Mi amigo el Policía

T. Coronel (s.p) Licenciado Marco Damián Cuesta Zapata
Criminalístico

¿…Está nuestra sociedad capacitada para conocer y valorar la amistad con la policía…?
Nuestra sociedad adicta a los amigos que intentan ventajas.
¿…Puede el Policía convertir su mística de amistad en valores accesibles…?

El Policía

Del corazón del pueblo nace el ¨Policía común y corriente¨, el mismo que ingresa en una institución en la cual se requiere vocación, mística, sacrificio y abnegación, necesarias para vivir tras décadas defendiendo el equilibrio social y la armonía irreversible que exige la sociedad para desenvolverse, con el inexorable peligro de ofrecer su vida en holocausto, cuando así lo dicten las duras y riesgosas reglas del crimen.
De la sociedad nace y sale el Policía, sujeto a reglamentos específicos de carácter policial y de carácter moral, que tanto los unos y los otros son burlados, solo atribuible a la tentación de un momento, al margen de una sanción inmediata por parte de la Institución Policial el verdadero descarriado tendrá la otra mediata, sentirse un proscrito para siempre en los dos campos, esto es el policial y el moral al que juro defender de rodillas ante el sagrado emblema patrio y llevar su digno uniforme.

La amistad

Al policía le llega la amistad como una de esas ¨grandes virtudes¨ de hacer omnipotente a un hombre por encima de sus limitaciones. Amistad es camadería surgida con el sacrificio en el cotidiano trabajo para cumplir una tarea específica, tarea difícil, silenciosa y necesaria.
La sociedad para compartir un estilo de vida como el de Policía, acuña amistades inmutables como las cumbres y si alguna vez los soportes de la amistad falla, solo es atribuible a que una de las dos partes no merece ni mereció la amistad.
En este tiempo tan controvertido, cuando la amistad se ha convertido en un concepto amplio en donde se cree que todo es posible y nada es restringido y lo reduce todo al interés inmediato y compulsivo.

La lealtad

Por lo tanto la amistad empieza a embestir otro concepto, la lealtad, muchas personas sostienen que la lealtad exige que un amigo a otro amigo pase por alto la deslealtad, la traición a la Institución, a la miseria, a la rapiña por el único hecho de ser amigo, entre ellos si son hombres de verdad debe haber un cuidado de una mayor correspondencia y sobre todo una mayor honestidad.
La amistad como el amor está edificada en principios como libertad, generosidad, ternura comparándola a un fino cristal donde una rotura no soldará jamás.

El Ciudadano

En el corazón del pueblo también nace el ¨ciudadano común y corriente¨ que tiene derechos y obligaciones, que pueden enarbolar los primeros y olvidarse de los segundos, que pueden realizar toda clase de hechos antisociales o antimorales y dar el valor que quiera.
Este cuidado puede hacer todo lo que desee siempre que no cruce la frontera entre lo permitido y lo prohibido.
Es es el culpable de que existan las prohibiciones, pensando en él hicieron todos los códigos punitivos y todos los reglamentos que sancionan. Este cuidado motivo que exista la Policía y todas sus variantes, de haber hecho uso humilde y adecuado de todos sus derechos y cumpliendo las obligaciones naturales que todos debemos cumplir, sería hoy el auto-policial, un hombre que necesitaría una Ley y el crimen y el dolo estarían ausentes de él.
Este hombre puede robar, mentir, estafar y traicionar pero no lleva uniforme, sale en los diarios como un delincuente, como una víctima, como un damnificado, depende de la sociedad que lo haya marcado o no, incluso estos inspiran y suscitan compasión, es que somos muy dados a la piedad pero solo cuando, las gallinas que robaron no son de nuestro gallinero.
Necesita amigos de dos tipos, aquellos que pueden redituarle un beneficio, entre los que se encuentran hombres relacionados con trámites policiales y judiciales, exoneraciones de multas, permisos de manejo y los amigos que lo endiosan, aplauden y sostienen que su carácter y personalidad fuerte impresionan a todos los del entorno influyente.
Finalmente existe la amistad verdadera, el sentimiento más elevado que conoce el hombre puesto que nace la abdicación de la envidia, del egoísmo, de la mezquindad, de la cobardía y del interés. Solo un ser humano puede ser amigo de otro ser humano cuando todos estos anti-sentimientos han sido desenterrados de su corazón.

La amistad y la Policía

Los policías tienen amigos de la infancia, de la adolescencia, de la madurez, tienen amigos dentro de su mundo, del mundo circundante, pero el policía vive un solo mundo y no dos como a veces se pretende. El policía juega fútbol, va al cine, ve televisión, tiene matrimonios amigos, se enferma, adquiere deudas, como todo mundo. En lo único que no es como todo el mundo, ni debe serlo en el sentido hipócrita que todos quieren darle a la amistad con un policía.
Todo comienza cuando alguien pretende que él por tener un amigo, que además de persona es policía y cree que todo es posible, desde liberar a un detenido por cualquier delito, debe obtener objetos misteriosos e inútiles, como armas, permisos de funcionamiento, certificados de honorabilidad y antecedentes, papeletas de retiro de credenciales, carnés que lo acrediten como colaborador policial, abreviar colas en cualquier parte, dejar de pagar las infracciones de tránsito, porque tiene un amigo policía.

Los oportunistas

Entre ellos un amigo de éste amigo, lanza una frase profética ¨debes tener un amigo en la policía¨ entonces el infatuado responde ¨claro que si, yo lo llamo por teléfono y ya está¨. En nuestro país de la viveza criolla donde las personas se sienten poderosas por tener amigos policías más aún Jefes o influyentes en ésta área, en lugar de enorgullecerse por tener a un Policía de amigo contabiliza los favores que puede recibir.
Este tipo de ciudadano, pertenece realmente al género de los oportunistas que sólo necesitan al policía, cundo éste figura o cuando esta en servicio activo, este interés en la amistad resalta la mediocridad espiritual de uno de los dos o de los dos a la vez.
Resulta doloroso para el policía tener que recordar a los amigos de la infancia, que ellos no son tales puesto que solo un enemigo, puede pedir a un policía por amistad que haga o deje de hacer algo relativo a sus funciones y alterar leyes y reglamentos.
Irónico a veces, comprobar que notables sensores de la vida policial y acérrimos retractores de la Institución Policial solo trasponen los umbrales de la misma cuando necesitan.
…Para tramitar un certificado, un contrato, conseguir un permiso o hacer simplemente una denuncia se dirigen al amigo, a aquel que hace veinte años no lo ven ni sienten, para pedirle muchas veces telefónicamente el ¨favorcito¨… Según ellos porque todo es posible para un Policía dentro de la Institución.

Corolario

La amistad palabra de confuso significado que ennoblece al hombre, lo hace humilde para con los demás, con defectos propios y sincero con sus virtudes.
Lo que hemos pretendido detallar aquí tan solo es un aspecto cotidiano de la vida de todos nosotros prisma de algunas realidades, es decir las muchas veces que nos ponen entre la amistad y el deber, contraposición que jamás puede existir. Los errores que pueden ser evidentes o no, será culpable no solo la Policía, sino que seremos culpables todos.

¿…Podrán convivir y compartir corazón y mente, tanto autoridades como la sociedad civil…?