Por: ROBERT BLACIO AGUIRRE

ABOGADO Y DOCTOR EN JURISPRUDENCIA

DOCENTE DE LA UTPL

Origen:

Sus orígenes se enmarcan cuando casi todos los estados de Europa eran monarquías, con el poder político manifestado por el rey o por la aristocracia. El suceso de la democracia no había sido estimado de forma seria por la teoría política desde la época grecorromana, y el dogma inherente o innato a ella era la de la inestabilidad, inseguridad y el caos debido a los caprichos de la gente. Más adelante llegó a creerse que la democracia era algo antinatural, pues los humanos eran vistos como malvados por naturaleza, violentos y necesitados de un gobernador enérgico que reprimiera sus impulsos destructivos. Muchos de los reyes europeos mantenían que su poder había sido inspirado por Dios, y que cuestionarlo era prácticamente una blasfemia o imprecación.

Estas ideas convencionales fueron afrontadas en un primer momento por intelectuales ilustrados, quienes conceptuaban que los problemas humanos deberían ser regidos por la razón y los principios de libertad e igualdad. Replicaban que todos los hombres habían sido creados iguales y por tanto la autoridad política no podía justificarse basándose en la «sangre azul», una supuesta conexión privilegiada con Dios, o cualquier otra característica que fuese alegada para hacer a una persona superior a otras. Finalmente pensaban que el gobierno estaba para servir al pueblo y no al revés, y que las leyes habían de ser aplicadas tanto a quienes gobiernan como a los gobernados.

Cuando fueron fundadas las primeras democracias liberales, sus simpatizantes eran vistos como un grupo extremista y peligroso que amenazaba la paz y estabilidad internacional. Los absolutistas que se oponían al liberalismo y a la democracia se consideraban los defensores de los valores tradicionales y del orden natural de las cosas, y su crítica a la democracia parecía justificada cuando Napoleón Bonaparte tomó el control de la joven Primera República Francesa, reorganizada como el Primer Imperio Francés y comenzó su proceso de conquista de Europa. Napoleón fue finalmente derrocado y se formó la Santa Alianza como medio de prevención de cualquier intento posterior de instaurar el liberalismo o la democracia en Europa.

Definición:

La democracia liberal es una representación de gobierno o régimen que radica el establecimiento de una democracia representativa, donde la cabida de los actores o representantes electos para la toma de decisiones políticas se encuentra sujeta al Estado Constitucional de Derecho y contenida por una constitución que destaca y enfatiza la protección de los derechos y libertades individuales y colectivos.

Los derechos y libertades protegidos por las constituciones de las democracias liberales, suelen estar cuidados y precautelados constitucionalmente, o bien mediante ley que pueden dar a ciertas instituciones o establecimientos la capacidad de administrar o reforzar dichos derechos.

Lo dice Gregorio Marañón en el prólogo a sus Ensayos liberales: «ser liberal es (…) primero, estar dispuesto a entenderse con el que piensa de otro modo». Es una actitud hacia los demás, es un talante, una forma de actuar.

Liberalismo en el Ecuador:

En nuestro país, tras un cambio cultural, económico y político inculcado especialmente por las transiciones de poder, las mismas que han surgido históricamente mediante la violencia; ha permitido que en la actual Constitución de la República del Ecuador se fomente un Estado Constitucional de derechos y justicia social, lo que implica en teoría el fortalecimiento de la república, los criterios más frecuentes para distinguir las democracias liberales toman la forma de derechos y libertades específicos. Los más claros ejemplos son:

  • Derecho a la vida y a la integridad de la persona.
  • Derechos de participación
  • Derechos del buen vivir
  • Derechos de las personas y grupos
  • Libertad de movimiento por el país.
  • Igualdad ante la ley y derecho al debido proceso bajo el Estado Constitucional de Derecho.
  • Libertad de expresión.
  • Libertad de prensa y acceso a fuentes alternativas de información.
  • Libertad de reunión y asociación
  • Libertad de enseñanza.
  • Libertad de culto.
  • Independencia judicial, etc.

En el Ecuador, debe propenderse una actitud de “oposición leal y real”, la misma que viene a significar que todas las partes comparten unos mismos valores democráticos, de manera que un grupo político puede no estar de acuerdo con otro, pero debe siempre tolerar sus ideas; así mismo, quienes están al frente o en la cúspide del gobierno deben actuar con responsabilidad y respeto hacia las sociedades que no estén de acuerdo en parte o en todo de las políticas que ha implementado el régimen, peor aún intentar imponerlas por la fuerza sus decisiones.

Para culminar, los ciudadanos artífices de sus vidas deben tener claro que algunas ideologías políticas están vinculadas y supeditadas a un intento de justificación o alegato teórico y pretenden trasladar de manera coactiva su proyecto de organización social y económica al emporio o ciudadanía, para ello captan la realidad nacional del momento y pretenden ajustarla a sus intereses políticos utilizando determinados procedimientos, muchas veces poco democráticos.

Ideologías, como la del socialismo, por ejemplo, se han desarrollado bajo la utopía de «crear un mundo nuevo, irreconocible y basado en una supuesta igualdad entre todos los seres humanos», a base de mandatos o preceptos coercitivos y leyes que aparentemente o ficticiamente van por delante de la propia evolución y perfeccionamiento natural del ser humano, bajo la justificación inexacta de que se efectúa en pro de la justicia social, la igualdad, etc.

Conclusión:

La ideología del liberalismo, busca que sea el propio ser humano quien imprima el prototipo de su evolución, pues para el liberalismo es la naturaleza creativa del ser humano quien le convierte en el indiscutible protagonista de todos los procesos sociales. El liberalismo, por tanto, no puede constituirse en una doctrina con un asiento único, ni pretende innovar las excelentes teorías capaces de organizar el proceder del ser humano en sociedad, porque tiene su originen en las experiencias de la vida cotidiana, opiniones, juicios, costumbres, valores, pautas de conducta que orientan nuestras acciones. Es más bien, una suma de ideas y no una ideología cerrada y excluyente. El liberalismo en contraposición con el conservadorismo, no pretende mantenerse anquilosado en la historia, sino más bien evolucionar y aprender de ésta.

Las democracias liberales se suelen caracterizar por la tolerancia y el pluralismo; las ideas sociales y políticas diferenciadas, incluso las más extremas, pueden coexistir y competir por el poder político siempre sobre una base democrática.