Los tramitadores una plaga organizada

Dr. Víctor Hernán Aguiar A.

E N NUESTRA PROFESIÓN DE ABOGADOS , siempre hemos tenido una piedra en el zapato y esta es la presencia de los tramitadores, antes de los denominados «quishcas»; «tinterillos», en la Penología.
Bueno aunque parecen inofensivos, se los ve con terno y corbata, con su maletín, muchas veces utilizan gafas y se hacen llamar «Doctor», no son prudentes y miren ecuatorianos, que su astucia llegó tan lejos que compraron títulos, se inscribieron en los Colegios de Abogados, sacaron credencial, adquirieron oficinas, nunca pagan impuestos, y la cosa marcha sobre ruedas, tienen una suerte que son atendidos mejor que los profesionales.
Nosotros los que sufrimos, luchamos para estudiar correctamente, por concurrir a clases, y luchar en ese medio hostil de la conformación de un Tribunal de Grado, la cosa no es tan fácil. Los tramitadores tienen una suerte de lotería, siempre son atendidos, son tan pícaros que un día llegaron a mi despacho para averiguar sobre un juicio, miren que ya llegan al colmo del irrespeto, estos sujetos no solo que hacen escrituras porque para eso son unos «tigres», y se les facilita todo, para ellos no hay obstáculo que les limite, y de cancelaciones de patrimonios, de posesión efectiva, ellos son los campeones.
No entendemos nosotros los profesionales como se despacha con facilidad a un tramitador, por eso es que se hacen los «gallos» y retan a los Abogados para que despachemos pronto el caso de X persona. Ellos son los héroes de la libertad, no entiendo como lo hacen pero están en todo lugar, no hay nadie que les pare. La corrupción va minando a las profesiones.
Pobres Abogados insultados, agredidos, ofendidos por esta clase de individuos que al margen de la Ley se ponen sus despachos jurídicos, a vista y paciencia de los gremios que nada dicen, que tiemblan por ubicarlos a éstos en el lugar que se merece.

Demos con fuerza a esta plaga

Muchas veces denunciamos estos hechos, y creo que es bueno empezar a surgir, que en las Audiencias se exija el carnet profesional de los Abogados, un carnet firmado por el estudio profesional que los habilite para llevar un escrito, solicitar alguna diligencia, acompañar a un testigo, en fin, cumplir con aquello que el director de una oficina profesional encomienda a su empleado, podemos empezar por ahí como medida preventiva, hasta modernizarnos un poco más y bueno permitir que en nuestros despachos profesionales, laboren estudiantes de la Facultad de Jurisprudencia de las Universidades de la ciudad, especialmente en Quito.

Existen leyes que sancionan a los tinterillos

Pero no se juzga hasta ahora a quienes adquirieron títulos falsos, tampoco a sus mentalizadores. El Colegio de Abogados de Chimborazo se queja de la falta de agilidad en la sanción del primer denunciado por adquisición de título falso, no lo hacen.
Pedimos a nuestros dirigentes de Quito, que no se olviden de apoyar a nuestra clase y velar por la decencia de nuestra profesión, yo creo en vuestra capacidad, que se de la integridad de la gente que gobierna nuestro Colegio y podamos asegurar una respuesta a nuestra inquietud.
Como nos duele saber que siendo Abogados, hombres de derecho no podamos combatir esta plaga maldita que afea nuestra profesión, saber que cualquier persona se hace pasar como doctor, sin haber terminado el bachillerato y solo por haberse comprado un terno obscuro y un par de gafas, para disimular el pecado y haberse instalado un despacho, ahora ya no solamente son tramitadores sino «financistas», que recaudan carteras vencidas, son expertos en el negocio de la libertad. Porque en Ecuador la libertad no se la adquiere en derecho, hay otras formulas de adquirirlas, y los saben los tramitadores, esa raíz tan profunda de los tramitadores «quicuyesca» se ha metido tan dentro, que realmente da miedo que se extinga.

Algunos ejemplos

Se acabaron los tramitadores en las Comisarías, hoy por hoy, pululan en los juzgados, los estrechos pasillos de las judicaturas están poblados de tramitadores, caras que dan miedo, que ya los identificamos plenamente y que antes fueron guardaespaldas, pintores de brocha gorda en épocas de campaña, hoy son titulares de Oficinas de Cobranzas, y que decir de las capturas, el otro día, un ciudadano el que ha quedado en la desocupación, corpulento, moreno, hombre de bien en su época, hoy por la necesidad está de capturador, me pagan bien dice, con un aire de prepotencia, he capturado a un ex-empleado del Banco Central porque no pagó un cheque, y como lo hace, con la boleta o el oficio lo atrapa en la calle, llega al CDP y paga dinero al policía y lo ingresa. Miren ustedes compatriotas, como está nuestra realidad, podrida por dentro y por fuera, como es posible que cualquier sujeto pueda privarle de la libertad, esto se aproxima a la ley de la selva.
Paremos entonces a los tramitadores, que se les quite las gafas y se les mande al lugar donde deben estar, y por si acaso, que se dediquen a lo que saben, caso contrario creo que la cosa esta muy fea, dejar crecer este mal puede ser un cáncer que no lo cura nadie, es verdad, que son pobres hombres según la lamentación social, nada de eso, en el mundo es necesario que nos preparemos a desempeñar nuestro rol, los Abogados a la Abogacía, los Médicos a la Medicina y los tramitadores a la cárcel, no queda otra alternativa y punto, ya basta de misericordia con la gente que es una polilla social y que abunda y crece.