UNA HERENCIA INVALORABLE

Por: Dr. Wilson Torres Espinosa
PROFESOR DE LA UCE

A PARTIR DE LA PRIMERA GUERRA mundial surge a nivel internacional la preocupación por proteger y conservar los lugares, construcciones o monumentos de gran interés; lo que motivo la convocatoria en 1972 de la Primera Convención de Naciones Unidas sobre Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural.

La construcción de la represa Nacer o de Asuan en Egipto, que destruiría los templos de Abu Simbel y Filae; las campañas de salvaguardia de tesoros urbanísticos en Venecia, Italia; Borobodur en Indonesia y Moenjodro en Pakistan, entre otros impulso en 1959 a la UNESCO a lanzar una campaña internacional para iniciar el rescate de esos tesoros históricos y dio inicio a una solidaridad y responsabilidad compartida entre las naciones para la preservación de estos parajes excepcionales.

Estas nobles acciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura ­ UNECO, tiene como objetivos: conservar o revalorizar obras, monumentos o lugares arqueológicos o naturales que constituyen patrimonio de un pueblo, región o país, para preservarlos de la destrucción atribuida al uso, abandono o a las acciones antrópicas; porque son la expresión y la afirmación de la identidad cultural o natural de esos grupos humanos, de esas áreas geográficas y ecológicas.

La salvaguarda del pasado de la humanidad y la permanencia de la naturaleza no pueden recaer en la responsabilidad exclusiva de los países poseedores de estas riquezas, tanto visible o concretas y artísticas, como: la música, tradiciones etnográficas, folklóricas, etc., sino que también tienen una proyección internacional, como un legado a las futuras generaciones.

Qué es el patrimonio

Según algunos autores: Patrimonio, al hablar de las personas, es el «conjunto de bienes, créditos y derechos Hacienda o bienes que se heredan de los ascendientes». El patrimonio cultural y natural por deducción son todas las riquezas de la comunidad y que deben precautelarse, porque no sólo pertenecen a las poblaciones presentes, sino también a las venideras, como elementos fundamentales de su identidad vital como conglomerados humanos y de su entorno.

Al considerar el patrimonio en estas dos corrientes cultural y natural, se consolida la certeza de que los seres humanos generan comportamientos, actitudes y expresiones que interactúan con su entorno físico y biótico.
Lo que proyecta la UNESCO es el concepto de Patrimonio Mundial de aplicación universal, cuya pertenencia es de la humanidad; es el aporte de cada uno de los pueblos, la riqueza común, que es el legado que recibimos de nuestros ancestros y que lo entregaremos a los que vendrán.

Constitución del Patrimonio

Estas fueron las motivaciones y los antecedentes de la Conferencia de Naciones Unidas sobre el medio Ambiente Humano organizada en Suecia en 1972.
En este conclave mundial se constituyó la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural.

Los propósitos principales son: «Incitar a los Estados miembros a presentar sitios, monumentos y lugares para asegurar la protección y conservación de sus riquezas naturales y culturales. Contribuir con esfuerzos internacionales a salvaguardar estas riquezas imponderables».

Promover y auspiciar la participación de las poblaciones locales en la preservación de su patrimonio cultural y natural.

Calificación de patrimonio mundial

Para que determinados sitios, lugares, monumentos o parajes puedan ser calificados por la UNESCO deben poseer un «valor universal excepcional» y deben ser propuestos o candidatizados por los Estados miembros.
El Comité del Patrimonio Mundial, integrado por miembros de la Convención y elegidos cada dos años por la Asamblea General de la UNESCO, examinan las candidaturas y las aprueba o solicita mayor información para su inclusión provisional o definitiva en la lista de Patrimonio Mundial.

También realiza un monitoreo del estado y de las acciones de protección o recuperación de estos sitios y se pronuncia sobre las acciones que se deben tomar para su mejor conservación. Está a su cargo igualmente la asignación de recursos con cargo al Fondo respectivo, para financiar proyectos en aquellos sitios que ameritan reparación o restauración e inclusive para acciones de emergencias, incluyendo la cooperación técnica, que involucra actividades educativas y promocionales.

El Patrimonio Mundial Cultural y Natural no sólo representa una postura eminentemente conservacionista, sino que también tiene sus connotaciones económicas que benefician a las poblaciones locales, mediante el incremento de servicios culturales y turísticos, por la gran promoción global que reciben.
Los sitios que ostentan esta calificación pueden en ciertas circunstancias verse privados de este beneficio, sobre todo en los casos siguientes: Por un deterioro permanente por causas de negligencia, mal manejo o de acciones negativas sobre el sitio; o porque se adoptan las medidas correctivas en forma oportuna principalmente.

El aporte del Ecuador a este patrimonio

En el Ecuador han sido incorporados al Patrimonio Mundial: El Archipiélago de Galápagos; la ciudad de Quito y la Ciudad de Cuenca.

La riqueza o el «valor universal excepcional» de estos sitios es innegable y deben constituir un orgullo para todos los ecuatorianos.

La riqueza natural del Archipiélago de Galápagos, de las Islas Encantadas es único en el mundo, hasta tal punto que es considerado como un laboratorio viviente de la evolución natural, en el que la Fundación Charles Darwin, entidad de cooperación internacional, ha recibido varios premios importantes por sus valiosas investigaciones científicas. Constituye un invalorable tesoro que el País debe proteger permanentemente.

La entrañable ciudad de Quito, capital de todos los ecuatorianos, principalmente por los valores arquitectónicos de los monumentos de su casco colonial, enriquecidos por su crecimiento urbanístico moderno.

Es lamentable que en estos últimos años se haya procedido, indudablemente impulsados por la presión del crecimiento poblacional y especialmente de los transportes, a infringir drásticas modificaciones a las arterias viales y a conceptos urbanísticos que la caracterizaban, en definitiva; posiblemente sin consultar los requerimientos de la Convención del Patrimonio Mundial; situación que amerita una amplia explicación.

Y últimamente recibió este galardón, la bella ciudad de Cuenca, Atenas del Ecuador, que posee, así mismo méritos paisajísticos y culturales, más que suficientes para su riqueza arquitectónica colonial y urbanística de excepcional belleza; y que sus personeros han sabido aquilatarla y protegerla consistentemente.

En el país es necesario presentar otros lugares culturales y naturales, para que integren el Patrimonio Mundial; declaratoria que significa un reforzamiento de la identidad nacional, un timbre de orgullo y también contribuye al mejoramiento de la calidad de vida, porque los servicios turísticos se incrementan en forma sustancial.