LOS GOBIERNOS Y LOS COMITÉS OLÍMPICOS
Apoyo al deporte como política de Estado
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Por: Dr. Oswaldo Paz y Miño J.
Especialista en Derecho Laboral y Deportivo
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C ORRESPONDE A LOS GOBIERNOS, enterarse de los beneficios sociales que el deporte provoca en la sociedad, en los integrantes de una nación y subrayamos aquello de enterarse, porque en muchos casos, se ubica en los cargos públicos gubernamentales que tienen que tratar con el aspecto deportivo a «compañeros» de partido, a recomendados, o obsecuentes servidores y no a personas con la preparación ni experiencia suficiente y criterio objetivo y sobre todo independiente, la experiencia del Ecuador en este aspecto es lamentable.

Apoyo al deporte

Los gobiernos, entre otras consideraciones, ya antes expuestas, según la ODEPA, han de apoyar al deporte porque este permite:
– «afianzar las costumbres, valores sociales y culturales que forman parte de la identidad nacional»;
– «alcanzar prestigio desde el punto de vista nacional e internacional»;
Lo que dicho de otra manera y aplicando a nuestro medio, significa, que logros tan importantes como los de Jefferson Pérez: Campeón Olímpico y Bicampeón Mundial, triunfos, los más altos obtenidos deportivamente por persona alguna en el Ecuador a cualquier nivel, individual y colectivo, nos han puesto como país en la mira del mundo.
Laa comunidad internacional se entera de que somos una pequeña gran nación, integrada por diversas etnias y culturas, que somos gente de esfuerzo, de lucha permanente, de actitud leal, resuelta y que aspira todos los días a tiempos mejores. Que tenemos mucho que ofrecer al mundo.
Clasificaciones a eventos internacionales, como la que acaba de lograr la selección de fútbol, aglutinan a los ciudadanos en su expresión más natural y sincera de amor por el terruño, son un refuerzo en la autoestima individual y del grupo social. La participación ecuatoriana en Alemania se ha de cumplir con decoro y mostrando progreso respecto de la clasificación anterior, en la que se decía, que por ser la primera ocasión, estábamos aprendiendo.
En el deporte popular, el fútbol, el más atendido por todos los sectores de la comunidad, se ha logrado el pasaporte, al evento mundial, todos aspiramos presentaciones superiores a las que nos cupo en Japón; el mundo entero estará pendiente por el prestigio que ahora rodea al fútbol ecuatoriano, fruto del trabajo cumplido por los seleccionados, el cuerpo técnico y la dirigencia.
Recomendaciones del ODEPA
LA ODEPA, ha intentado no dejar temas sin tocar y entre ellos, a los gobiernos recomienda, apuntalar al deporte porque este permite al país administrado lo siguiente:
– «apoyar los conceptos de excelencia, el juego limpio, el espíritu de victoria y solidaridad;
– «estimular los intercambios internacionales y los contactos con países de culturas y niveles de desarrollo diferentes.
El deporte,
sinónimo de transparencia.
Transparencia que todos los ciudadanos debemos procurar en todos los actos de nuestra vida.
El deporte es permanente superación personal, es trabajo en equipo, solidaridad y tolerancia, intercambio cultural y acercamiento personal, entre atletas, dirigentes y gobernantes, es el ejercicio pacifico del derecho de gentes.
El deporte permite la suscripción de tratados de cooperación mutua, de ayuda sin intereses políticos; el deporte es crecimiento en la diversidad y en las diferencias que existen entre los seres humanos.
Los gobiernos han de implantar políticas que abarquen todos los valores mencionados, que sin duda son elementos de cohesión social y desarrollo colectivo.
Lo que sí, nos parece poco ético, es que los gobiernos se suban al carro de la victoria de los logros deportivos, en cualquier disciplina,

Y menos, cuando no tienen ni el derecho ni la calidad moral para hacerlo, cuando el apoyo de estos a las actividades deportivas en general, a los Comités Olímpicos en particular, a las federaciones nacionales, es precario.
Los deportistas y las selecciones de estos, no han de ser utilizados en la propaganda oficialista, la imagen de los atletas no ha ser tomada sin beneficio de inventario y casi por la fuerza, los deportistas tienen derechos sobre su propia imagen, no son patrimonio del Estado ni de los gobernantes o funcionarios oportunistas que le quieren sacar tajada política al esfuerzo ajeno, la demagogia de regalar medallas de latón dorado, los discursos llenos de sentimentalismo propagandístico, ha de convertirse en ayuda práctica a los atletas y al deporte.
El papel de los gobiernos
Cuando existe la verdadera voluntad, sobre todo del gobernante de apoyar el deporte a través de una Política de Estado que rinda frutos en el mediano y largo plazo. En efecto, esto es lo que ha recomendado la ODEPA:
– «financiar el deporte y proporcionar instalaciones y servicios necesarios»;
– «formar líderes entrenadores y profesores deportivos que se requieren para sus programas de desarrollo.»
– «garantizar sistemas adecuados para la selección, formación y atención a los atletas.»
– «contribuir a la organización de competiciones y cursos; así como a la recaudación de fondos destinados al deporte.»
– «proporcionar apoyo, tanto administrativo como financiero, para la medicina del deporte, las ciencias aplicadas y la seguridad de los deportistas.»
– «desarrollar programas deportivos escolares que además de educar a los niños y jóvenes permita la selección de futuros talentos deportivos.»
– «facilitar el acceso a la infraestructura deportiva que dispone el país y con ello asegurar los medios necesarios para el desarrollo deportivo.»
Los gobiernos y los partidos políticos deberían tomar nota de lo expuesto, para incorporar a sus planes de gobierno las líneas básicas sugeridas por la ODEPA, entidad que agrupa a cuarenta y dos países y que sin duda es una autoridad en la materia.
El manejo del deporte, el tratamiento del deporte y sus problemas, en los sectores público y privado, ha de superar en el Ecuador la etapa artesanal, empírica, con la que por mucho tiempo se ha venido llevando, con pocas excepciones, para adentrarse de lleno en el manejo profesional y especializado de la actividad, en todas las ramas del conocimiento que se relacionan con el deporte, han de intervenir personas formadas académicamente y acabar definitivamente con la improvisación.
El deporte ya no puede ser tratado con desdén por los gobiernos, estos y los Comités Olímpicos Nacionales han de procurar trabajar en armonía, con independencia pero con objetivos comunes. La política y sus ambiciones partidistas y de poder, solo enturbian las relaciones cuando desde los gobernantes, entiéndase, funcionarios, se impulsa actividades poco amistosas con los Comités Olímpicos.

La ODEPA, en este delicado
tema recomienda a las partes:
– «comunicación frecuente, clara y transparente.»
– «respeto mutuo y reconocimiento real a la jurisdicción y las responsabilidades de las partes.»
– «cooperación bilateral y multilateral y apoyo reciproco.»
– «respaldo financiero a los programas deportivos y a las competencias olímpicas sin ningún tipo de condicionamiento.»
– «atención permanente a las necesidades de los atletas garantizando su desarrollo.»
– «colaboración para el estricto cumplimiento de la Carta Olímpica asegurando la defensa y preservación de la autonomía e independencia del Comité Olímpico Nacional.»
Como se verá, se pide sensatez y respeto, tender puentes y asistencia reciproca en el presupuesto de objetivos comunes en beneficio de los atletas y por ende de los países.
Respetar los espacios y las reglas del juego, es más fácil, por razones que no requieren mucho análisis, que de parte del sector privado y del Olímpico, esto se cumpla, más la fuerza, la presión y hasta el arbitrio y la prepotencia están de lado del más fuerte, el sector oficial.
La convivencia en paz
sería lo óptimo
Si miramos por ejemplo, lo sucedido con el nefasto gobierno anterior del Ecuador, el del «dictócrata» y los gestos de permanente hostilidad, contra el Comité Olímpico local, que terminó en algunos casos, en verdaderos bochornos internacionales para la autoridad oficial, comprenderemos porque, la ODEPA, ha tomado debida nota de cada una de esas malas experiencias similares, del nuestro y de otros Comités Olímpicos, para redactar lo que nos parece un catalogo de acciones gubernamentales sustentadas en la prepotencia oficialista, en la coacción, en el abuso y el atropello de las libertades y derechos consagrados en Constituciones, la Carta Olímpica, los Acuerdos Internacionales y Leyes de cada país, que a su turno han sido violentadas por funcionarios autócratas, poco capaces, poco preparados, respaldados por dudosos líderes y sustentados en las razones de la fuerza, que siempre son lejanas del juego limpio.
Dice la ODEPA:
«En América, la experiencia indica que el deterioro o las difíciles relaciones que, en determinados casos, se manifiestan entre las autoridades deportivas gubernamentales y los representantes del movimiento olímpico del país, en los últimos años, se han caracterizado de modo general por las siguientes manifestaciones; Inicia el Catálogo:

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