregunta a la que se responde. Puede acontecer con facilidad que se crea una respuesta falsa por una de estas tres causas:

1. Que la idea implícitamente contenida en la pregunta evoque, por asociación, otra no concordante con la objetividad a testimoniar.

2. Que la pregunta le haga sentir al sujeto la existencia de una laguna en su memoria, y éste tratará de dar una respuesta al azar o basada en una deducción lógica.

3. Que la pregunta determine una sugestión directa o coloque al sujeto en condiciones de inferioridad (miedo) que le impidan dar la contestación debida.

Podemos decir que el testimonio obtenido por interrogación acostumbra dar datos más concretos, pero también menos exactos que los del relato espontáneo.

ESTUDIO DE LAS PREGUNTAS FORMULADAS EN
LOS INTERROGATORIOS JUDICIALES

Preguntas capciosas.- Son aquellas que, para descubrir la verdad, emplean artificios, suposiciones falsas o mentiras. Tienden a que el interrogado rompa su reserva al creer descubierto lo que oculta o a llevarlo a la confusión con supuestas contradicciones.

Este tipo de pregunta se aprecia cuando a Jesús le increpan: ¿Eres tú el Rey de los Judíos? a lo que el contesta: «Tú lo dices». A un lado el aludido conocimiento sobrenatural del pensamiento ajeno, el silencio posterior del interrogador consigue la afirmación capciosa.

Preguntas Impertinentes. – Son las que no se refieren a los hechos o derechos objeto del proceso, son preguntas extrañas al interrogado.

Preguntas sugestivas.- Son aquellas que contienen en sí la respuesta que ha de darse, en forma directa o de modo encubierto.

Este tipo de preguntas debe evitarse, por ser fuertemente sugestivas, capciosas o impertinentes. Nuestro C.P.P., en sus Arts: 119 y 133, hace hincapié al respecto.

Kretschmer, distingue cuatro tipos de preguntas:

1. Tipo de pregunta sin sugestión: «Le pido, ¿por qué motivo Ud., ha venido aquí?». Este tipo de pregunta tiene la ventaja de evadir todas las sugerencias, su inconveniente hace perder mucho tiempo, porque el interrogado divaga y se pierde en los detalles sin importancia.

2. Tipo: pregunta alternativa: «¿Tiene Ud., algún dolor o no le duele nada?». La ventaja de estas preguntas, es el ahorro de tiempo ya que delimitan el tema del relato y no suministran sugerencias inadecuadas. De acuerdo a las contestaciones, se puede realizar diversas preguntas alternativas.

3. Tipo: pregunta sugestiva pasiva : «¿Le duele a Ud. , algo?».

4. Tipo: pregunta sugestiva activa: «¿Cierto que a Ud. , nada le está doliendo?».

Bumke califica como preguntas sugestivas: «¿Tenía el sindicado un bastón en la mano?» «¿Llevaba anteojos?». Si queremos saber de qué color era un objeto determinado, será preferible al menos como primera pregunta: «¿De que color era?» en vez de: «¿Era verde, amarilla?» y, peor aún, hacer ver diferentes colores. Así mismo, en las diligencias de reconocimiento se deberá decir: «¿El autor del hecho es uno de estos?», en vez de: «¿Cuál de éstos es el autor?», porque en este último caso casi con seguridad el sujeto interrogado dirá que entre las personas que se ve, se encuentra el autor.

También es una pregunta sugestiva o capciosa, interrogar de la manera siguiente o semejante: «¿Cómo explica usted que en el proceso algunos testigos afirman que lo vieron cometer el delito por el cual se le somete a indagatorio o que usted es de dicho delito responsable?».

Otro autor considerar, las siguientes clases de preguntas:

1. Afirmativas por presunción. Se le formula una pregunta de presunción que tiene muchas probabilidades de ser contestada. Así: ¿de qué color era la corbata que llevaba el acusado el día del crimen?, sin antes preguntarle sí llevaba o no corbata y si le había visto. Este tipo de pregunta implica una gran capacidad sugestiva.

2. Disyuntivas Parciales. Al interrogado le damos la alternativa de decidirse entre dos posibilidades, entre la que puede hallarse la verdadera. Si preguntamos al testigo si llevaba o no corbata el acusado, podemos recibir respuesta afirmativa; y entonces, formulamos otra pregunta: ¿La corbata era amarilla o negra? puede suceder que al testigo le pareció de color azul, más al observar que tiene dos colores a elegir, aceptará silenciosamente su error y por semejanza contestará: negra.

Estas preguntas son frecuentes, a veces de una manera premeditada, por interrogadores que para evitar ser engañados creen que no hay mejor medio que empezar engañando ellos al testigo.

3. Afirmativas y negativas condicionales. Estas preguntas condicionadas en su doble forma: afirmativa o negativa, entrañan una sugestión al obligar al sujeto a decidirse entre un sí y un no. Ejemplos:

Condicionada afirmativa: ¿No era negra la corbata que llevaba el acusado?.

Condicionada negativa: ¿Era acaso blanca la corbata?

Por el tipo de preguntas, el testigo advierte implícitamente que se espera de él una afirmación en el primer caso y una negación en el segundo, y si no está seguro de sí mismo, preferirá contestar de acuerdo con lo que el interrogador parece esperar de él.

4. Disyuntivas completas. Por el mero hecho de formular explícitamente las dos posibilidades (Era así? o No era así?), son menos sugestivas que las anteriores.

5. Determinantes. Preguntas con pronombres interrogativos: ¿Cómo?, ¿Cuánto?, ¿Por qué?, merece el calificativo de imparcial. (Por ejemplo: ¿Cómo iba vestido el acusado?, ¿Dónde vio usted por primera vez a x?, etc.).

MECANISMOS PARA LOGRAR MAYOR OBJETIVIDAD EN LAS RESPUESTAS

El método basado en atemorizar al sujeto con castigos humanos y divinos cuando declare en falso, no es aconsejable. Podemos decir que el único factor que conviene conocer para resolver este problema es la conciencia moral de los declarantes, el grado de conciencia a la verdad y a la justicia.

Se ha observado un hecho curioso: los testigos más moralistas se impresionan más ante las amenazas, la severidad y el ceremonial que se desarrolla durante el interrogatorio. En cambio, los amorales son indiferentes ante él. Por esta razón, se conceptúa superfluo el juramento e insuficientes las advertencias acerca de la responsabilidad inherente al acto del testimonio.

Sin embargo, es necesario un previo examen de la personalidad del testigo y de su disposición a testimoniar, con el fin de poder predecir cuál ha de ser la intención que le guíe al hacerlo. Si del previo análisis del sujeto se deduce que su testimonio no será imparcial, hay que pensar si esta parcialidad se deba a un fin: noble (compasión, altruismo), inmoral (venganza, beneficio), o puede ser producto de un deseo egoísta de quedar bien y comprometerse lo menos posible. Por esta razón, es indispensable un sutil estudio psicológico de estos «imponderables» que tanto influyen en la obtención de testimonios equívocos y arbitrarios.

Deducimos la importancia de los conocimientos de psicología individual a la situación particular de cada declarante.

Personalidad y Testimonio.- El tipo de personalidad ejerce gran influencia en un testimonio. El valor de la declaración sólo puede juzgarse conociendo quién ha realizado.

Afirmamos que mientras más extrovertido sea el sujeto más fácil será, dentro de ciertos límites, la obtención del testimonio. El sujeto introvertido proporcionará declaraciones más parcas e incluso más subjetivas, más constantes, menos influenciables por las circunstancias exteriores y por el tiempo. Se hace necesario el conocimiento de los tipos de personalidad.

Debemos tomar en cuenta las diferencias individuales, que repercuten en el tipo de testimonio. Estos son: El tipo objetivo-conservador y el subjetivo-elaborador; el sujeto sensitivo y el apático; los sujetos inestables; el falso insensible y el falso sensible; los sujetos susceptibles; los sujetos de temperamento eufóricos, hipomaníacos y depresivos; el observador y el descriptivo; el obstinado y el voluble; el tímido; el narrador; el vanidoso; el mentiroso; los mitómanos; los fabuladores.

TIPOS DE TESTIGOS:

1. El tipo descriptivo, que anota los aspecto destacados de la imagen y del acontecimiento sin atribuirles significado. Hay ausencia de emotividad y de atención sistemática.

2. El tipo observador, conduce su atención hacia la escena.

3. El tipo emocional, reproduce sobre todo la emoción que emana de la escena misma.

4. El tipo erudito, anhela sobre todo contar aquello que sabe del objeto y del hecho en general. En consecuencia da una prueba de memoria, pero no de aptitud para reproducir los detalles.

5. El tipo imaginativo, poético, que descuida la observación y la sustituye por recuerdos personales, con tendencia hacia la afectividad.

ERRORES DEL TESTIMONIO

1. Hábito. Se reproducen los sucesos, como acostumbran a ocurrir y no como han pasado en realidad.

2. Sugestión, es decir el automatismo causado por la presencia, en las preguntas, de elementos que condicionan la contestación en un sentido determinado.

3. Confusión temporal , llamada también transposición cronológica. El sujeto cree que ciertos hechos acaecidos antes, son tomados como sucedidos después de la situación a testimoniar y viceversa. En efecto, en uno de los procesos psicológicos más inestables e influenciables, los jueces acostumbran pedir a los testigos, fechas de acontecimientos, esto sirve para aumentar la confusión que pudiese ya existir.

4. Tendencia afectiva. Se forma en el sujeto frente a toda situación haciéndola sentir simpatía o antipatía no sólo hacia las personas, sino hacia todo lo existente. Teóricamente puede hablarse de vivencias neutras; en la práctica todo lo que percibimos y recordamos se encuentra íntimamente ligado a un tono afectivo, que hace imposible substraerse a la influencia deformante (exageración o disimulación) a lo largo del proceso psíquico que culmina en el juicio.

Por ejemplo, cuando participamos de una discusión, acerca de una jugada de un partido de fútbol, cada uno de nosotros hemos visto el partido de un modo distinto. Hombres ecuánimes, inteligentes, sostienen puntos de vista contrarios acerca de una misma jugada; es que las cosas no las vemos ni las creemos como son, sino como quisiéramos que fuesen.

VERIFICACION DE LA APTITUD DE LOS TESTIGOS

Para reconocer si un testigo se encuentra en «capacidad de testimonio», no sólo debe realizarse un examen psíquico y sensorial.

Todo testigo que revelará los hechos que ha «visto», debe ser sometido a un examen oftalmológico para evaluar su capacidad visual y descartar cualquier enfermedad como puede ser.

1. La miopía.- Significa que el ojo sólo puede enfocar los objetos cercanos pero no los que están a distancia; entonces ven borroso.

2. La presbiopía.- Los sujetos con este problema, ven las imágenes más claras cuando están bien distanciados, pero en cambio todo lo que está cerca de sus ojos lo ve borroso

3. El astigmatismo.- Es un problema visual que distorsciona a las imágenes. Las personas no ven bien los ejes horizontales y verticales.

4. La ambliopía.- Parece existir problema en la transmisión de los mensajes visuales al cerebro. Ambos ojos son normales, y también lo son las fibras nerviosas ópticas, pero por alguna razón el cerebro no recibe la información visual de un ojo. Como resultado, la persona afectada tiene una visión borrosa y deformada del mundo. En ocasiones este problema, va asociado al estrabismo (ojos bizcos). Las personas con esta dolencia usan un solo ojo alternado cada vez.

5. Las cataratas.- Es la opacidad del cristalino o de la cápsula que lo recubre. La luz no puede llegar a la retina. Se producen como resultado del envejecimiento de los tejidos, cuando existe diabetes, también puede deberse a ciertas ocupaciones como la de soplar vidrio, en la que los ojos están expuestos a calor y luz intensa.

6. Ceguera nocturna.- Es una dificultad para adaptar la visión durante el crepúsculo o en las horas de la noche.

Debemos también evaluar la capacidad auditiva a testigos que deben informar acerca de datos (ruidos, conversaciones, etc.).

Para confirmar lo anterior, nos valemos de la reconstrucción de los hechos, colocando al testigo en idénticas condiciones de observación a las que, en su inicio, se le suponían y apreciamos si es capaz de percibir detalles equivalentes a los que afirma haber discernido. Pero esta prueba tiene el inconveniente de que el testigo acostumbra colocarse en mejores condiciones de observación; por otra parte, el simple hecho de que esté prevenido sobre lo que va a testimoniar incita excepcionalmente su capacidad perceptiva y el resto de fenómenos psicológicos.

En ocasiones excepcionales puede resultar de interés la determinación previa de la capacidad gustativa u olfativa de un testigo.

Además, el examen psicotécnico proporcionará los datos más interesantes, para juzgar la fidelidad de la declaración.