El Derecho Internacional Conculcado

D ESDE LA CONCEPCIÓN DEL TEÓLOGO dominico español Francisco de Vitoria (1486 -1546) y del jurista y escritor político holandés Hugo Grocio ( 1583 – 1645), considerados como los padres del Moderno Derecho Internacional; y con los cambios de nuestros días, el Derecho Internacional es el conjunto de normas jurídicas fundamentales de carácter supranacional que regulan los conflictos y las relaciones de los Estados y de sus súbditos entre sí, que tiene como fin preservar la Paz y la Seguridad de la Comunidad Internacional.

En la búsqueda de la Paz y la Seguridad mundial

El 26 de junio de 1945 en San Francisco de los Estados Unidos, nació la Organización de las Naciones Unidad (ONU), con delegados de 50 países. Con ese mismo objetivo, a nivel del Continente Americano, el 14 de Abril de 1948, en Bogotá – Colombia, nació la Organización de los Estados Americanos (OEA). En los dos casos con la participación del Ecuador y Perú.

Principios filosóficos

Los principios filosóficos de las dos arganizaciones supranacionales son:

1).- El mantenimiento de la Paz y la Seguridad Internacionales, el fomento de las relaciones amistosas de las naciones, y la cooperación para la solución de sus problemas económicos, sociales, culturales y humanos, en base al respeto de los derechos y libertades fundamentales del hombre y al principio de la igualdad soberana de los Estados, bajo el compromiso de arreglar toda disputa internacional por la vía de la Paz y la Justicia, sin la intervención de la fuerza y la agresión, en el primer caso (ONU). Como organismo de defensa de las Naciones Americanas para mantener la paz, garantizar y arreglar las disputas y ejercer una acción conjunta en caso de agresión, y la obligación de resolver los problemas políticos, jurídicos, sociales y económicos que afectan a los pueblos de América, en el segundo caso (OEA).

Violación de los principios del Derecho Internacional

En todos los conflictos internacionales la violación de los principios del Derecho internacional, han sido evidentes, más aún en los conflictos del Ecuador y Perú, provocados por éste último, en que el Derecho internacional ha sido conculcado por la conquista de territorios ecuatorianos por medio de la opresión y la fuerza del Perú, contra quien los organismos supranacionales no han tomado acciones preventivas y mas bien, un apoyo parcializado a su permanente conducta bélica y expansionista.

Las controversias no han sido resueltas por medios pacíficos, y se ha olvidado de condenar la guerra y la agresión. Se ha permitido la adquisición de derechos por la fuerza y no se ha fomentado la justicia y la seguridad social para lograr una Paz duradera, ni la unidad espiritual de los países.
Se ha permitido la violencia, la coacción y la ocupación bélica para aceptar convenios y tratados, hasta el extremo de admitir lo injusto y lo que no existe, como norma de conducta en la discusión de los problemas, como el caso del Divortium Aquarum del Río Cenepa.

Se ha condenado la guerra de agresión, pero se a obligado a firmar tratados impuestos por la fuerza, como el caso del Protocolo de Río de Janeiro de 1942.

Se ha declarado que el territorio de un Estado es inviolable, pero se ha permitido la ocupación militar del más fuerte.

Se ha proclamado que la Guerra de Agresión constituye crimen internacional contra el género humano, pero se ha dado toda garantía al agresor.

Se ha insistido que la invasión a un país americano, constituye agresión a los demás, pero nada o poco han hecho los demás países ante la última agresión del Perú al Ecuador.
En definitiva, no existe un organismo capaz, que impida la violación de las normas del Derecho Internacional, y más bien, se está permitiendo que renazca a cada paso el fantasma de la guerra, que cada día siembra pobreza, dolor, miseria y analfabetismo en nuestros pueblos, que hasta miran al desarrollo y al progreso como una utopía y una simple aspiración.

Nueva mentalidad diplomática

Así, el Derecho Internacional se ha convertido en sinónimo de propiedad de una burocracia supranacional costosa, que recorta un gran porcentaje del Presupuesto de los Estados, pero sin respaldo coercitivo que le dé eficacia y respeto, convirtiéndose en una norma conculcada por quienes lo proclaman.La solución será replantear el procedimiento que se debe seguir en la solución de los conflictos y las controversias internacionales con la presencia d una nueva mentalidad en la diplomacia.