Invasión pacífica de extranjeros en las fronteras

Por: Dr. Bayardo Moreno Piedrahita


E N EL ART. 15 DE LA CONSTITUCIÓN Política de la República del Ecuador de 1988, el Art. 2 de la Ley de Extranjería y el Código Civil, prescriben que en una franja de 50 Km de ancho en las zonas fronterizas y las playas adyacentes del mar territorial, las personas naturales o jurídicas extranjeras, directa ni indirectamente, no pueden adquirir o conservar el dominio u otros derechos reales sobre bienes inmuebles ni arrendarlos, obtener el uso de aguas, establecer industrias, explotación agrícola, ni celebrar contratos sobre recursos naturales renovables y en general, sobre productos de subsuelo y minerales o substancias cuya naturaleza sea distinta a la del suelo, con limitadas excepciones, pero previa la autorización prevista por la Ley.

SEGURIDAD INTERNA Y EXTERNA DEL ESTADO

Son muchas las causas para que la Constitución de la República, a través de su Art.15 consagre la soberanía del Estado en forma previsiva, pero principalmente es el derecho a la autodeterminación de cada pueblo, requisito necesario para ser respetable en el ámbito interestatal e internacional; pero el espíritu de la disposición constitucional y las normas legales innovadas, no es otro que velar por la seguridad interna y externa del Estado Ecuatoriano; proteger a sus habitantes ecuatorianos por nacimiento o por naturalización y aún a los extranjeros; buscar sus bienestar; y, conservar el futuro de otras generaciones que habitarán al País.

CELO INQUEBRANTABLE

En el pasado el territorio en las zonas fronterizas fue cuidado con celo inquebrantable, impidiéndose que las disposiciones constitucionales y legales sean violadas, pese a cierta preocupación del Gobierno Nacional; y, por esa razón ningún extranjero podía adquirir ni ocupar a ningún título propiedades ni arrendar predios en territorio ecuatoriano en las zonas fronterizas y las playas; con las debidas excepciones pero con la autorización de organismos ecuatorianos competentes, sujetándose estrictamente a la letra de la Ley y al cumplimiento de sus obligaciones. Hoy el territorio en todas las zonas fronterizas y en las playas de nuestro mar territorial, son tierra de nadie y por esa causa los extranjeros se encuentran apoderados casi en su totalidad. Si digo una falsedad, exijo que se me enjuicie; pero advierto que nací en una frontera.

DESPREOCUPACIÓN DE LA LEY

En la actualidad el precepto constitucional y los legales, lamentablemente constituyen sólo teoría sin ninguna aplicación ni obediencia, como lo demuestra la ocupación de extensos territorios ubicados en la frontera con Colombia, principalmente en algunas zonas de Esmeraldas, Carchi y Sucumbíos, los mismos que se encuentran en poder de personas colombianas, en calidad de propietarios. Lo mismo ocurre en las fronteras con el Perú; y, en las playas de nuestro mar a vista y paciencia del Gobierno Nacional, Ministro de Gobierno, Policía Nacional, Autoridades Seccionales y las propias Autoridades de Migración, sin que nadie proteste, ni diga nada ¡Que despreocupación de la Ley y que falta de Amor a la Patria!. Nuestros vecinos y los extranjeros que pueden invaden pacíficamente nuestro territorio y la piel de nuestros límites cada vez más se pierde o se debilita.

VIOLACION A LAS LEYES

La despreocupación del gobierno del Ecuador es tan grande que las personas naturales y jurídicas que ocupan las zonas fronterizas ilegalmente, sin ninguna dificultad adquieren propiedades, sin embargo a exhibir abiertamente su condición de extranjeras indocumentadas, con cédulas falsas de ecuatorianos bajo el auspicio de profesionales inescrupulosos y de funcionarios «Vende Patrias», previa una inscripción tardía, en el Registro Civil, violando las normas de la Ley de Registro Civil, Identificación y Cedulación; pues se inscriben y se cedulan como ecuatorianos por nacimiento, pisoteando los tratados internacionales y las normas de coexistencia pacífica de los pueblos consagrados en el Derecho Internacional, para adquirir propiedades en base de trampas, con la complicidad de las autoridades ecuatorianas y de todos nosotros; pero principalmente de los medios de comunicación social que también se han olvidado del tema.

POR FALTA DE RESPETO A LAS GARANTÍAS Y DERECHOS LOS ECUATORIANOS SE VAN DE LAS FRONTERAS

Aunque resulte increíble, los ciudadanos ecuatorianos por nacimiento o por naturalización, en la actualidad han abandonado las zonas fronterizas, porque el gobierno del Ecuador no cumple con las garantías que prescribe la Constitución si coadyuva para que esas zonas se vuelvan atractivas para garantizar el trabajo y la vida a la familia.

Es muy fácil encontrar extensos territorios que han quedado en poder de personas extranjeras, con título de propiedad y en muchos casos amparadas únicamente en la posesión material del suelo debido a la migración de los ecuatorianos a otros lugares del país, ciudades y exterior, sin que las autoridades ecuatorianas, ni la administración de justicia se preocupen por hacer respetar los derechos de los hermanos ecuatorianos ni la integridad territorial.

La despreocupación del Presidente de la República, Ministro de Gobierno, autoridades del Registro Civil, autoridades seccionales de cada Provincia fronteriza, Policía Nacional, Autoridades de migración, de los políticos mentirosos que no conocen la Patria y todos los ecuatorianos que no vigilamos nada ni exigimos el cumplimiento de la Constitución y la Ley; en verdad ha puesto en riesgo y peligro nuestra seguridad interna, externa y nuestra existencia, más aún cuando el plan Colombia ha puesto frente a nuestros ojos el espectro de la muerte.

Si se comienza a trabajar por nuestra seguridad desde ya el gobierno del Ecuador debe imponerles un plazo rígido y severo a los cientos de miles de extranjeros que se encuentran ilegalmente en el Ecuador en calidad de propietarios, arrendatarios o de cualquier título; colombianos, peruanos, japoneses, chinos, cubanos, coreanos, libaneses, etc., para que legalicen su situación o para que devuelvan las extensas y ricas zonas de territorio al Gobierno Nacional, que sí las necesitamos los ecuatorianos.

No podemos postergar, ni condicionar la solución de este problema bajo ningún pretexto excepcional. La solución tiene que ser ágil, urgente y patriótica ¡Alto a la invasión pacífica de nuestro territorio, viva la Patria!.