DEFINICIÓN, ORÍGENES HISTÓRICOS
El derecho deportivo

Dr. Oswaldo Paz y Miño J.
Abogado experto en Derecho Deportivo
Vicepresidente de la Academia Olímpica del Ecuador
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I NICIAMOS EL TRATAMIENTO de un tema que pese a ser parte de la vida diaria de todos y cada uno de los miembros de nuestra comunidad, poco o casi nada ha sido estudiado en el medio, desde el nivel académico. Las universidades del ecuador, no han incluido como otras, en América y no se diga en Europa, al Derecho Deportivo en sus mallas. Muestra concreta de lo dicho, son los pocos y puntuales casos de mesas redondas y conversatorios a los que no muchos asistieron para enterarse de los temas de fondo de tan importante fenómeno social. Decanos de los centros universitarios no se han preocupado por incorporar esta especialidad de mucho futuro.

La despreocupación, por llamarla de alguna manera de incluir al deporte y al conjunto de normas y principios que lo regulan a nivel nacional e internacional en las universidades del Ecuador, es imputable al desconocimiento que sobre la ciencia del Derecho Deportivo tienen aquellos que «arman» los «pensums» de estudios con los que se formarán los futuros profesionales del derecho. Y de ésta falencia, no hay que alarmarse. El deporte como actividad en el Ecuador ha sido materia de segunda categoría. El Estado mismo pese a los imperativos mandatos constitucionales, poco le ha dado, en todos los aspectos. En definitiva lo que sí han cumplido bien, el estado y los centros de estudios superiores respecto del deporte es, el papel de espectadores.

El deporte en general y las disciplinas deportivas en particular, tienen: normas, principios, valores, y filosofía propias, que están lejanas del conocimiento académico de los propios deportistas, dirigentes y periodistas y del aficionado, por ello, hemos resuelto compartir nuestros conocimientos y entregar algo de los mismos, reservándonos todos los derechos de autor que nos corresponden. Encontrarán aquí, material de investigación e información científico jurídica que dejará bases e inquietudes, sobre todo a los estudiantes de derecho que se interesen en esta novísima rama que como otras, como todas, requiere de investigación, estudio y ejercicio práctico.

No pretendemos, impartir un curso. Otros son los escenarios para aquello. Sí enfocaremos doctrina básica, desde los apuntes históricos a los conceptos, sin descuidar aspectos filosóficos y sociológicos. Especiales publicaciones serán las que incluyan temas de Derecho Olímpico; Derecho Laboral Deportivo y Derecho del Fútbol. Revisaremos igualmente aquello que envuelve al deporte amateur y al profesional. El orden de los temas no será sometido a ningún rigor, que no sea otro que el lógico y el que permite una publicación del tipo que ahora mismo presentamos.

Dicho lo dicho y allí queda. Entraremos en materia. No sin volver a advertir que el material que aquí se publica desde hoy, es irreproducible sin autorización expresa del autor.

El deporte

Es tan viejo como la humanidad. Establecido está, que en la prehistoria la práctica del juego fue una rutina. Que estuvo vinculado éste, a los rituales religiosos. Que demandó de los practicantes esfuerzo físico, resistencia, velocidad y destreza en el manejo de artilugios o animales. Actividades tales como la caza o la pesca, la propia defensa del grupo, la supervivencia en situaciones extremas, son antecedentes que marcan la ruta del deporte.
Un fenómeno universal, si por universo entendemos nuestro pequeño planeta. Fenómeno que se remonta a lo más pretérito de la humanidad. Maravillas Arqueológicas en sitios mágicos, como los de la Antigua Olimpia, en Grecia nos hablan de una época no muy lejana en el tiempo de la que hasta ahora mismo no terminamos de aprender.

John Huizinga en su obra Homo Ludens, publicada por Editorial Alianza, 1972, Madrid, pagina 11 dice: «El juego es más viejo que la cultura, pues por mucho que estrechemos el concepto de éste, presupone siempre una sociedad humana y los animales no han esperado a que el hombre les enseñe a jugar.»
Las raíces del término deporte tiene dos vertientes muy mencionadas por los autores. Unos afirman que La palabra deporte proviene del latín deportare. Otros, apuntan que viene del francés antiguo: deport, equivalente al castellano, deporte. La palabreja habría surgido de la costumbre de los franceses de pasear por la playa. Dar vueltas por escenarios en los que no era necesaria la etiqueta. Rodear la playa.. Sea cual sea la génesis, de la palabra «deporte», lo que no es discutible es que en cualquier idioma se instala un fenómeno social, en el que funciona una axiología completa que ha creado una catarata de situaciones humanas de la más diversa índole, de las que han surgido instituciones y disciplinas que el derecho no puede ignorar, ni soslayar.

Max Scheler citado por Gerthar Vinnai, apuntaba: «Prácticamente no hay fenómeno general supranacional de la época actual que merezca tanto un análisis sociológico y psicológico como el deporte, que ha crecido inconmensurablemente en magnitud y aprecio. Y no, obstante, hasta la fecha se han hecho muy escasas tentativas serias de interpretar ese poderoso fenómeno.» Las civilizaciones más importantes de la antigüedad practicaron deportes, los más diversos y se los acercaron como regalo, a los dioses.

Los babilonios, los asirios, los sumerios, dejaron sus huellas en testimonios arqueológicos. Se ha determinado que practicaron juegos ecuestres, lucha, boxeo, esgrima, natación y caza. Egipto tuvo igualmente en el segundo y tercer milenio antes de cristo, identidad propia, en actividades tales como los deportes náuticos y fomentaron, el específico uso de instrumentos deportivos. No nos detendremos por razones de espacio y tiempo en esta cultura magnifica, ya que la información vinculada es de fácil acceso. Sí, estanciaremos, unos en Grecia, y en su historia deportiva que nos es tan cercana, por estar en ella la referencia añeja de los Juegos más Universales de nuestra era. Los Olímpicos.

El deporte en grecia

Los aqueos de la Iliada de Homero llegaron del norte de Europa y saquearon Creta, eran los 2000 años antes de la era cristiana, se asentaron en el Peloponeso. Al igual que los españoles, miles de años después lo hicieran en el Nuevo Mundo, los invasores llevaron el caballo, animal, que a la sazón en Egipto y en Grecia era desconocido y claro, instalaron su Zeus, su Dios y religión, lo que daría lugar al movimiento gímnico griego.

Homero

Nacido se cree en la mitad del siglo noveno o a inicios del siglo octavo antes de Cristo. El más grande de los poetas épicos. Y los que saben, creen, que el mejor poeta de todos aquellos que han existido. Sus obras: la Iliada y la Odisea que ya superan los tres mil años, lo han hecho universal y eterno. Éstas obras magnas de la literatura, son un referente fundamental para subrayar la práctica deportiva en los países griegos. La Iliada y La Odisea, son testimonios de belleza depurada de la actividad deportiva. Se diría con absoluta certeza, que nadie, nunca, ha escrito tan maravillosamente sobre el deporte en toda la historia de la humanidad. En la novela, de Gore Vidal «Juliano el Apostata», constan, las siguientes, rotundas afirmaciones: «Solo deseáis juegos; leed a Homero. Nada en la vida puede igualar a aquello que él escribió sobre los juegos o sobre cualquier cosa» Y claro, la recomendación desde aquí, queda hecha, tal y como lo hacemos en nuestra publicación semanal en la Revista Cultural Artes, que lo que abunda, no daña. Leed a Homero y todo lo que este a vuestro alcance. Leer es crecer y los pueblos que leen, son siempre más libres.

Siguiendo a La Iliada veremos que, muerto Patroclo, Aquiles, dolido, resuelve que los juegos se den cerca de la última morada de su entrañable amigo, teniendo al mar como escenario y frente a los ejércitos, tal y como refiere J. Sakellarakis, en su obra: «Atheletics in Crete and Mycenae». Pág. 25.

Los juegos tenían razones épicas y religiosas.

Los héroes eran con ellos agasajados. Lo ritualistico y religioso estaban íntimamente ligado a ellos. Eran juegos, que atendían tradiciones. Las carreras de carros y las pedestres humanas, lo que sería boxeo y la lucha y las de competencias de pista: disco, arco y jabalina, abarcaban parte del gran mundo deportivo de esa época.
La Iliada, una joya de literaria de la humanidad, es una crónica en la que podrían encontrar estilo, muchos comunicadores sociales. Homero, a pie de pista. Escribiendo una portentosa crónica. Un símbolo del buen hacer y redactar que ha superado todos los tiempos. Un referente para los actuales comunicadores deportivos.

La Odisea se adentra en los deportes también. Cuenta de ellos, y de Ulises, en tierra de los feacios, cuando el héroe, participa ya enamorado de Penélope en un juego de pelota y en competencia de tiro con arco. El poeta Homero fue el cantor de los Juegos y primer cronista deportivo.

El deporte estuvo presente siempre en las manifestaciones individuales y colectivas de los griegos. Fue parte de su cultura, por ello, a través de los tiempos, organizaron festivales deportivos de gran alcance que culminarían con los Juegos Olímpicos, así, antes de ellos la historia registra los Juegos Ístmicos, los Píticos, y los Nemeos.

Los Ístmicos, se realizaban en esa zona maravillosa del Istmo de Corinto. Pindaro, poeta lírico de la antigüedad, nacido el año 528 a. de C. y muerto en el 438 después de Cristo compuso sus excepcionales y expresivas Odas Épicas o Triunfales dedicadas a los vencedores de estos juegos. En la séptima Oda Olímpica de Pindaro, se cita la victoria en boxeo de Diágoras de Rodas en los Juegos del año 464 antes de Cristo en Olimpia Ciudad Sagrada, de la que más adelante nos ocuparemos con detalle.

Diágoras de Rodas, fue uno de los más conocidos y victoriosos atletas de los antiguos Juegos Olímpicos. Dice la leyenda, que tres de sus hijos y el mismo número de nietos salieron triunfadores en los juegos mientras los espectadores a Diágoras le gritaban: » Deja llegar tu final, Diàgoras, no busques ascender al Olimpo. » El Olimpo era solo lugar para Dioses.