OBSERVACIONES DE LA ODEPA
Las presiones polÃticas y los Comités OlÃmpicos
Por: Dr. Oswaldo Paz y Miño J.
Especialista en Derecho Laboral y Deportivo
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El deporte como plataforma polÃtica
Su «afán de servicio» y amor por tal o cual color deportivo, disciplina, organización o camiseta, ha sido más temprano que tarde, facturado al pueblo con una candidatura en la que se le recuerdan las obras, los sacrificios, donaciones, clasificaciones y campeonatos logrados.
Por el escenario deportivo han pasado, valiéndose del deporte para otros fines, algunos que luego han sido concejales, consejeros, alcaldes, diputados y una largo etcétera, que incluye, ministros, secretarios, y tanto y tanto cargo aceptado «por amor y afán de servicio». Algunos han intentado repetición y perdieron, el pueblo advirtió a tiempo de una peligrosa oscuridad.
La ODEPA, plasmó en el documento elaborado en la XLIII Asamblea de Rió de Janeiro, las más frecuentes manifestaciones gubernamentales en contra de los Comités OlÃmpicos Nacionales, a saber:
1.- El desarrollo de acciones premeditadas y conscientes, dirigidas a tratar de ejercer el control gubernamental sobre el Comité OlÃmpico Nacional. Dichas acciones por lo general son producto de la conducta de funcionarios movidos por intereses personales y motivaciones polÃticas, muy ajenas a los nobles objetivos del deporte y de la pureza del ideal olÃmpico.
2.- La elaboración de leyes y otras normas jurÃdicas que violan el contenido de la Carta OlÃmpica, convirtiéndose en muchas ocasiones, en una agresión directa a la autonomÃa e independencia del Comité OlÃmpico Nacional. En tal sentido es conveniente recordar que la carta olÃmpica en su Norma 28 incisos 5 y 6 plantea al respecto:
«Con objeto de cumplir su misión, los CONs pueden colaborar con organismos gubernamentales con los que mantendrán relaciones armoniosas. Sin embargo, no se asociaran a ninguna actividad que pudiere ser contraria a la Carta olÃmpica. Los CONs, pueden cooperar con organismos no gubernamentales.»
«Los CONs deben preservar su autonomÃa y resistirse a todas las presiones, incluyendo pero no exclusivamente las presiones polÃticas, jurÃdicas, religiosas y económicas que podrÃan ajustarse a la Carta OlÃmpica.»
«La definición precedente establece con meridiana claridad, la posición que debe adoptar un Comité OlÃmpico frente a un conflicto de esa naturaleza. SerÃa muy provechoso que algunos gobiernos conocieran a fondo las razones que le asisten a un Comité OlÃmpico Nacional para rechazar cualquier intento de atentar contra su soberanÃa e independencia.»
3.- Los intentos de politizar el trabajo de las Federaciones Nacionales, usando como medida para tal fin la existencia de que se les entrega presupuesto si se adopta una postura de enfrentamiento y hostilidad hacia su Comité OlÃmpico. Este tipo de chantaje se ha utilizado fundamentalmente, en momentos en que tienen lugar procesos eleccionarios para cargos dirigentes del CON.
4.- La utilización de atletas, entrenadores y federativos en campañas para desacreditar a los dirigentes olÃmpicos del paÃs, a través de los medios de comunicación.
5.- La creación de Federaciones Nacionales » fantasmas» violando los estatutos del Comité OlÃmpico, con el propósito de modificar a su favor el resultado de las elecciones, desconociendo la voluntad de los verdaderos dirigentes olÃmpicos del paÃs.
6.- El uso de los medios para poner en entredicho las cualidades morales, la honestidad y transparencia, de algunos dirigentes olÃmpicos del paÃs en el manejo de los recursos financieros asignados a la actividad del deporte olÃmpico.
7.- La fuerte presión que ejercen las autoridades de gobierno para asumir funciones, que de acuerdo a la Carta OlÃmpica, son facultades exclusivas del Comité OlÃmpico Nacional.
8.- Los constantes cambios en las autoridades gubernamentales que atienden el deporte lleva implÃcita la presencia de funcionarios públicos con manifiesta ignorancia, tanto sobre los objetivos y funciones del Comité OlÃmpico Nacional, cuanto por los principios y normas que rigen el Movimiento OlÃmpico.
9.- La muy limitada comunicación y evidente falta de colaboración y apoyo, entre las autoridades de gobierno y el CON produce una sensible afectación al desarrollo deportivo nacional.
Al lector se le habrán hecho cercanas y venido a la mente, hechos que han sucedido y suceden en nuestro paÃs, luego de empaparse del pronunciamiento de la ODEPA, sobre los desafueros cometidos en contra de los Comités OlÃmpicos Nacionales.
– El poder estatal es lo suficientemente fuerte para neutralizar los justos reclamos de las entidades olÃmpicas.
– El poder estatal tiene la capacidad de maniobra la polÃtica suficiente para segmentar las normas jurÃdicas que deberÃan ser iguales para todos, en dos grupos unas que respetan las autonomÃa de cierta federación a tal punto que la convierte, casi en un estado de otro estado y otras normas invasivas de la autonomÃa del Comité OlÃmpico Nacional, pese a que este, también se pertenece a un Organismo Internacional Deportivo, cuya independencia está reconocida por el mundo entero.
Las formas de intentar someter a los Comités OlÃmpicos Nacionales, por parte de los gobiernos, según la ODEPA, y sus cuarenta y dos años de lidiar con estos problemas son variadas, como hemos visto, pero de aplicación similar en todos los paÃses, donde las autoridades publicas del deporte le hayan puesto el ojo a un CON.
La ODEPA denuncia
«Un asunto trascendente y muy sensible en el campo de las relaciones bilaterales Gobierno – CON, es el referido a la asignación presupuestaria por parte del estado y el uso que en ocasiones se pretende hacer de esa prerrogativa, en detrimento de las facultades y derechos que le asisten al Comité OlÃmpico Nacional. Los procedimientos cambian, pero los efectos de su utilización se manifiestan, por lo general, de igual forma.
Continua la ODEPA y afirma:» En algunos paÃses, el Gobierno, da financiamiento al deporte a través del CON. Esta posición puede verse con simpatÃa por aquellos CONs que no cuentan con apoyo financiero de su gobierno, de hecho es una relación que sitúa al gobierno en una posición muy poderosa y tiene el riesgo de dificultar la obligación del CON de ejercer su autonomÃa y conservar la independencia. Los gobiernos tienden a cambiar con regularidad, por lo que el CON deberá estar muy atento sobre los posibles cambios en las tendencias polÃticas y en el personal de gobierno que dirige el deporte de aquel paÃs.»
Conocimiento por parte de los comunicadores
En esta parte, hacemos notar la necesidad apremiante e indispensable, de que los comunicadores sociales, los periodistas y de estos los especializados en el deporte, se enteren del continente y del contenido de los problemas que surgen entre los Gobiernos y los CONs.
Con pesar, afirmamos que, en el medio son pocos, muy pocos los periodistas deportivos, que se han preparado con conocimientos suficientes que les permitan opinar directamente y con solvencia sobre temas del olimpismo. Se escuchan, se leen y se miran, entrevistas a dirigentes que se pronuncian a favor o en contra de tal causa o posición en los debates o litigios deportivos, pero las voces neutrales que guÃen la a la comunidad con investigación periodÃstico deportiva, con apuntes legales, con argumentos que exhiban repasos someros, al menos de la Carta OlÃmpica, a la Ley del Deporte, sus Reglamentos, Estatutos y otras normativas deportivas, son muy escasos y precarios; por ello, sorprende que las Facultades de Comunicación Social, no incluyan todas y de forma permanente la Cátedra de Derecho Deportivo, igual critica cabe para las Facultades de Derecho que no resuelven incorporar materia tan actual a sus programas de estudio.
Los Comités OlÃmpicos Nacionales tienen amenazas de los polÃticos o aspirantes a esa, que debiera ser una noble y respetada actividad, que por causa de unos, que la han desprestigiado y envilecido, es hoy tan denostada, perseguida, arrinconada, a tal punto, que para optar por ciertos cargos se ha llegado al extremo inconstitucional y arbitrario de proscribir a quienes han sido miembros o afiliados a los partidos polÃticos. Tal absurdo, solo es posible, por la manifiesta inseguridad jurÃdica en que vivimos. La polÃtica es el arte y la ciencia del servicio honrado a los demás, al prójimo. No es cuestión de satanizarla, sà el momento de podarla, pulirla y ennoblecerla.
Injerencia polÃtica, algunos casos
Los que mal trabajan en la polÃtica, es decir lo hacen para ellos y no para los demás, en algunos casos dirigen sus bayonetas contra los Comités OlÃmpicos Nacionales, sobre ello dice la ODEPA:
» Algunos polÃticos muestran su afán insaciable de intervenir en el Comité porque, además del interés personal que los mueve, les resulta difÃcil entender cómo la organización del evento deportivo y olÃmpico es controlada y regulada por la Carta OlÃmpica y por el CON, sobre lo cuales, ellos, no pueden ejercer ningún control.»
Cuanta razón tiene la ODEPA.
Recordamos con vergüenza ajena, los estentóreos reclamos de «SoberanÃa Nacional», que hacÃa el sector oficial de la «dictocracia» hacÃa, respecto de la vigencia de la Carta OlÃmpica en el Ecuador. Por tal reclamo nacionalista desgastado estuvimos a punto de sacrificar nuestra membresÃa en el Movimiento OlÃmpico. Desatinos de los pueblos que no sabemos escoger bien a los gobernantes. Pero al final del camino, el pueblo es el constituyente. El que tiene la última palabra en todo.