La personalidad antisocial

Dr. Manuel Posso Zumárraga
CONSULTOR EN CALIDAD, PRODUCTIVIDAD Y
SEGUROS SOCIALES

L A CIENCIOLOGÍA como una «filosofía aplicada» es decir, creada para obtener resultados en el mejoramiento de nuestras vidas, tiene por objeto, el estudio y tratamiento del espíritu en relación a sí mismo .

La Cienciología, proviene de dos términos, el uno, de una expresión latina «scio» que significa «saber» y de la palabra griega «logos», que significa «estudio». Unidos los dos términos, la Cienciología es el «estudio del saber »

De igual forma, algunas escuelas del conocimiento, desde muchos siglos atrás, nos explican, que existen dos tipos de personas, las buenas y las malas, las personas de éxito y las personas unidas al fracaso, el honesto y el deshonesto, el de buenas y el de malas costumbres, el hombre de buenas intenciones y el hombre de malas intenciones, el que actúa con el derecho y fuera de él, el político y el politiquero, el corrupto y el incorruptible ,etc.

De igual forma, estas escuelas que estudian el comportamiento de las personas, nos dicen que existen dos tipos de comportamiento. El comportamiento calculado para que la persona sea constructiva, y el comportamiento calculado para que las personas sean destructivas. I que no existen estados intermedios.

Sin embargo, estas mismas escuelas, pregonan que existe un tipo de comportamiento cíclico o compuesto, es decir, personas que actúan alternativamente en forma constructiva y destructiva, pero por determinados ciclos o períodos de tiempo, sin que debamos confundir con comportamientos constructivos o destructivos que son expresos y únicos.

Con esta ligera explicación, valida para analizar » las personalidades antisociales «, la Cienciología, expresa que en el mundo, existen ciertas tendencias y actitudes mentales de las personas que causan, que aproximadamente el 20% de una «raza», se oponga violentamente a cualquier actividad o grupo de mejoramiento personal.

De aquí, surgen los actos contra los derechos humanos y a los bienes de las personas, es decir, la amplia gama de los actos denominados delitos, que van desde pequeños actos de corrupción (mentiras piadosas o robos simples) hasta actos de verdaderos fraudes electorales, terrorismo, guerrilla, narcotráfico, etc., que se han vuelto una plaga en el mundo actual.

Estas tendencias antisociales aparecen; » cuando la estructura legal y política de un país, se vuelve tal, que prefiere a personalidades antisociales en los puestos de confianza de un Gobierno, y, es cuando, todas las organizaciones civilizadoras del país, resultan suprimidas, es decir, reina la inseguridad jurídica, seguida de un barbarismo de criminalidad y opresión económica, en contra de los pueblos desprotegidos.

Por tanto, en las esferas de un Gobierno, actividades policiales y de salud mental, para citar unas cuantas, vemos que es importante poder detectar y aislar a este tipo de personalidad antisocial, para proteger a la sociedad y a los individuos, de las consecuencias destructivas que acompañan al hecho de dar rienda suelta, al elegir en forma irreflexiva y emocional a esas personas, que nos desgobiernan.

ATRIBUTOS DE LA PERSONALIDAD ANTISOCIAL

Se afirma que el, 80% de las personas de un conglomerado humano o de nuestra propia sociedad ecuatoriana, esta tratando de progresar y es tan solo un 20% de personas con mentalidad reactiva esta tratando de evitar este cambio.

Con esta afirmación, los atributos de la personalidad antisocial son:

1. Personas que hablan únicamente en términos generales, y nunca profundizan los temas que predican o critican

2. Personas que comercian con motivos, observaciones, criticas destructivas u hostiles, es decir, personas que trafican rumores sin pruebas ( denuncias infundadas)

3. Personas que alteran la comunicación para empeorarla, cuando solo trasmiten las malas noticias, que con frecuencia las adornan. (chismes de oficina o de mercado, comunicadores acríticos etc )

4. Personas que no están respondiendo al tratamiento, reforma o terapia, como cuando se oponen a cualquier proyecto, bueno o malo, como algunos partidos políticos que no tienen visión de país y que responden solo a su interés corporativo o gremial.

5. Personas que tienen entre sus allegados o amigos a personas acobardadas, que sin explicación lógica, culpan de sus fracasos a los demás

6. Personas que eligen el blanco incorrecto para sus criticas

7. Personas que nunca terminan un ciclo de acción, es decir, viven llenas de proyectos que nacen con un gran impulso y terminan en el archivo, es decir, sin ejecutarse, porque desperdician las oportunidades de cambio.

8. Personas que confiesan abiertamente los actos alarmantes, reformándolos, sin el mínimo sentido de responsabilidad de sus consecuencias

9. Personas que únicamente apoyan a grupos destructivos y combaten a los grupos que aportan valor agregado

10. Personas que solo aprueban acciones destructivas y luchan contra los que creen son sus contrarios

11. Personas que se vuelven frenéticos ante la idea de ayudar a otros

12. Personas que tienen el convencimiento de que están rodeadas de enemigos invisibles o que sufren de delirio de persecución.

13. Personas que sufren del síndrome del «Producto terminado » «»caso de la prepotencia de la «Comisión Interventora » que presumen que todo lo saben y que todo lo pueden, es decir, no tienen humildad para aprender de sus propios errores

TODO ACTO HUMANO ES CAUSAL Y NADA ES CASUAL

En conclusión, y dado que únicamente existen un 20% de población mundial de personas antisociales, y como solo un 2.5 % son verdaderamente peligrosas, vemos que con un poco de esfuerzo, podríamos mejorar considerablemente el estado nuestra sociedad.

En el caso ecuatoriano, esta estadística de la cultura antisocial, no tiene indicadores sociales y económicos precisos, pero, el hecho de que en forma justificada o no, «Transparencia internacional» nos haya tildado como uno de los países más corruptos de Sud América, es decir, «con un alto porcentaje de personalidades antisociales» demostrada por la inseguridad ciudadana en la que vivimos, la Institucionalidad de control jurídico, la fuerza pública, la sociedad civil en su conjunto, y los nuevos Gobernantes, deben tomar conciencia de que uno de los principales problemas insolutos, que debemos afrontar con decisión, es la lucha frontal contra nuestra propia corrupción.

A esta plaga social y global, se combate, atacando las causas de la cultura antisocial, con programas de regeneración social, cambiando la actitud emocional o reactiva a una actitud analítica y reflexiva, pero no con discursos de barricada, ofertas demagógicas, excitativas congeladas, leyes, estructuras burocráticas sin poder coercitivo, o líderes que no aporten valor agregado.