La tramitación de los Juicios

Dr. Bayardo Moreno-Piedrahita

E N LOS MISMOS TÉRMINOS , los Magistrados, Jueces y Curiales, ante el retardo procesal, se disculpan ante la opinión pública, con el consabido: «ya mismo despacho su juicio».
A toda hora y en distintos tonos escuchamos: » ya mismo, ya despacho, ya tengo listo, ya dije, ya saco copias, ya, ya, ya, ya… al infinito». ¿Se han despachado los juicios?.

Antecedentes

Con esta oferta se convence a todo el mundo, pero el trámite de los juicios sigue igual.
En la campaña política electoral de 1992, uno de los candidatos utilizó a diestra y siniestra el fabuloso «ya» pero sin buenos resultados porque perdió en las elecciones por más que quiso impresionar al pueblo. En la Función Judicial en cambio, si les ha dado el rédito apetecido a sus protagonistas, porque impresionan al litigante y al profesional, hasta el extremo de olvidarse del despacho de algunos juicios.
El «ya mismo» en épocas pasadas fue utilizado positivamente en el campo judicial, pero como sinónimo del cumplimiento del deber o de un compromiso, como cortesía y verdad, no como la trampa o el camino de eludir el trabajo y la responsabilidad, como se lo utiliza hoy, en el trámite de los juicios.

Definición

«Ya», significa admiración, emoción, imprevisto, susto. En sentido amplio, es sinónimo de «ahora», hoy, inmediatamente, enseguida, en este momento, actualmente.
«Mismo», es sinónimo de igual, idéntico, propio, semejante, parecido, equivalente, etc. Lamentablemente, así no se entiende estos términos en la Función Judicial, sino más bien como «nunca, opuesto, contrario, distinto», que son sus antónimos.
En la actualidad, 2.600 causas en el área civil y 3.200 causas en el área penal, en lo que va del año, después del sorteo en cada uno de los Juzgados de la República, esperan ser calificados después de las caricias del mecánico «ya mismo despacho su juicio», en algunos casos, pero en otros, la cantaleta, se petrifica con ellos, para eternas memorias, sin ningún despacho.

No se conoce la solución

Las intenciones sobran para acabar con el cuento; Independencia moral y económica de la Función Judicial; creación del Banco Judicial con los propios recursos que genera el trámite de los juicios; cambio de 10 salas de tres Ministros cada una, en la Corte Suprema de Justicia con los mismos 31 Magistrados, en vez de cinco Ministros en cada sala; mejores salarios para los funcionarios judiciales; designación de un mayor número de juzgados con dos jueces en cada uno; mayor número de auxiliares y empleados; tecnificación de las dependencias judiciales, etc.
– La solución definitiva es la implantación del Sistema Procesal Oral en el Ecuador.
La lentitud procesal, la inseguridad y la incertidumbre en la Función Judicial, deben encontrar la solución en el trabajo constante para lograr el cambio en el trámite de los juicios.
Si algo está mal en el país, es la Administración de Justicia, la reforma debe comenzar. «La razón convence, el ejemplo arrastra.
«Hombres y mujeres judiciales del Ecuador, es hora de trabajar por la reforma y olvidarnos del «ya mismo».