DEFINICIÓN

Procedente del latín cum, que significa “con”, y iunctura, “unión”, la palabra coyuntura denota, según el diccionario castellano, “sazón, oportunidad para algo” o “combinación de factores y circunstancias que, para la decisión de un asunto importante, se presenta en una acción”.

En el ámbito de lo político, la coyuntura es el conjunto de factores y circunstancias que concurren, en un momento dado, a crear una situación propicia o adversa para tomar una decisión o asumir una acción de orden público.

Ella resulta de la confluencia de episodios que facilitan o dificultan una acción política o económica.

El vocablo es especialmente usado por los economistas para designar lo contingente y cambiante en la vida económica, en oposición a lo estructural, que es lo esencial, lo permanente y lo básico en ella.

Desde este punto de vista, las estructuras son las partes fundamentales que sustentan la organización social y la política económica, en tanto que las coyunturas son lo pasajero, accidental y variable de ellas, sin que por eso dejen de ser factores determinantes en un momento dado.

La coyuntura está formada por elementos sociales, políticos, económicos e, incluso, geográficos, climáticos y meteorológicos, locales e internacionales, pero es siempre una situación de corto plazo, que no alcanza a configurar un ciclo económico. Por eso se dice que una situación es coyuntural cuando es pasajera en el curso del proceso económico.

Los encargados de tomar decisiones de política económica han estado siempre atentos a la coyuntura. Los gobiernos han creado organismos dedicados al estudio de lo coyuntural a partir de la constitución en 1920 del National Bureau of Economic Research en Nueva York, dirigido por el economista norteamericano Wesley Clair Mitchell (1874-1948), profesor de la Universidad de Columbia. La Unión Soviética instituyó un servicio de investigación similar en el mismo año. Después lo hicieron Alemania, en 1926, con su Institut für Konjunkturforschung, e Italia en 1959 con el Istituto Nazionale per lo Studio della Congiuntura. Y muchos otros países siguieron la misma línea.

Los sectores empresariales privados en Estados Unidos fueron los primeros en investigar losbusiness cycles, es decir, la coyuntura en el sector privado de la economía, que es para ellos una variable decisiva en la formulación de sus metas de producción, ventas, exportaciones y utilidades.

Bajo esta inspiración, los modelos de planeamiento estratégico público se inclinaron también a estudiar la coyuntura, o sea la sucesión de episodios afortunados o desafortunados que se suscitan en el proceso económico nacional e internacional, para identificar las oportunidades y las amenazas a corto plazo.

El profesor Mitchell, inclinado hacia el behaviorismo, sostenía que los fenómenos de la economía pertenecen al mundo del comportamiento humano y que, por tanto, resultan de las acciones y reacciones mutuas entre los agentes económicos. En los fenómenos de la economía inciden los instintos de las personas y las circunstancias del medio exterior en que ellas se desenvuelven. Para estudiar estos fenómenos, el behaviorismo aplica métodos de carácter objetivo, experimental y comparativo, tomándolos de la química y la psicología. Pero la importancia de este pensamiento económico está en el valor que asigna a la conducta humana dentro del proceso de la economía.

Considera lógico pensar que no todo se resuelve en guarismos y fórmulas economicistas y econométricas y que el ser humano —con sus temores, prejuicios, ignorancias, ambiciones, vanidades, es decir con “su conducta”— tiene influencia decisoria en el curso de los acontecimientos económicos.

Dr. Rodrigo Borja Cevallos