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Bases socio – culturales e influencia de la personalidad

Dr. Fabián Mensías Pavón
CATEDRATICO UNIVESITARIO DE LA UCE
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I NVESTIGACIONES REALIZADAS POR BIÓLOGOS , psicólogos, sociólogos, antropólogos han permitido ampliar la concepción psicosomática del ser humano, al concluir que el medio social y el hombre constituyen una unidad bio-psico-social. Nadie que se ocupe del hombre deja de considerar los factores sociológicos.
Los hábitos, expresiones corporales, rasgos caracterológicos, costumbres, formas de pensar, de sentir, prejuicios, conceptos éticos, religiosos y el delito, se deben total o parcialmente a la influencia del ambiente. Veamos algunos ejemplos:

La personalidad adquiere características por identificación con las personas que nos rodean, a cualquier edad.

En los niños, es inconsciente; en los adultos, por lo general consciente. Así, los modismos verbales, las actitudes, los gustos sobre la vestimenta, los deportes, el comportamiento familiar, el abuso de bebidas alcohólicas, delincuenciales etc., son un reflejo del medio donde el sujeto se ha desarrollado. Esta identificación va dejando secuelas positivas o negativas en el individuo, la familia y la sociedad.
Expresiones corporales consideradas heredadas, generalmente son conductas adquiridas del ambiente. Las experiencias contemporáneas tienden a demostrar que un hombre de cualquier raza, criado en una familia o pueblo que no son los suyos, adquiere modos y gestos de dichas familias y de dichos pueblos.
Evocando la actitud inhumana del nazismo, suele atribuirse crueldad, sadismo y brutalidad a los alemanes. Cometemos un error al arrogar a un pueblo que ha dado tantas muestras de caballerosidad, honestidad, intelectualidad y valor, lo que fue propio de la minoría nazista, producto de una educación que les fue inculcando malos valores. Atribuir maldad congénita a un pueblo, es confundir lo heredado con lo adquirido.
Nuestra distinción y rechazo en asuntos de alimentos, bebidas, olores, etc., son, también, moldeadas por el ambiente. Los residentes de la región oriental comen carne de culebra o de mono; a los individuos de la sierra les desagrada tales gustos.
Las bebidas alcohólicas en los pueblos de cultura occidental, son de uso múltiple en todo acto social aún de mínima trascendencia. Un nacimiento, matrimonio, muerte, horas de triunfo o de derrota están acompañadas de libaciones. Las mismas que degeneran agresiones contra las personas, lo que da como resultado el cometimiento de delitos muy graves que ocupan alto porcentaje en las estadísticas judiciales.

Otro factor es la influencia social en las costumbres.

Los cristianos se descubren al entrar a la Iglesia; los judíos se lo colocan en el Templo y los mahometanos se despojan del calzado antes de penetrar en la Mezquita.
Las formas de pensar y sentir están en relación a la influencia del ambiente. Propendemos a pensar estereotipadamente y con formas y estructuras propias de un lugar y del ámbito de trabajo.
El amor y el sexo cambian de acuerdo a la época y al lugar: nosotros entendemos que el amor sólo es posible entre dos personas y no aceptaríamos como normal que un hombre tuviese varias esposas o que una mujer fuera compartida matrimonialmente por varios esposos. El Corán, en el cap. IV, Vers. 3, señala que todo buen mahometano debe tener todas las esposas que pueda mantener. Entre los esquimales es común que varios hombres sean esposos de la misma mujer. Lo que llama la atención es que ni ecuatorianos, ni mahometanos ni esquimales dejan de sentir amor, esto nos induce a pensar que puede sentirse amor con relaciones interpersonales variadísimas.
Para concluir la temática de los valores, podemos analizar en la historia de la humanidad la supremacía de distintos valores:
En la época dorada, los atenienses valoraban el arte y la cultura. Los espartanos vivían por y para el Estado, así: el hombre que consideraba no estar en condiciones de procrear hijos sanos y fuertes, manifestaba en la plaza de Lacedemonia su condición, ofreciendo su esposa a un hombre joven, sano, fuerte para lograr un nuevo y buen espartano.
Hoy los valores económicos, predominan, con la secuela inmediata de la revolución de los valores. Los valores son relativos; lo que fue admirado en una época es desestimada en la siguiente.
La cultura, al imponer al sujeto conceptos concretos, prejuicios, dogmas, costumbres a las cuales debe someterse forzosamente, ha creado un determinismo cultural, que ha influido en su conducta, en su comportamiento social positivo o negativo. Marx, subrayaba que, «la tradición de todas las generaciones pasadas pesa como una pesadilla sobre el cerebro de los vivientes».

FACTORES ECOLOGICOS Y SU INFLUENCIA EN LA PERSONALIDAD

La Ecología es la ciencia que estudia las interrelaciones entre los seres y el ambiente.
Nuestro sistema nervioso es un barómetro muy sensible: toda modificación tiene repercusión. Hemos apreciado como el frío o calor intenso disminuyen nuestro poder de atención y se hace tardía e imprecisa la evocación nemónica. Los efectos del calor hacen difícil la percepción, por cierto embotamiento que afecta los sentidos, lo que repercute en una reacción muscular retardada.
Si el hombre es parte activa de esta interacción, vamos a ver cómo el ambiente telúrico, el mundo circundante natural (clima, día, noche, ambiente urbano y rural) influencian en la personalidad, acompañan al hombre desde la cuna hasta el sepulcro, pues son consustanciales a su hábitat.
Se han realizado estudios sobre biometeorología, estableciendo que las condiciones atmosféricas variables ejercen influencia sobre el hombre. Por ejemplo, las tempestades eléctricas ocasionan aumento considerable en los accidentes de tránsito debido a que las reacciones de los conductores son más lentas bajo tales circunstancias.

1. TEMPERATURA Y PERIODOS ESTACIONALES

En las zonas con ciclos estacionales acentuados se observan mejor estas modificaciones; investigaciones realizadas en países europeos sobre la relación entre estas periódicas oscilaciones climáticas y la criminalidad, manifiestan que los delitos contra la integridad personal, la injuria, los desacatos a la autoridad, los pequeños hurtos, el incendio, presentan un ascenso considerable durante el verano. En cambio, los hurtos calificados, la estafa, el abuso de confianza, alcanzan su punto culminante en el invierno; en primavera los delitos sexuales proliferan.

Causas: las altas temperaturas propias del verano, estimulan la afectividad; el calor incita a la ingestión de bebidas embriagantes. En el período vacacional del año el empleado recibe un incentivo de trabajo y se advierte una intensa corriente migratoria de los centros más poblados hacia los lugares de veraneo. Prodúcese gran congestión humana en hoteles y lugares de diversión pública, favoreciendo un entorno social favorable para los delitos. Respecto a los incendios, es la ausencia de lluvias, la sequedad de la vegetación, las reuniones campestres, el descuido de los veraneantes en materia de fogatas y cigarrillos, lo que posibilita su proliferación.
En invierno, debido a las bajas temperaturas, se paraliza toda actividad a la intemperie, como la construcción y mantenimiento de obras públicas, lo que origina la desocupación de numerosos empleados. Si consideramos el receso de la industria turística que ocupa mano de obra cada vez más considerable, tendremos un lista enorme de desempleo; esto unido al aumento de las necesidades de subsistencia, podria explicar la propensión al hurto con la finalidad de afrontar tal situación. Además, las circunstancias de noches prolongadas, facilita la ejecución de ilícitos contra la propiedad.
Concluimos manifestando que los individuos de climas fríos son introvertidos, limitados en sus relaciones sociales, tranquilos y disciplinados. El clima influye en sentido inhibitorio frente a las expansiones al aire libre y a la vida nocturna. En cambio, los habitantes de clima cálido son extrovertidos, consagrados a las relaciones sociales, alegres, festivos. Su vida se desarrolla en los parques, en las playas, en contacto con la naturaleza, en los clubes, donde la actividad nocturna se proyecta intensamente.

2. MEDIO URBANO Y RURAL

Dentro del panorama demográfico de un país, vemos que sus habitantes se localizan en dos grandes zonas.
La urbana, ubicada en las ciudades. La rural, integrada por los campos dedicados a la agricultura y ganadería. Esta división constituye un factor decisivo en el desarrollo de los Estados y en la idiosincrasia de los pueblos.
Este hecho social ha determinado que el índice delincuencial sea más alto en los centros urbanos que en los sectores rurales.

Las causas pueden ser: el núcleo familiar tiene mayor cohesión y estabilidad en las zonas rurales, ya que las relaciones interpersonales entre padres, hijos y hermanos son más íntimas. En las ciudades, la familia se encuentra desintegrada, incompleta, frecuentemente traumatizada. Esta situación influye en la germinación de conductas antisociales.
En el campo la vida transcurre dentro de gran simplicidad; su actividad laboral en contacto con la naturaleza, hace del campesino un ser equilibrado y tranquilo; lo que no sucede en los centros urbanos, donde el hombre es prisionero del tecnicismo que controla su tiempo y su trabajo: el reloj, el teléfono, la radio, la televisión, el automóvil, si bien son valiosos medios de intercomunicación y control están generando situaciones de estrés; este fenómeno produce un desequilibrio de la personalidad y predispone a reacciones de agresividad.
En el medio rural la notable dispersión física de los habitantes disminuye la oportunidad de los contactos personales y cuando se producen la atmósfera social es de mucha cordialidad. En las ciudades la presencia de la masa humana es común: en los estadios, en los almacenes, en las calles, en los buses; sus miembros se desconocen mutuamente y las posibilidades de enfrentamiento son muchas y sus resultantes fácilmente previsibles.
La delincuencia instituida es propia de las grandes ciudades; las desigualdades socio-económicas son más sentidas en las urbes que en el campo; los conflictos laborales y estudiantiles que provocan alteraciones del orden público y criminalidad, son propios de los centros urbanos.

En el medio rural, existe mutuo conocimiento entre sus miembros, lo que permite una fácil identificación de cualquier elemento extraño, que pretenda actividad ilícita. En las ciudades, por su densa población, el hombre es un desconocido; vive y actúa en el anonimato, por borrascoso que haya sido su pasado, el delincuente se siente más seguro en este medio y actúa con gran desenvoltura; resulta más simple la preparación, la ejecución y el epílogo del hecho delictivo.
Agreguemos que los delitos contra la propiedad son más frecuentes en las zonas urbanas que en las rurales, porque en las metrópolis se encuentran en mayor cantidad las cosas que son su objeto material (dinero, artículos comerciales, bienes en general.).

3. DIA Y NOCHE

Estas condiciones de cambios de horario repercuten en el desarrollo de todas las actividades humanas, sean lícitas o ilícitas.
A la noche se la considera circunstancia de la infracción, como agravante o como constitutiva del delito cuando es buscada a propósito, de cuya importancia se ocupa el Derecho Penal.
Casi todos tenemos temor ante la noche, ya que es aliada de la emboscada, la encubridora de todo lo ilícito multiplica los peligros. La noche se convierte en factor exógeno de la delincuencia. Las estadísticas demuestran que más del 60% de los delitos contra la propiedad y las personas, son perpetrados durante la noche.

4. EL PAISAJE

Se confiere al paisaje influencia destacada, un rol imponderable en el equilibrio emocional y en la formación del carácter. Un paisaje donde se enlaza el cielo con la tierra, con aire límpido, luz diáfana, rebosante, concede al hombre carácter extrovertido. En cambio un paisaje nuboso, de perspectiva estrecha desgarrados por una accidentada orografía, coarta el espíritu y engendra una personalidad sombría, huraña, de carácter introvertido y egoísta.